El Grupo de Estudio Técnico repasa la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA 2024™

En el presente artículo se examinan cómo se marcaron los goles, en qué momentos se hicieron cambios y cómo influyó el dominio de la posesión del balón. Estos datos se comparan con los observados y registrados durante la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA Costa Rica 2022™.

En la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA 2024™ se anotaron una media de 3.6 goles por partido, lo que supone un incremento con respecto a los 2.7 de Costa Rica 2022. El promedio del margen de goles por victoria también aumentó, de 2.1 tantos a 2.7. Al participar más selecciones, era lógico que en este torneo aumentaran las cifras de goles y remates a puerta. Y así fue, con 152 goles marcados desde dentro del área, frente a los 71 de 2022, y 27 desde fuera del área por los 13 de 2022. Aun así, cabe destacar que el porcentaje de goles desde dentro y fuera del área en 2024 se ha mantenido estable en comparación con 2022 (el 84.9 % frente al 84.5 % y el 15.1 % frente al 15.5 %, respectivamente).

No obstante, al analizar el porcentaje de tiros a puerta, nuestro equipo de Perspectivas del Rendimiento Futbolístico constató que los remates desde dentro del área aumentaron, al pasar de un 52.1 % en 2022 a un 56.5 % en 2024, mientras que los efectuados desde fuera del área disminuyeron, de un 47.9 % en Costa Rica 2022 al 43.5 % en Colombia 2024.

Heather O’Reilly, miembro del GET, explica lo siguiente: «Las selecciones parecían estar más centradas en generar ocasiones de gol de más calidad, de modo que primaron conservar el balón y tratar de llevarlo hasta el área en lugar de efectuar remates menos precisos desde fuera. Las jugadoras están demostrando una mayor capacidad para leer el juego en el último tercio, porque calcularon muy bien sus opciones y tomaron mejores decisiones sobre cuándo tirar a puerta y cómo acercar el balón a la portería».

Goles precedidos de un centro

Se produjo un incremento notable de goles a partir de centros con el balón en movimiento, que representaron un 22.6 % de todos los tantos anotados en Colombia, en comparación con el 13 % de hace dos años en Costa Rica. Teniendo en cuenta el aumento del número de selecciones y de partidos respecto a 2022, en 2024 se marcaron un total de 56 goles a partir de centros (entre los que se incluyen las jugadas a balón parado), en comparación con los 17 de 2022, con un notable aumento de los originados en lanzamientos con rosca hacia fuera (+19), incluidos 16 más con rosca hacia fuera con el balón en movimiento.

Curiosamente, en 2024 se marcaron tres goles directamente a partir de centros desde la línea de fondo, cuando en 2022 no hubo ninguno de ese tipo, y los goles a partir de centros al hueco aumentaron (+6). La campeona, la RPD de Corea, fue la selección que marcó más goles de centros con el balón en movimiento (8) y la que más remates a puerta efectuó a partir de ese tipo de centros (19), lo que refleja una asombrosa efectividad del 42.1 % en este apartado.

Acciones que precedieron a los tiros a puerta

Además de la mayor capacidad para leer el juego mostrada antes de rematar, el Grupo de Estudio Técnico observó algunas preferencias interesantes en cuanto a la recepción del balón por parte de las anotadoras antes de disparar. El porcentaje de goles a partir de balones sueltos disminuyó del 17.4 % de 2022 al 14 % de 2024, mientras que los goles a partir de pases aumentaron del 30.4 % al 35.5 %. Cabe señalar que el porcentaje de goles anotados directamente en jugadas a balón parado bajó del 27.2 % de Costa Rica 2022 a un mero 9.7 % en Colombia 2024, y los goles de penalti también, de un 26.1 % a un 8.6 %. Sin embargo, los goles a partir de saques de esquina aumentaron del 2.2 % al 5.9 %.

Partes del cuerpo utilizadas en los disparos a puerta

Hubo más jugadoras que remataron centros con el pie en acciones con el balón en movimiento (97, que se tradujeron en 23 goles) que de cabeza (72, con un balance de 17 goles).

En los siguientes vídeos vemos ejemplos de goles a partir de centros con el balón en movimiento y remates con el pie y la cabeza.

Los momentos en que se marcaron los goles

En este torneo, la proporción de goles anotados en la primera mitad fue superior a la de 2022 (un 51.7 % frente a un 41.5 %), y se registraron aumentos importantes en tres de las cuatro franjas de tiempo de los primeros periodos. En la franja de los 0 a los 15 minutos los goles aumentaron un 6.3 %, y en la de los 30 a los 45 minutos, un 6.7 %. Por otra parte, un 4.6 % de las dianas llegaron en el tiempo añadido de la primera mitad (cuando en 2022 no hubo ninguna, un 0 %).

Todos los tramos de la segunda mitad registraron descensos en el porcentaje de goles, excepto el tiempo añadido, en el que aumentó de un 4.9 % a un 8.6 %.

En la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA 2024™ hubo más cambios en la primera mitad que en 2022, y se pasó de un 2.9 % a un 4.1 %.

Anna Signeul apunta a un factor interesante a este respecto: «La mayoría de los cambios en la primera parte son por lesión. Pero nos percatamos de que la RPD de Corea, ganadora del torneo, hacía cambios cuando el partido no estaba muy avanzado y que parecían responder a motivos tácticos o de rendimiento. También fue interesante ver cuántas sustituciones tácticas hicieron los seleccionadores en el descanso y al principio de la segunda mitad: los de este tramo representaron más de una cuarta parte del total (el 26.8 %). Al disponer de cinco cambios, los seleccionadores tienen una mayor propensión a hacerlos antes, pero también vimos un ligero aumento (+3.4 %) en el porcentaje de las sustituciones hechas en el tiempo añadido, al final del partido, para intentar dejar pasar el tiempo».

Únicamente cuatro selecciones presentaron un promedio de posesión del balón superior al 50 % en sus partidos, y todas ellas alcanzaron al menos los cuartos de final. La que más tuvo el balón fue España, con un 60.5 %, seguida de la campeona, la RPD de Corea, con un 53.1 %. Alemania, cuartofinalista, tuvo el balón un 53.0 % del tiempo, y Japón, subcampeona, un 51.2 %.

Estados Unidos, semifinalista, registró un porcentaje del 47.6 % y Países Bajos, del 47.2 %. De hecho, siete de las cuartofinalistas figuraron entre las nueve mejores selecciones en cuanto a posesión del balón, todas ellas con un porcentaje del 47.2 % o superior. La única que tuvo menos la pelota fue Colombia, con un 41.4 %. Austria (34.5 %), Marruecos (33.0 %) y Fiyi (22.8 %), debutantes en la competición, fueron de las selecciones que menos posesión tuvieron, mientras que Camerún quedó justo fuera de los diez primeros, con un 43.7 %. 

Signeul afirma: «Las selecciones que se estrenan en el torneo suelen procurar, antes que nada, dificultar los goles al rival, y se centran en su esquema defensivo, ya que se enfrentan a equipos más experimentados, por lo que no es infrecuente ver esto. Además, es bastante habitual que las que más tienen el balón lleguen a las últimas rondas del torneo, pero estas cifras son un fiel reflejo de los estilos de juego que van adoptando los equipos».

También es interesante observar que en 2024 el balón estuvo en juego durante más tiempo que en 2022 (un 53.2 % frente a un 49.9 %) y que los partidos de la fase de eliminación directa registraron el mayor porcentaje de tiempo de balón en juego, con un 55.8 %. Como dice Signeul, esto refleja la mayor calidad y técnica de las jugadoras de esta categoría de edad.

«Las jugadoras son mejores con el balón y las selecciones han mejorado a la hora de mantener la posesión, incluso cuando se encuentran sometidas a presión. Vimos que podían conservar el balón durante más tiempo y eran más pacientes a la hora de elaborar el juego, optando por mantener la pelota y hacerla circular hasta que se abrieran huecos que permitiesen desplazarla hacia delante, en lugar de enviar pases verticales más arriesgados. La capacidad para leer el juego y la técnica de las jugadoras mejoran constantemente, y toman mejores decisiones con el balón».

Las selecciones sub-20 y sus técnicos están adoptando un planteamiento más estratégico a la hora de llevar a la práctica sus planes de juego y cómo y cuándo modificarlos. Las jugadoras evalúan las situaciones y son más pacientes para generar situaciones propicias en las que rematar a puerta o pasar el balón hacia delante, mientras que los seleccionadores saben distinguir y aprovechar las oportunidades que tienen de adaptar antes sus planteamientos.