Brasil e Italia: el contraste de dos estilos de presión

Las considerables diferencias entre las distintas propuestas demuestran que no existe una única forma correcta de presionar y que la estrategia de presión ideal es aquella que mejor se adapta a las cualidades de los jugadores disponibles. 

Las estadísticas corroboran claramente la eficacia de distintas estrategias. Por ejemplo, Brasil defendió con presión alta o bloque alto el 83 % del tiempo sin posesión y ejecutó muchas más presiones altas (68) que cualquier otro equipo del torneo. En este apartado, la selección de Emiratos Árabes Unidos ocupó la segunda posición, con 40 presiones altas, y Bielorrusia fue tercera con 38. Por su parte, Italia solo realizó 25 presiones altas, y todas ellas fueron individuales, es decir, las acciones las iniciaba un solo jugador. En ningún momento del torneo emplearon una presión alta organizada, esto es, una presión coordinada en la que participa todo el equipo. Por el contrario, Italia recurrió al bloque bajo en 243 ocasiones, mucho más que cualquier otra selección (Bielorrusia fue segunda con 184 y Portugal, tercera con 182). Brasil solo defendió 147 veces en bloque bajo, lo que demuestra que no era su primera opción defensiva.

En los siguientes vídeos, los miembros del Grupo de Estudio Técnico muestran algunas de las formas en que las selecciones presionaron durante la fase defensiva.

Cuando se enfrentan a un esquema 1-2-2, los equipos tienen varias opciones para ejecutar la presión de manera eficaz. A continuación, Matteo Marrucci explica las rotaciones clásicas que se suelen emplear para contrarrestar a los conjuntos que utilizan este esquema en ataque.

La rotación clásica en fase defensiva contra el 1-2-2

En el primer vídeo, vemos a la selección de Colombia utilizar la formación 1-2-2 en ataque frente a Bielorrusia. Para empezar, Bielorrusia presiona al guardameta, por lo que el jugador colombiano de la banda izquierda queda libre. En ese momento, el equipo bielorruso hace una rotación defensiva: Ihar Bryshtsel (8) sale a presionar al rival que tiene el balón y los demás jugadores bielorrusos rotan para presionar al siguiente adversario. Se trata de una rotación defensiva de manual, en la que el factor que desencadena la rotación es la presión inicial ejercida sobre el portero y el pase de este al jugador de la banda izquierda de Colombia. La rotación se realiza de forma sincronizada, y la presión de Bryshtsel le permite recuperar el balón y marcar.

En el segundo vídeo, la presión de Senegal contra Bielorrusia (que juega con un 1-2-2) muestra una variante de esta rotación. Tras una rotación inicial, Senegal mantiene el 2 contra 2 y hace rotar a sus dos jugadores más adelantados, de forma que presiona el 1-2-2 de Bielorrusia con un 1-2-1-1 en fase defensiva. Observamos que los dos delanteros presionan alternativamente a los jugadores de banda bielorrusos y vuelven a colocarse en el centro cuando el balón regresa al guardameta. Este es un buen ejemplo de la otra forma tradicional de presionar el 1-2-2.

En el siguiente vídeo se aprecia que en la rotación defensiva de Italia ante el 1-2-1-1 de Brasil solo intervienen tres jugadores de campo, mientras que el cuarto jugador hace un marcaje individual al atacante más adelantado. Mientras Brasil elabora la jugada de ataque, el defensa italiano Luca Bertacca (6) marca a su par y no participa en la rotación defensiva.

La presión puede ser pasiva o intensa. El objetivo de la presión pasiva es obligar al portador del balón a cambiar de dirección o a buscar otro camino para llegar a la portería, mientras que la presión intensa está pensada para recuperar la pelota o impedir el avance del equipo rival.

Presionar al guardameta

Al hacer la presión intensa (en particular, cuando se realizan marcajes individuales), los equipos también deben encontrar la forma de presionar al guardameta rival. Como los porteros cada vez participan más en el juego de ataque, los equipos de fútbol playa más potentes no se pueden permitir dejarles tiempo y espacio. Si opta por presionar al guardameta, el conjunto que defiende debe medir su rotación defensiva con precisión. Cuando están en inferioridad numérica respecto a sus rivales, los defensores tienen que ocupar los espacios que quedan entre los atacantes, de modo que les dé tiempo a colocarse y presionar si uno de los jugadores a los que cubren recibe el balón. En esas situaciones, los defensores deben saber en todo momento qué coberturas y movimientos tienen que hacer para dar equilibrio al equipo en tareas defensivas.

Como explica Marrucci, el vídeo 4 —extraído del partido que disputaron Colombia y Japón— es un magnífico ejemplo de cómo presionar al portero con eficacia:

«Tras abandonar a su jugador para presionar al guardameta, el ala izquierdo de Colombia se queda presionando al portero, mientras que el ala derecho presiona al atacante que recibe el balón junto a la banda», señala Marrucci. «Cuando esto ocurre, los dos defensores más retrasados reaccionan: el defensa izquierdo avanza hacia el atacante que ha dejado libre el ala de su banda (que está presionando al portero) y el otro defensor se encarga de los dos delanteros rivales en el último tercio. De esta forma, Colombia puede presionar el balón con intensidad en toda la cancha».

El último vídeo nos ofrece un extraordinario ejemplo de presión intensa durante el partido entre Brasil y Omán, donde se aprecia cómo hacen la cobertura y prestan su apoyo los jugadores de las posiciones más retrasadas del conjunto brasileño. En cuanto el ala izquierdo Datinha (10) presiona al guardameta, el ala derecho Edson Hulk (7) sale rápidamente a presionar al defensor izquierdo de Omán, que va a recibir el balón. Mientras los dos delanteros ejercen esa presión directa, el defensor brasileño del lado izquierdo avanza para presionar al jugador libre de Omán. Al recuperar el balón en una zona muy adelantada, los jugadores de Brasil están más cerca de la portería rival».

La final de la Copa Mundial de Beach Soccer de la FIFA 2024™ fue la demostración objetiva de que no existe una única forma correcta de presionar al rival.  Brasil e Italia practicaron estilos de presión muy diferentes, pero ambos se mostraron extraordinariamente eficaces.  El tipo de presión que se elija dependerá de las virtudes y flaquezas de los jugadores de la plantilla, pero siempre es fundamental que cada futbolista conozca su cometido a la perfección. Una buena presión, ya sea individual o colectiva, también requiere agilidad mental: el primer paso para desbaratar un ataque rival es anticipar el desarrollo de la jugada. En un buen equipo de fútbol playa, lo más importante es defender como un bloque de delante hacia atrás y que cada jugador tenga claras sus funciones y responsabilidades. Como cada vez es mayor la incidencia de los guardametas en el juego de ataque, los cinco jugadores del equipo deben participar en la estructura y la rotación defensivas para llevar a cabo estrategias que abarquen a los cinco jugadores rivales.