LA FÓRMULA DANESA PARA OPTIMIZAR EL DESARROLLO DEL TALENTO
Dinamarca es un ejemplo clásico de cómo, en el fútbol internacional, lo pequeño puede ser bello. A pesar de no llegar a los seis millones de habitantes, su selección posee un historial superior al de muchos países de mayor tamaño, y hay futbolistas daneses en todas las grandes ligas nacionales europeas.
Una filosofía de juego clara, la importancia que se otorga a la formación de los entrenadores y un sistema de categorías inferiores bien organizado son los factores que han contribuido al éxito de Dinamarca, convirtiéndola en un ejemplo de cómo los países más pequeños podrían alcanzar el objetivo del director de Desarrollo del Fútbol Mundial de la FIFA, Arsène Wenger, de dar una oportunidad a todos los talentos. Lo principal son la transparencia y las estrechas relaciones que existen entre la Federación Danesa de Fútbol (DBU), los clubes y la liga en lo que respecta al desarrollo de jugadores.
Dinamarca fue una de las 205 federaciones miembro que participaron en una encuesta mundial de carácter pionero sobre el desarrollo de talentos como parte del programa de Wenger, en la que se elaboraron informes separados para cada país.
UN PLANTEAMIENTO CENTRADO EN EL ENTORNO
Hesterine de Reus, la experta técnica de la FIFA que trabajó con la DBU en la elaboración del informe, señala que este modelo tiene muchos elementos que admirar.
“Creo que no se pueden copiar las cosas tal cual, aunque tiene magníficos ejemplos: cómo, siendo una nación pequeña, se pueden utilizar los recursos, cómo se puede ser creativo y cómo se puede crear un entorno en el que todos los talentos sean capaces de alcanzar sus objetivos y su potencial”, afirma.
“Es una nación futbolística pequeña, pero rinde a un excelente nivel en la escena internacional, eso la convierte en una federación sumamente interesante”.
De Reus indica que el éxito de Dinamarca empieza en las categorías inferiores, que ofrecen a los niños multitud de oportunidades de jugar, desde el propio jardín de infancia.
Pero donde destaca verdaderamente Dinamarca es en la relación que mantienen la DBU, las ligas y los clubes para el desarrollo de talentos.
El director de desarrollo de talentos de la liga desempeña un papel clave en la formación de los jugadores y existe una colaboración intensa con el Departamento de Élite de la DBU, basada en una estrategia común y clara.
La colaboración entre la DBU y los clubes de primera y segunda división es sistemática y se lleva a cabo a través de seis entrenadores de talentos, cada uno de ellos vinculado a varios clubes.
Las competiciones juveniles, en lugar de tener un enfoque orientado a los resultados, se centran en la creación de un entorno que promueva el desarrollo y los clubes se clasifican en función de su calidad a través del sistema de licencias juveniles, que se revisa y mejora cada año. Se utiliza un método basado en estrellas para registrar la calidad general de los clubes, y los clubes masculinos que tengan la clasificación de estrellas más alta participan en las ligas de élite sub-19, sub-17 y sub-15.
“Se les clasifica en función del entorno que hayan generado. Por lo tanto, los que tienen los mejores entornos son los clubes mejor clasificados y luego se va bajando en consecuencia. Creo que es algo excelente en las categorías inferiores”, comenta De Reus.
UN PROCESO CONTINUO
Flemming Berg, director de Desarrollo de Talentos de la DBU, explica que el proceso actual comenzó en 2008.
“Desde entonces tenemos una filosofía de juego y desarrollo bastante clara, y también hemos creado un sistema de licencias junto con los clubes”, dice.
“Dinamarca juega como son los daneses, de forma innovadora y creativa: el fútbol debe reflejar su forma de ser como pueblo y lo que estamos haciendo es eso”.
“En realidad consideramos que ser un país pequeño constituye una ventaja, porque también significa que no es tan complicado cambiar de rumbo, es más fácil llevarlo”.
Berg está convencido de que Dinamarca va a seguir descubriendo nuevos talentos y no atravesará baches como el fracaso en la clasificación para la Copa Mundial de la FIFA 2006 y la UEFA EURO 2008.
“Lo que tenemos no es únicamente una generación, ahora están surgiendo tantos jóvenes buenos que el éxito no va a ser solo a corto plazo”, revela. “Nos esperan muchos años buenos”.
Aun así, el informe detectó áreas en las que Dinamarca podría mejorar.
En él se expone que existe una gran distancia entre las competiciones de las categorías inferiores más altas y la absoluta, tanto en el fútbol masculino como en el femenino, mientras que las instalaciones para las selecciones nacionales no pasan de un nivel medio.
Se detectaron asimismo problemas en el fútbol femenino, en el que el entorno de los clubes no cumplía con los estándares requeridos. Por ello se sugiere estudiar la posibilidad de profesionalizarlo.
Berg asevera que la DBU ya había reconocido estos problemas y que, al respaldar sus observaciones con datos, el informe ayudaría a poner en práctica nuevas ideas.
“Me gusta el ‘dar una oportunidad a todos los talentos’. Me gusta mucho el enfoque que se adopta, porque es global”, dice. “Y ahí no me refiero solo a la DBU, sino en general: me gusta el enfoque global que tiene”.
“Es una ambición muy grande, pero admirable de verdad”, concluye.