#Evaluación de la fase de grupos

La evolución y la competitividad destacan entre las tendencias actuales

FIFA, 8-8-2023

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La fase de grupos de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™ fue una de las mejores de la historia. No en vano, deparó grandes sorpresas y actuaciones individuales para el recuerdo. El Grupo de Estudio Técnico expone algunas tendencias técnicas y tácticas subyacentes en esta fase de la competición.

Introducción

La fase de grupos de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™ fue de lo más emocionante. «La evolución es la mejor noticia en lo que llevamos de competición —señaló Jill Ellis, responsable del Grupo de Estudio Técnico (GET) de la FIFA y ganadora de dos Mundiales femeninos como seleccionadora—. Los países emergentes están demostrando que pueden competir a este nivel y que las diferencias con las selecciones punteras se están reduciendo. La inversión en el fútbol femenino ya está dando sus frutos. Las jugadoras tienen una mejor condición física, son mejores técnicamente y más astutas en el plano táctico. Los partidos se juegan a un ritmo mayor y el nivel de los seleccionadores ha aumentado. Los equipos presentan una excelente organización defensiva y cada vez es más difícil marcar goles. No obstante, también están demostrando que son capaces de modificar el planteamiento táctico, por lo que estamos viendo una diversidad táctica mucho mayor y jugadoras que saben adaptarse», añadió. 

Una mayor competitividad

Con respecto a la edición de 2019, la cantidad de goles por partido en la fase de grupos ha disminuido de 2.94 a 2.63 en 2023. El promedio del margen por victoria también ha caído de 2.06 goles en 2019 a 1.92 este año. Además, el porcentaje de partidos que acabaron en empate se ha incrementado del 8 % al 21 %. Estos datos indican que los partidos son cada vez más igualados, aun cuando la competición se ha ampliado de 24 a 32 participantes.

Los tramos del partido en los que se producen los goles también han variado notablemente en este torneo. De media, los equipos están marcando antes, y el porcentaje general de tantos anotados en la primera mitad ha aumentado un 9 % con respecto a 2019. Este cambio se aprecia de manera más significativa en las selecciones que no lograron clasificarse para la fase de eliminación directa. De hecho, el porcentaje de goles que marcaron estos equipos en la primera mitad se ha incrementado del 17 % al 44 % en 2023.  

Cabe destacar que el porcentaje de goles anotados en los primeros 30 minutos de los partidos de la fase de grupos ha pasado del 23.5 % en 2019 al 32.5 % en este Mundial. Al mismo tiempo, el porcentaje de goles marcados a partir del minuto 76 ha disminuido del 27.6 % al 20.8 %, lo que indica que los equipos tardan más en acusar el cansancio y son capaces de defender a buen nivel durante un periodo más prolongado. 

JUGAR CON UN BLOQUE COMPACTO PARA EVITAR QUE LOS EQUIPOS ATRAVIESEN LA LÍNEA DEFENSIVA

En comparación con 2019, los equipos están jugando más compactos y con bloques medios y bajos más cerrados que nunca. Como muestra el siguiente gráfico, el promedio de la anchura del campo que ocupan los equipos que defienden en bloque medio ha bajado de 36.8 m en 2019 a 35.4 m en este Mundial. En bloque bajo se aprecia una tendencia similar: el promedio de la amplitud del campo que ocupan los equipos que defienden así ha disminuido de 34.2 m a 32.8m.  

La función principal de los bloques medios y bajos compactos en los que sus efectivos están muy juntos es proteger la zona central del campo, cerrando al rival los espacios necesarios para combinar entre las líneas del entramado defensivo. Esta constricción de la zona central ha demostrado su eficacia en comparación con la fase de grupos de 2019, y en el siguiente gráfico vemos que el 31 % de los intentos de ruptura de líneas en el pasado Mundial fueron por el centro del sistema defensivo rival. En 2023, este porcentaje ha caído hasta el 25 %. Como consecuencia directa, el porcentaje de intentos de superar las líneas rivales por el exterior de su esquema defensivo ha crecido del 26 % al 28 %, y los intentos de romper por alto la línea defensiva han aumentado del 43 % al 47 %.  

El análisis de las 16 selecciones que han superado la fase de grupos muestra que la cantidad de veces que les han roto las líneas de sus sistemas defensivos se ha desplomado un 24%: de 24.9 veces por partido en 2019 a 18.8 por partido en esta competición. 

Aplicación estratégica de la presión 
Además de los bloques más compactos que están adoptando los equipos, en este Mundial también estamos observando una gran variación estratégica con respecto a cuándo, dónde y cómo ejercen la presión. 

Según Anna Signeul, esto indica que los equipos tienen muy claro cuándo deben presionar y cuándo es preferible conservar el dibujo defensivo. «Estamos viendo una gran claridad en las funciones defensivas —afirma—. Las jugadoras saben qué hacer, cuándo hacerlo y por qué lo hacen. Además, conocen bien la función de sus compañeras, y son capaces de asumir las responsabilidades de otras y hacer la cobertura cuando se desestabiliza su estructura defensiva.

Los equipos, por su parte, se desplazan por el terreno de juego como un bloque cohesionado y bien coordinado antes de decidir cuándo activar la presión. La relación, la comunicación y la escasa distancia que hay entre las líneas medular y defensiva ha sido impresionante», agregó.  

Como se observa en los siguientes vídeos, los equipos han utilizado los bloques defensivos con gran eficacia no solo para recuperar la posesión, sino también para iniciar rápidos contragolpes y crear ocasiones de gol.

Sudáfrica (de amarillo) adopta un bloque medio contra Argentina. Inicia la presión en cuanto el balón llega al círculo central, lo recupera y marca gol al contraataque.
Cuando España intenta jugar entre líneas, Japón (de azul) emplea un bloque medio muy ordenado con un esquema 5-4-1 e inicia la presión. En la transición, lanza un contragolpe que acaba en gol.
Dinamarca (de blanco) defiende en bloque bajo contra Haití. Forma una línea de seis hasta que recupera el balón y marca a la contra.
Jamaica adopta un bloque medio muy ordenado y asegura la posesión del balón, lo que le permite elaborar otro ataque.

GUARDAMETAS: DESPEJAN MÁS DE PUÑOS Y BLOCAN MENOS EL BALÓN

En la fase de grupos se puso de manifiesto que las porteras despejan más de puños que antes (una media de 3.8 veces por partido en 2023, por las 3.5 veces en 2019). También llama la atención que, de las selecciones que lograron clasificarse para la fase de eliminación directa, este tipo de intervenciones tuvo una mayor tasa de acierto que en 2019 (un 82 % en 2023, frente a un 78 %). 

Nadine Angerer, exguardameta de la selección alemana y actual miembro del GET, opina que las porteras están más en forma que nunca y participan en el juego de su equipo como nunca antes lo habían hecho. «La cantidad de situaciones en las que hay muchas futbolistas en el interior del área pequeña ha aumentado, sobre todo a la hora de defender jugadas a balón parado, pero la actitud de las porteras ha mejorado —subraya—. En este tipo de acciones es más arriesgado blocar el balón. Por eso, a menos que tenga la confianza suficiente para atraparlo y conservarlo tras el salto, despejar de puños es la mejor opción».

Como vemos en los siguientes vídeos, las jugadas a balón parado con muchas futbolistas en el interior del área pequeña se han repetido con frecuencia en este Mundial, lo que dificultado a las porteras contactar limpiamente con la pelota. Pascal Zuberbühler señala que la sincronización y la toma de decisiones son esenciales en este tipo de lances. «Me ha impresionado la buena sincronización en los despejes de puños, porque no es algo que ocurra por casualidad —afirma—. La posición inicial y el primer paso de la carrera en función de la colocación del resto de jugadoras es crucial. Debe calcularse según la altura y la velocidad a la que se aproxima el balón, para que la sincronización y la elevación del salto sean óptimas y la intervención se ejecute en el momento justo. 

Asimismo, creo que las guardametas podrían recibir una mayor protección por parte de sus defensas cuando el rival se vuelca en el ataque. Es algo que deben entrenar junto con las jugadoras de campo, para que entiendan la importancia de su labor», apunta. 

Olivia McDaniel (1), portera de Filipinas, despeja de puños un saque de esquina de Nueva Zelanda.
Chiamaka Nnadozie (16), portera de Nigeria, calcula perfectamente su despeje de puños en una falta ejecutada por Canadá con rosca hacia dentro.
En este vídeo, la portera neozelandesa Victoria Esson (21) adopta una buena posición inicial que le permite despejar de puños.

GUARDAMETAS: SAQUES CON LA MANO PARA INICIAR EL JUEGO O LANZAR CONTRAATAQUES

Las guardametas poseen una intuición cada vez mayor sobre cómo y cuándo distribuir el balón, y desempeñan una labor importante a la hora de lanzar rápidos contragolpes tras hacerse con la pelota dentro del área.  «Hemos visto excelentes saques en largo con la mano que han servido para iniciar jugadas y generar contraataques muy peligrosos —señala Angerer—. Lanzar el balón es más rápido que bajarlo al césped y golpearlo con el pie. Un saque ejecutado con mayor velocidad y precisión otorga al rival menos tiempo de recuperación, y es una muy buena manera de dejar fuera de la jugada a futbolistas que podrían ayudar en defensa». 

Factores que deben tener en cuenta las guardametas antes de ejecutar un saque con la mano 
Cuando una portera bloca el balón en el interior del área, debe observar y evaluar rápidamente cuál es la situación en el terreno de juego. Dispone de unas décimas de segundo para sopesar si es un buen momento para lanzar un contragolpe con un saque rápido con la mano o si es preferible conservarlo unos segundos antes de pasarlo —con el pie o con la mano— a una compañera. 

A la hora de tomar una decisión así, la guardameta debe plantearse lo siguiente: 

  • ¿El rival está bien organizado? 

  • ¿Tiene mi equipo superioridad numérica o una situación favorable de 1 contra 1 en alguna zona del campo? 

  • ¿Tengo compañeras desmarcadas para recibir el balón? 

  • ¿Estoy bien protegida en caso de perder la posesión? 

  • ¿La jugadora a la que quiero enviar el balón puede recibir en carrera (tiene espacio por delante) o debe recibir al pie (tiene rivales cerca)? 

  • ¿Soy capaz de llegar hasta mi compañera con un saque en largo con la mano? 

«Es evidente que algunas selecciones están elaborando estrategias para aprovechar al máximo las oportunidades que pueden surgir a partir de estas situaciones, sobre todo en transiciones ofensivas tras defender jugadas a balón parado —señala Angerer—. Las atacantes que están por delante del balón fijan a las defensoras de manera individual y, en cuanto la portera se hace con la pelota, saben perfectamente qué jugada deben hacer. Entrenar este tipo de acciones permite al equipo reaccionar más rápidamente y ayuda a la guardameta a tomar la decisión correcta. Las jugadoras se desmarcan cada vez mejor para recibir el balón, y las porteras también detectan estas situaciones».  

Como se observa en los siguientes vídeos, las porteras eligieron sacar con la mano tanto para lanzar contragolpes como para iniciar la elaboración del juego de manera eficaz. 

La guardameta estadounidense Alyssa Naeher (1) bloca un balón por alto e inicia un contraataque con un buen saque con la mano.
La portera nigeriana Chiamaka Nnadozie (16) se hace con un balón suelto y saca en profundidad con la mano hacia la lateral izquierda, por encima de la primera línea defensiva de Canadá.
La portera francesa Pauline Peyraud-Magnin (16) detiene la pelota y saca con la mano para iniciar el ataque de su equipo.

APROVECHAR LAS BANDAS Y EMPLEAR DISTINTOS TIPOS DE CENTROS PARA CREAR OCASIONES DE GOL

La FIFA ha detectado un incremento en la proporción de goles anotados a partir de centros en la fase de grupos. Y todo pese a que la cantidad de centros por partido con el balón en movimiento ha descendido en comparación con 2019 (de 28.5 a 24.2), lo que demuestra que en este Mundial las selecciones están teniendo un mayor acierto a la hora de marcar en estas acciones. 

El análisis de todos los goles precedidos de un centro (sin contar los tantos en propia puerta, los penaltis y los libres directos) revela que, en 2019, el 51 % de los goles se marcaron en los diez segundos posteriores al centro. En 2023, este porcentaje ha aumentado hasta el 58 %, a pesar de que la cantidad de centros ha sido menor.  

Según Gemma Grainger, miembro del GET y seleccionadora de Gales, hay una serie de factores que contribuyen a esta mejoría.  «Estamos observando que las jugadoras toman decisiones y hacen movimientos mucho mejores en el último tercio —comenta—. La selección y la ejecución de los tipos de centros ha mejorado considerablemente. Además, los equipos también han optimizado los movimientos para atraer a las jugadoras (y crear espacios u ocuparlos) y para recibir el balón dentro del área». 

Tipos de centros 
Dado que el 62 % de las internadas en el último tercio se produce por las bandas, el comportamiento de los equipos en estas zonas es cada vez más importante. «Los equipos están adoptando un planteamiento más estratégico en estas zonas del campo, y en las decisiones de las futbolistas se aprecia que cada vez leen mejor el juego —destaca Grainger—. Eligen centrar de una manera u otra en función de la situación. Los centros al hueco suponen un progreso táctico y son difíciles de defender». 

Si bien la cantidad de centros bombeados y centros tensos ha disminuido con respecto a la edición de 2019, la media de centros al hueco (ejecutados con el interior o exterior del pie, a una velocidad moderada y dirigidos a una zona concreta) por partido en la fase de grupos ha aumentado de 4.1 en 2019 a 5.7 en 2023. 

Jugadoras que esperan los centros en el interior del área 
Otra posible mejora importante en esta faceta es que la media de atacantes que esperan un centro al área con el balón en movimiento (sin contar a la jugadora que centra) ha aumentado de 2.2 en 2019 a 2.4 en 2023. Las integrantes del Grupo de Estudio Técnico han observado que los movimientos de las jugadoras en el interior del área han mejorado, tanto para intentar rematar los centros como para abrir espacios para sus compañeras. Anja Mittag, exdelantera de la selección alemana, afirma que así se ofrecen opciones mucho mejores a quien centra el balón. 

«Las jugadoras son más creativas a la hora de centrar y sus envíos son más precisos —explica—. Pueden elegir mejor dónde poner el balón y el tipo de centro que deben hacer. Así complican la vida a las zagueras, porque los equipos no perdonan los errores defensivos».

Los siguientes vídeos muestran cuatro ejemplos de cómo algunas selecciones aprovecharon las bandas para crear ocasiones de gol. 

En el primer ejemplo, Suecia abre el campo gracias a la posición de su lateral y su extremo en la banda derecha. Cuando se abre un espacio en la zona central, sus jugadoras combinan entre las líneas defensivas de Argentina, abren el balón a la banda y centran para crear una ocasión de gol.  

En el segundo vídeo, España genera superioridad en el carril izquierdo. Las jugadoras de banda que ocupan el espacio generan indecisión en la defensa, lo que les permite enviar el balón en profundidad y propiciar un centro sin oposición.  

El tercer vídeo es un buen ejemplo de cómo las atacantes de Portugal fijaron a las defensoras para abrir espacios y centrar desde el carril derecho. Cuando la lateral izquierda Lúcia Alves (3) corre al espacio a la espalda de la defensa, centra sin oposición y la jugada acaba en gol.  

En el último vídeo vemos cómo Australia aprovechó las bandas y un desmarque en profundidad para explotar el espacio a la espalda de la línea defensiva de Canadá. La jugada culmina en un centro al hueco y el balón en el fondo de la red.  

Suecia aprovecha el espacio en la zona central para abrir el balón a la banda, por el exterior de la defensa de Argentina, y el centro acaba en gol.
España genera una ocasión de gol a partir de una superioridad en la banda, sorteando así al rival.
Las delanteras portuguesas fijan a las defensoras y crean espacio en el costado, lo que les permite superar el entramado defensivo de Vietnam y centrar sin oposición.
Australia utilizó las bandas para superar las líneas defensivas de Canadá y aprovechar los espacios a la espalda.

ATACAR EN LOS SAQUES DE ESQUINA: CENTROS CON ROSCA HACIA DENTRO

El Grupo de Estudio Técnico ha observado que el porcentaje de los saques de esquina con rosca hacia dentro ha aumentado y, en consecuencia, estos envíos llegan con mayor frecuencia al área pequeña. Se ha producido asimismo un incremento en el porcentaje de saques de esquina que terminan en gol, a pesar de que estadísticamente el equipo atacante ha ganado menos veces el balón de primeras que en 2019.

En la fase de grupos de este Mundial se han marcado 20 goles en los 15 segundos posteriores a la ejecución de un saque de esquina. En lo que llevamos de competición, aproximadamente uno de cada 23 saques de esquina ha acabado en gol, mientras que en 2019 la proporción fue de uno cada 28.  

El porcentaje de saques de esquina que se han enviado al área pequeña ha aumentado de un 36 % en 2019 a un 43 % en 2023, si bien el equipo atacante ha ganado en menos ocasiones el balón de primeras que en 2019 (un porcentaje que ha bajado del 41 % al 36 %).  

También llama la atención el gran repunte de saques de esquina ejecutados desde la izquierda con la pierna derecha: del 41 % en 2019 al 89 % en 2023. Al mismo tiempo, los envíos desde la derecha con la pierna izquierda también han aumentado en este tipo de jugadas, y se ha pasado del 21 % al 56 %.  Son datos muy reveladores acerca de la intencionalidad de botar más saques de esquina con rosca hacia dentro.

La calidad de los centros 
En los siguientes vídeos vemos cuatro ejemplos de goles que se han marcado a partir de centros con rosca hacia dentro, envíos en los que el balón se dirige directamente hacia el área pequeña. En cada uno de ellos, la calidad y la precisión del pase es determinante para que la jugada termine en gol. Por lo que hemos visto hasta ahora en la competición, resulta evidente que las futbolistas se han esforzado mucho por mejorar la calidad y la precisión de sus centros en las jugadas a balón parado.  

En el primer vídeo, la jugadora sueca Amanda Ilestedt (13) gana la posición y marca en el primer palo. Angerer indica que estos centros son muy difíciles de defender para las porteras.  «Al tratarse de envíos al área pequeña, entre el palo corto y la posición inicial de la guardameta, esta no tiene tiempo de avanzar y atajar el centro —apunta—. Si la calidad del envío es así de buena, y el balón va con tanta potencia, las defensoras son las únicas que pueden intervenir en esa zona». 

La jugadora sueca Ilestedt (13) marca tras un centro con la pierna izquierda de Andersson (2) con rosca hacia dentro.
Lindsey Horan (10) anota de cabeza desde el borde del área pequeña. Crystal Dunn (19) se desmarca y genera espacio para que Rose Lavelle (16) centre con rosca hacia dentro.
La central francesa Wendie Renard (3) mide bien su desmarque al segundo palo para cabecear al fondo de la red el centro con rosca hacia dentro de Selma Bacha (13).
Katie McCabe (11), capitana de la República de Irlanda, marca un gol olímpico tras ejecutar con la pierna izquierda un saque de esquina con rosca hacia dentro.

MÁS ANÁLISIS

El Grupo de Estudio Técnico de la FIFA asistirá a todos los partidos restantes de este emocionante Mundial y los analizará. Seguirá supervisando las cuestiones que se han tratado aquí y las estudiará con mayor detalle en su informe final, junto con el resto de tendencias que surjan en Australia y Nueva Zelanda.

Sus observaciones y los análisis estadísticos correspondientes se cotejarán con los de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2019™ y se compartirán con el público del mundo entero a través del Centro de Capacitación de la FIFA, con el objetivo de garantizar el desarrollo continuo del fútbol femenino. 

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