Cambios de orientación

Los cambios de orientación del juego resultan útiles para lograrlo. Al igual que muchos otros entrenadores de primer nivel, Guardiola siempre ha intentado que sus equipos usen la anchura completa del campo para que sus mejores atacantes reciban el balón en posiciones peligrosas. Pero para ello primero hay que crear los espacios. «Tienes el balón en un lado para terminar por el otro», comentó el bicampeón de la Liga de Campeones de la UEFA.

El principal objetivo es cambiar la orientación del juego para generar una superioridad numérica en el lado hacia el que va el pase, ya sea 2 contra 1 o 1 contra 1.  

Existen múltiples formas de cambiar el juego, pero todas se fundamentan en tres elementos básicos:

• Hay que darle tiempo y espacio al ejecutor del pase para que pueda darlo con precisión y sin presión.
• Los posibles receptores del pase —situados en el lado contrario— deben ganar el espacio antes de recibir la pelota. Para ello, es habitual emplear todo el ancho del campo en ambas bandas para que el cambio de orientación no resulte previsible.
• Todos los atacantes deben saber que se va a producir un cambio de juego. Solo así podrán avanzar líneas para hacer progresar el ataque y generar la superioridad numérica.

Antes de usar este tipo de acciones, es importante comprender la estructura posicional del equipo rival.

Ante una defensa bien organizada y las líneas juntas, este recurso resulta muy útil, ya que el lateral o el extremo del lado contrario pueden recibir el balón cerca de la banda. El mediocentro o lateral del lado del receptor deben apoyar para:

• ofrecer una línea de pase interior y generar presión en el rival;
• obligar a los defensas a decidir si salen al 1 contra 1 o permiten recibir al atacante con comodidad;
• ofrecer una línea de pase en profundidad para acercarse a la portería rival.

El receptor del pase puede atacar el espacio, ya sea a la espalda del lateral o hacia dentro en dirección a portería.

Ante una defensa menos organizada, permiten generar superioridades y atravesar la línea defensiva rival. Con los cambios de orientación se puede mover el balón rápidamente hacia las zonas donde hay más espacios y poner en aprietos a los adversarios.

Con un pase largo y preciso hacia la banda, el central ubicado en la divisoria logra cambiar completamente la orientación e intensidad del juego. De este modo, se abren espacios en una defensa organizada, cuyos integrantes tienen dos opciones:

• que el lateral salga al 1 contra 1 y genere un espacio a su espalda;
• dar espacio al rival en una zona peligrosa del campo.

Ambas opciones otorgan al equipo en posesión la posibilidad de avanzar metros y generar ocasiones de gol, lo que da muestras de la importancia de los cambios de orientación.