Organización del equipo sin posesión del balón

El Manchester United de Ferguson, en sus variados onces a lo largo del tiempo, es recordado por su particular sistema de ataque; no obstante, los estudiosos del fútbol han alabado aún más la organización y posicionamiento cuando no tenía la pelota.

Los equipos de Ferguson preferían ocupar el centro del campo ubicándose en él de manera compacta en el momento que el contrario subía el balón desde su portería. El éxito de las transiciones ataque-defensa y la capacidad de llevarlas a cabo con suma rapidez era resultado del dominio del espacio en los sectores clave de la cancha.

Casi una década después del último partido de Ferguson, es interesante constatar que el 4-4-2 sigue siendo un sistema defensivo muy habitual. No obstante, sin tener en consideración el dibujo táctico, son cuatro los principios siempre presentes:

•       Reducir el campo
•       Cerrar espacios
•       Mantener el dibujo
•       Ejercer presión

El objetivo de las diez jugadoras de campo del equipo defensor es restringir la zona donde se desarrolla el juego y forzar así a las adversarias a jugar en espacios cada vez más reducidos. A menos que los pases del rival sean milimétricos, es más fácil recuperar la posesión cuando se reducen espacios. Si se consigue limitar la zona medular, el equipo en posesión del balón se verá forzado a jugar en largo, lo cual restringe las opciones de pase de 360º a 180º, con lo que se incrementan las posibilidades de recuperar la pelota arrinconando al rival contra la línea de banda.

Fundamentalmente, dos son los métodos con los que el equipo sin balón cierra espacios al oponente.

1. Estrechar el campo. Para ello, las jugadoras más pegadas a la banda deberán adentrarse en el campo para que su equipo ocupe un área más compacta. De este modo, se dificultan al equipo rival las opciones de pase y de superar líneas en la medular (reducción de campo a lo ancho).

2. Acortar el campo. Este método se pone en práctica manteniendo siempre poca distancia entre las tres líneas (reducción de campo a lo largo). No obstante, cabe mencionar que se puede jugar con un bloque bajo y, a la vez, de manera muy compacta.

A medida que la pelota avanza, la labor del equipo en fase defensiva es dificultar dicho progreso y no verse superado. Para ello, deberán mantener el dibujo táctico siempre que una de sus integrantes presione directamente al rival. Por tanto, es primordial que el equipo sin balón se desplace como un bloque para que no se generen espacios en ninguna de sus tres líneas (defensa, centro del campo y ataque).

La mejor forma de evitar la aparición de espacios fáciles de aprovechar por el equipo contrario es no perder de vista la pelota y bascular en bloque por todo el campo. El fin último es, lógicamente, recuperar la posesión del balón.

Para ello, es crucial la función de la mediocentro más cercana al balón. Una vez superada la primera línea de presión, la misión de las mediocentros es cerrar todas las líneas de pase en el centro del campo mediante una presión intensa para forzar el error o, al menos, no dejar otra opción a la oponente que abrir a la banda.

Cuando el equipo en bloque consigue reducir los espacios a las rivales, se activa la presión alta para dificultar el juego a la poseedora del balón y limitar así las opciones de pase.

La presión comenzará por la delantera o la jugadora adelantada más próxima a la pelota, que será la primera en comenzar con la fase de recuperación del balón. Podría ser que la delantera no recupere el balón en esta fase inicial, pero la presión que ejerza servirá para no dejar pensar a las rivales y, posiblemente, forzar su error.

La mediocentro más cercana a la pelota intentará cortar los pases que pretendan cruzar su línea.

No perder el dibujo y mantener la organización durante la presión garantiza que habrá jugadoras cerca del balón cuando este se recupere; de este modo, la transición defensa-ataque se ejecutará con rapidez o, si esta no se consumara, se podrá restablecer la fase de posesión de la manera adecuada.

Establecer un 4-4-2 sólido cuando no se dispone del balón obliga al equipo en posesión a superar tres líneas defensivas para alcanzar la portería contraria. Incluso cuando el equipo en fase defensiva no tiene el balón, no pierde el control del terreno de juego y, por tanto, podrá llevar el juego rival allá donde quiera.

Una vez organizada, la línea defensiva se situará alejada de su área y se acercará a la línea medular, lo cual permitirá presionar a la línea de ataque. Las líneas ocuparán un ancho del campo similar al del área de penalti, lo que significa que los únicos espacios disponibles para el rival quedan en las bandas o por detrás de la zaga. 

Bascular de manera compacta y colectiva obliga al rival a precisar al máximo los pases en el centro del campo para superar las líneas; de lo contrario, la mediocentro más cercana al balón podrá obligar a la rival a pasar a la banda, forzar un error o acabará recuperando el balón.

Tras recuperar la posesión, el equipo ya está organizado, por lo que cuenta con suficientes efectivos cerca del balón para iniciar la jugada en posesión de forma adecuada.