Sin embargo, lo cierto es que en la raíz de lo imprevisible del fútbol hay un factor que lo hace muy predecible y es el hecho de que son los momentos en los que aflora la calidad y la cohesión técnico-táctica los que, en última instancia, determinan el resultado.
En esta serie de artículos utilizaremos imágenes de partidos de recientes torneos de la Copa Mundial de la FIFA™ de distintas categorías para analizar algunos de esos momentos de calidad que hemos mencionado. Mostraremos y hablaremos de la suma de las partes —el resultado colectivo— de esos instantes de poesía futbolística en movimiento, antes de rebobinar para examinar las individualidades que hay detrás del rendimiento colectivo; es decir, las partes de la suma.
Nuestro objetivo es identificar y destacar las principales cualidades individuales de cada jugador que contribuyen al éxito de todo el colectivo. La principal conclusión de nuestro análisis es que muchos de esos momentos inolvidables de brillantez colectiva no se producirían si se prescindiera de un solo momento de aportación individual.
Suele ocurrir que en tiempo real no nos damos cuenta de esos destellos de calidad que duran una fracción de segundo, de esas muestras de cualidades esenciales que te pierdes si pestañeas. Nuestro análisis pormenorizado pretende ayudar a profesionales y formadores al resaltar y detallar el nivel de prioridad que debe concederse a esas cualidades clave en la formación y el desarrollo de los jugadores.
Muchas de estas cualidades son meros activadores; es decir, catalizadores que permiten que ocurran esos instantes de magia futbolística. Nos referimos a los componentes básicos del ADN del desarrollo de un futbolista, que acaban convirtiéndose en reflejos instintivos gracias al trabajo y a la repetición constante en los entrenamientos; y a las cualidades que aceleran, simplifican y enriquecen el juego, dotando a cada jugador y al equipo de mayor capacidad técnica y táctica, eficacia y creatividad.
Si se desarrollan correctamente, estas cualidades pueden contribuir a que un talento individual sobresalga o a que un equipo sea aún más grande que la suma de sus partes. Nuestro objetivo es poner el acento en estas cualidades y hacer que nos planteemos las siguientes preguntas:
- ¿Damos a estas cualidades clave la prioridad que merecen?
- ¿Son eficaces nuestros métodos para desarrollar estas cualidades?
- ¿Se fomentan estas cualidades tanto a nivel de equipo como de organización general durante las etapas de formación?