Las selecciones han comenzado la competición mostrando algunos planteamientos estratégicos sólidos e interesantes, lo que pone de relieve que todas han realizado un gran trabajo de preparación. La propuesta táctica que planteó España en su primer partido del Grupo B contra la RI de Irán llamó la atención del Grupo de Estudio Técnico (GET). En este artículo, Matteo Marrucci explica por qué:
«En este encuentro hemos visto algo novedoso. Por lo general, a la hora de construir el juego de ataque, los equipos de fútbol playa suelen contar con al menos un atacante en la zona 4 (el área de penalti rival). Sin embargo, en algunos momentos del partido contra Irán, España optó por una adaptación del esquema 1-4-0 que vemos habitualmente en el futsal. Pudimos apreciar que la orden para pasar a emplear esta táctica provenía claramente del seleccionador, Christian Méndez. Fue muy interesante, porque los movimientos y las intenciones del equipo estaban perfectamente orquestadas y era evidente que se habían trabajado antes del torneo».
Normalmente, en el fútbol playa, los equipos utilizan variaciones de los siguientes sistemas: 1-3-1; 1-2-2 (o la variante 1-2-1-1); por lo que el uso del 1-4-0 por parte de España fue completamente novedoso. Según Marrucci, este es un sistema difícil de implantar.
«En el futsal, los equipos utilizan el esquema 1-4-0, pero la superficie es plana, por lo que el juego es más rápido. He analizado este sistema como entrenador de fútbol playa y considero que no es sencillo ponerlo en práctica. La táctica de España causó muchos problemas a los defensas iraníes, porque nunca se habían enfrentado a nada parecido. Sus defensores se veían arrastrados a zonas por las que no suelen moverse, y los intercambios de posiciones de España consiguieron desordenar la estructura defensiva rival. También es importante destacar que la selección española recurrió más a esta estrategia cuando Chiky (11) estaba en el campo», señala Marrucci.
El esquema 1-4-0 de España
Al utilizar esta estrategia, España abrió y creó espacios deliberadamente en la zona 4. Para ello, hizo que sus atacantes, que empezaban la jugada en el área, se desplazaran a zonas exteriores más retrasadas, arrastrando con ellos a los defensores rivales. Los jugadores españoles intercambiaban sus posiciones a la hora de realizar estos movimientos y asumían funciones no habituales en ellos. De este modo, algunos actuaron en zonas de la cancha en las que no se esperaba que lo hicieran.
Con ayuda del vídeo 1, Dejan Stanković explica la intención que subyacía en el movimiento de España:
«Vemos claramente la intención de España de dejar libre la zona 4 mientras construye el ataque. La posición abierta y retrasada de Chiky (en la zona 3) es deliberada y tiene como objetivo atraer al defensor del lado derecho iraní para que abandone su zona defensiva. No es nada habitual que no haya ningún jugador atacante en el área (zona 4) cuando el futbolista que tiene el balón, en este caso Ardil (5), está tan adelantado. Además, el movimiento de Chiky a esa posición no es para recibir el balón, sino para dejar espacio libre.
Las intenciones de España de dejar vacía la zona central se hacen aún más evidentes con el desmarque en diagonal de Oliver (3). Gracias a ese movimiento, arrastra a un defensa con él y abre espacio por el centro, mientras Chiky mantiene su posición en la banda izquierda. Ese hueco permite a Cabrera (7) realizar una peligrosa internada saliendo desde atrás. Aunque la jugada de este ejemplo no salió a la perfección, sí nos permite ver que el intercambio de posiciones y los movimientos sin balón de España son premeditados y tienen como objetivo alejar a los defensas rivales del área para crear el espacio por donde quiere atacar», señala Stanković.
En el segundo vídeo vemos que, cuando el guardameta español Dona (1) tiene el balón, el equipo ejecuta unos movimientos similares con la idea de abrir espacios en la zona 4 y descolocar a los defensas contrarios, tal y como explica Stanković.
«De nuevo, vemos el desplazamiento de Chiky desde la zona 4 hacia una zona más abierta y retrasada del terreno de juego, donde recibe el balón bajo la vigilancia de dos defensas. Este movimiento arrastra al segundo defensa y deja espacio libre para que Ardil entre en carrera, a la vez que libera a Arias (4) en la banda derecha. España podría aprovechar esta maniobra para jugar un 2 contra 1 frente al único defensa que ocupa la zona central. A medida que se desarrolla la jugada, los defensores iraníes se desordenan, porque deben reajustar sus posiciones a las de los atacantes españoles. Gracias a ello, Ardil tiene tiempo de prepararse para rematar a puerta con una chilena muy bien ejecutada».
Resumen
Los movimientos y el intercambio de posiciones que hicieron los jugadores de España se desviaron de los esquemas posicionales habituales, lo que planteó muchos problemas al equipo rival. Al adoptar el esquema 1-4-0 en la fase de ataque, sin un delantero claro, los jugadores españoles arrastraron a los defensas rivales a zonas del campo en las que no deberían estar habitualmente, lo que les obligó a decidir si seguir a su adversario o defender la zona. Las internadas posteriores en la zona 4 de los futbolistas españoles que ocupaban posiciones más retrasadas arrastraban a los delanteros rivales a zonas defensivas. Esta fue una novedad muy interesante del juego ofensivo de España.