Puede parecer raro que un entrenador de la Premier League se preocupara por la amenaza del conjunto rival cuando era su propio equipo el que se encontraba en una situación de ataque tan prometedora, pero lo cierto es que Howe había hecho los deberes.
Después de analizar muchos partidos contra equipos de primer nivel que destacan por su velocidad y calidad, como el Manchester City, el Liverpool, el Leicester City y el Chelsea, había observado una tendencia cada vez mayor a encajar goles en contraataques que nacían de un córner o de determinadas posiciones ofensivas. Una de las señas de identidad de esos cuatro equipos era la velocidad a la que pasaban de la defensa al ataque, rompiendo líneas vertiginosamente por los huecos que dejaban los defensas rivales, especialmente al final de los partidos, cuando el cansancio hacía acto de presencia.
¿QUÉ ES UN CONTRAATAQUE?
Un contraataque es una jugada que se produce cuando un equipo recupera la posesión e inmediatamente ataca al conjunto rival con velocidad e intensidad. Se trata de ser directos y aprovechar los espacios a la espalda de la línea defensiva.
El contraataque consta de cuatro fases principales:
- Recuperar el balón.
- Subir el balón con rapidez.
- Moverse inteligentemente sin balón.
- Poner intensidad y finalizar la jugada con mucha calidad.
Desde un punto de vista cronológico, la segunda y la tercera fase suelen suceder a la vez. La clave está en lo rápido que piensa la jugada el futbolista que recupera la posesión, y en la carrera que emprenden de forma instintiva los compañeros que están más adelantados y que perciben que pueden crear una ocasión. Pocas jugadas de fútbol son más divertidas de ver que un fulgurante contraataque que acaba en gol.
Probablemente, el máximo exponente del contraataque en el fútbol internacional moderno es Bélgica, que cuenta con varios especialistas de talla mundial en la conducción de balón, como Eden Hazard y Kevin De Bruyne. Esto, unido a la velocidad eléctrica y a la habilidad en el regate de Romelu Lukaku, hace que sea extraordinariamente difícil defender ante los Diablos Rojos cuando recuperan la pelota.
RECUPERAR EL BALÓN
La pérdida de la posesión se puede producir de muchas formas. Pero todos los contraataques empiezan con una pérdida de balón, ya sea por un mal pase del contrario, por una buena entrada o por una intercepción o un despeje acertados.
Para lanzar un contragolpe eficaz, lo ideal es que el equipo que recupera la pelota esté lo más adelantado posible en el terreno de juego y aproveche el momento de la pérdida para contraatacar y marcar.
En cuanto el equipo recupera el control del balón, todos los jugadores situados por delante de la pelota tienen que estar en posición ventajosa. La clave consiste en moverse con intensidad, tanto los centrocampistas que conducen el balón con velocidad y decisión como los delanteros que se desmarcan por delante o por detrás de la línea defensiva.
SUBIR EL BALÓN CON RAPIDEZ
Desde el momento en que se recupera la pelota, hay que avanzar con velocidad e intención, ya sea mediante una conducción de balón o con un pase directo. A veces, esto supone que el futbolista que recupera el balón intenta dar el pase inicial al compañero más habilidoso a la hora de conducirlo. Ya sea mediante una sucesión de combinaciones rápidas o con un pase directo, la clave es avanzar con velocidad y verticalidad tanto con el balón como sin él.
Aunque la recuperación y el primer pase tienen su importancia, el contragolpe no tendrá éxito si los centrocampistas y delanteros no muestran una intención y una voluntad inmediatas de apoyar la jugada y ofrecer opciones de pase, aunque algunos ni siquiera lleguen a tocar el balón. Los extremos suelen ser los jugadores más importantes a la hora de lanzar el contraataque, ya que se encargan de abrir las líneas del equipo rival. Tienen que ser directos y moverse con velocidad para aprovechar los espacios.
Si la intensidad de los pases y desmarques es alta, los adversarios se ven obligados a girar para tratar de cortar tanto los pases filtrados entre ellos como los que les superan por alto, una situación que es extraordinariamente difícil de defender.
MOVERSE INTELIGENTEMENTE SIN BALÓN
La diferencia entre un buen y un mal contraataque radica en la precisión en el pase y la inteligencia de los desmarques en carrera, porque este tipo de arrancadas determinan la jugada. A veces basta con una sola carrera inteligente para abrir todo el campo para un equipo.
Generalmente hay dos opciones: a) hay espacio para atacar a la espalda de la defensa, o b) es preciso utilizar a los jugadores atacantes que no tienen el balón como una plataforma para enlazar la jugada. En algún momento alguien tendrá que atacar el espacio situado a la espalda de la línea defensiva, pero la evolución del ataque suele basarse en la habilidad de los jugadores para ver los espacios.
PONER INTENSIDAD Y ACABAR LA JUGADA CON MUCHA CALIDAD
Aunque la intensidad de los desmarques en carrera tiene que ser alta, la calidad de los pases también debe ser elevada. La idea de la carrera es estirar la defensa rival, pero saber dar un pase decisivo es un salto de calidad que hace mucho daño al equipo adversario y suele acabar en ocasión de gol.
Un pase preciso puede eliminar de la jugada a dos o tres defensores y dejar al delantero en una posición muy peligrosa para el equipo rival.
RESUMEN
Los equipos tienen que tratar de recuperar el balón en la posición más adelantada posible. Para que un contraataque tenga éxito, es muy importante que los jugadores tengan clara la intención de avanzar para abrir la defensa rival. En este tipo de jugadas, la labor de los carrileros es fundamental. Es preciso mover el balón hacia adelante con la menor cantidad de toques posible y con velocidad para tratar de aprovechar la debilidad del adversario, ya sea buscando los huecos que haya por delante de los defensores o lanzando el balón a la espalda de la línea defensiva. Si en la jugada se combinan todos estos elementos y el último pase se da en el momento justo y con precisión, el contraataque suele acabar generando una buena ocasión de gol.