Las imágenes que vamos a analizar pertenecen al partido Bélgica-Japón de los octavos de final de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™. Empezaremos en el minuto 48; en ese momento, el marcador era de empate a cero. Revisaremos, paso a paso, el fantástico contraataque de Japón y, a continuación, veremos el importante papel que juegan las cualidades individuales de los números 7, 8 y 14 del equipo y su contribución al colectivo.
Cualidades clave
Aprovechamiento de las ocasiones: el oportunismo ofensivo mostrado por los futbolistas individualmente y la cohesión colectiva entre los jugadores.
Lectura del juego: los conocimientos técnicos y tácticos mostrados por los futbolistas individualmente y la cohesión colectiva entre los jugadores.
Coordinación técnica: la capacidad técnica y la calidad de ejecución mostradas por los futbolistas individualmente y la cohesión colectiva entre los jugadores.
Análisis del número 14
La acción empieza con el balón en poder de un jugador belga en la banda derecha del último tercio. El futbolista ve la oportunidad de hacer una pared en corto y envía el balón entre dos jugadores japoneses a un compañero que está situado junto al vértice derecho del área. La siguiente secuencia de acciones es el detonante del gran contraataque objeto de nuestro análisis.
El número 14 de Japón hace un gran esfuerzo defensivo, recupera el balón y envía un pase interior que recorre diez metros aproximadamente antes de llegar a su compañero, el número 7. La simplicidad define la importancia de la contribución del número 14, que en realidad no es tan simple o insignificante como podría parecer en un principio. De hecho, si examinamos detenidamente la secuencia de las acciones del jugador, identificamos una serie de cualidades esenciales que son decisivas para el desenlace de la jugada.
Cualidades clave
En este punto de la acción, el número 14 ya ha demostrado tener varias cualidades clave, que se detallan a continuación:
- Sentido táctico: su posición corporal al comienzo de la secuencia le permite disputar el balón.
- Percepción espacial: la mirada rápida a lo que ocurre a su alrededor le proporciona información sensorial para comprobar que está bien posicionado para interceptar el pase.
- Atención táctica: hace gala de velocidad de pensamiento para cerrar la trayectoria del corredor.
- Disciplina táctica: el esprint que realiza para recuperar el balón es una muestra de compromiso total y de absoluta disciplina.
Si esa hubiera sido la única contribución del número 14 al juego colectivo, incluso si no hubiera llegado a tocar el balón, el jugador habría recibido el aplauso de la grada por su esfuerzo defensivo para evitar el peligro. Sin embargo, su aportación fue mucho mayor, ya que el trabajo defensivo solo ocupó una parte de su proceso de pensamiento.
De hecho, tuvo la agilidad mental y la audacia necesarias para detectar la oportunidad de construir un ataque en medio de la urgencia defensiva. No contento con alejar el peligro desviando el balón con el pie, supo darse cuenta de que Bélgica podía haber quedado ligeramente expuesta a un contraataque, dado que al menos cinco diablos rojos se encontraban dentro o en las proximidades del área de Japón. En décimas de segundo, toda la acción pasó de ser una recuperación defensiva a un contragolpe.
Ahora tenemos una línea de jugadores belgas fuera de la jugada, un tridente de futbolistas japoneses con espacios por delante, dispuestos y preparados para entrar en acción, y un jugador con inteligencia futbolística que maneja el balón y dirige las operaciones. Estos ingredientes se combinan para elaborar la receta de un contraataque perfecto. Merece la pena destacar el protagonismo del número 14, pese a que, hasta este momento, solo ha tocado el balón una vez.
Antes de que el número 14 envíe el pase interior, los tres futbolistas japoneses que intervienen en la jugada parecen estar en sintonía táctica y compartir una visión de juego similar.
Cualidades clave
Aquí concluye nuestro análisis de la participación del número 14 en la jugada, pero antes de seguir adelante, vamos a resumir las cualidades clave que mostró en la segunda parte de su contribución al colectivo.
- Sentido táctico: detecta la oportunidad de hacer una jugada de ataque peligrosa frente a una defensa posiblemente vulnerable.
- Atención táctica: muestra la velocidad de pensamiento necesaria para aprovechar la oportunidad.
- Conocimiento técnico: demuestra tener la capacidad técnica y los conocimientos necesarios para dirigir una transición rápida de la defensa al ataque.
- Percepción espacial: evidenciada cuando mira más allá de la posición del número 7 y lee la intención del dorsal 8 de llegar en carrera desde atrás, así como cuando se da cuenta de que debe ganar unos segundos preciosos para que el número 8 tenga tiempo de llegar a posiciones más adelantadas. El número 14 conduce hacia el interior y da un toque más al balón para bajar el ritmo de la jugada antes de enviar un pase medido al número 7.
Análisis del número 7
En el siguiente vídeo nos centraremos en el número 7 de Japón, el jugador que ocupa la posición intermedia en este trío de conexión casi telepática, para analizar su participación en la jugada y resaltar las cualidades individuales y los detalles de su contribución general.
Cualidades clave
Una vez analizada la contribución individual del número 7, vamos a resumir las cualidades clave que ha exhibido durante la jugada.
- Percepción espacial: antes de recibir el pase del dorsal 14, el número 7 echó un vistazo rápido a la espalda de la línea defensiva y detectó al número 8 a punto de cambiar de ritmo. Gracias a esta información contextual tan valiosa, pudo tomar una decisión instantánea y visualizar claramente la trayectoria de su pase.
- Sentido táctico: el hecho de que el número 7, en vez de esperar a recibir el pase, ya tuviera una clara visión de la jugada antes de controlar el balón, le hizo ganar tiempo y le permitió centrarse únicamente en el aspecto técnico, lo que en última instancia sirvió para mejorar la calidad de su envío.
- Conocimiento técnico: la prueba de esta cualidad son los toques precisos que dio al balón para preparar el envío al compañero.
- Coordinación técnica: el pase salió en el momento preciso y con la intensidad y la colocación justas para que el número 8 recibiera el balón en carrera y llevó la jugada a la zona donde se podía crear más peligro.
Análisis del número 8
A continuación, vamos a analizar el papel del último futbolista de nuestro tridente, el número 8. Aunque su contribución técnica fue mínima, ya que solo dio un toque al balón, sus acciones contribuyeron decisivamente al resultado final. El jugador, activo durante toda la jugada, pone el broche final con una maniobra que está a la altura de los mejores partidos y de los grandes escenarios.
Retomamos la acción con el número 8 avanzando hacia el área rival mientras el balón rueda hacia la trayectoria de su carrera y el jugador se prepara para recibir el testigo en esta metafórica carrera de relevos.
Cualidades clave
Una vez analizada la contribución del número 8, vamos a repasar las cualidades clave que ha mostrado durante su participación en la jugada.
- Sentido táctico: echar un vistazo hacia el interior del campo cuando el número 14 tenía el balón le permitió actualizar la información sensorial y centrarse en su objetivo.
- Percepción espacial: mirar de forma intermitente hacia la posición del número 7 sin dejar de correr a su ritmo le permitió sincronizar su movimiento con el momento, la fuerza y la trayectoria del pase de su compañero.
- Conocimiento técnico: dejar correr el balón un poco hacia fuera le permitió alcanzar una mejor posición de disparo.
- Aplomo técnico: en una situación de máxima presión y en el mejor escenario posible, demostró una gran capacidad para mantener la calma.
- Coordinación técnica: la ejecución y la precisión de su disparo son la prueba de un alto nivel de coordinación en su gesto técnico.
Resumen
La jugada analizada es un ejemplo de fútbol de alta escuela de principio a fin, e incluye dosis de oportunismo, comunicación táctica y ejecución técnica del más alto nivel.
Nuestro análisis en profundidad pone de relieve las cualidades individuales que se combinaron para ofrecer una muestra superlativa de cohesión técnica y táctica entre tres futbolistas que nos brindaron una brillante demostración de compleja sencillez.
La secuencia contiene al menos doce acciones individuales; en ocho de ellas no existe contacto con el balón. Se trata de los desencadenantes del juego, piezas indispensables del puzle de la maniobra en su conjunto; pequeños matices que, pese a ser menores en sí mismos, son muy importantes por el impacto que tienen en la jugada. De hecho, si se hubiera prescindido de solo uno de estos elementos de la secuencia colectiva, el resultado habría sido, casi con toda seguridad, muy diferente.