07) Aprovechar el talento - FIFA Training Centre

Las conclusiones de la investigación que ha efectuado la FIFA indican que, en muchos países, los jóvenes no disponen de oportunidades para participar en entornos competitivos, una situación que limita su formación como futbolistas. El amor por el fútbol y el talento de estos chicos crecerían considerablemente si tuvieran la posibilidad de participar en competiciones que hicieran hincapié en el fútbol como diversión, les proporcionaran minutos de juego y les permitieran codearse con los mejores.

Las competiciones para los juveniles de élite desempeñan una función importante en el desarrollo de los jugadores, pues en ellas participan los mejores talentos del país. Con una oferta de formatos de competición variados e innovadores en esta categoría se puede influir decisivamente en la formación de estos jóvenes. Entre las diferentes partes del mundo se observa un desequilibrio considerable en la cantidad de partidos que disputan los clubes en las categorías juveniles, y una carencia generalizada de campeonatos en las categorías inferiores a la sub-14 o sub-15 masculinas y femeninas en muchas federaciones miembro. Asimismo, se aprecia un alto porcentaje de abandono del fútbol en ambos sexos a partir de los 16 o 17 años, debido en parte a la falta de oportunidades para progresar a la categoría absoluta.

Conclusiones globales:

Las federaciones que ocupan los primeros puestos de la clasificación mundial poseen exhaustivos programas de partidos estructurados, que giran en torno al desarrollo integral de los jugadores. Las competiciones nacionales para los juveniles de élite se complementan con experiencias y torneos internacionales que exponen a sus participantes a una gran variedad de rivales y a diferentes estilos de juego. 
Las dificultades geográficas y las restricciones económicas constituyen los dos principales factores que impiden a muchas federaciones organizar competiciones juveniles durante todo el año. 
Los jugadores de zonas rurales reciben muchas menos oportunidades de juego que los que residen en zonas urbanas y en grandes ciudades. Esta situación está directamente relacionada con la falta de clubes y de infraestructuras apropiadas.

Muchos países no cuentan con suficientes competiciones por grupos de edad para garantizar una transición fluida de la categoría juvenil a la absoluta. Por consiguiente, algunos grupos de edad de las categorías inferiores no disfrutan de las oportunidades de juego que necesitan.
Los países que carecen de un sistema de academias en los clubes conceden mayor importancia a las competiciones escolares para subsanar la falta de oportunidades de juego.
Muchas FM no cuentan con sistemas de inscripción que sirvan para recabar información básica sobre los jugadores y estructurar competiciones juveniles adecuadas. 
Las tendencias alcistas detectadas en el apartado de jugadores inscritos podrían deberse a que las 20 primeras FM de la clasificación mundial cuentan con mejores infraestructuras y accesos al fútbol organizado, así como mejores sistemas de desarrollo de los juveniles.

Es preciso organizar el fútbol juvenil internacional de manera que, en todos los grupos de edad, compitan los mejores talentos jóvenes. La participación periódica ofrece a los jugadores una experiencia de valor incalculable y una mayor comprensión de lo que se espera de ellos en la máxima categoría del fútbol. A la vez, proporciona al cuerpo técnico una idea clara del nivel requerido y le sirve para entender qué ajustes debe introducir para satisfacer las exigencias. Hay que puntualizar que las oportunidades de juego en el fútbol internacional no solo resultan fundamentales para las federaciones, sino que también aportan a las academias experiencias decisivas para la formación como parte de un programa de partidos gradual.

Las primeras 20 FM de la tabla ofrecen más partidos a todas sus selecciones juveniles

Las primeras 20 FM ofrecen durante un ciclo de dos años más oportunidades de juego a sus selecciones masculinas y femeninas sub-16/sub-17 y sub-19/sub-20 que las situadas en posiciones inferiores de la tabla. En el mismo periodo, las FM clasificadas entre los puestos 51.º y 100.º proporcionan a sus selecciones juveniles masculinas y femeninas menos oportunidades de juego que el resto, algunas más del 50 % menos.

Conclusiones globales:

Las FM deberán subir el listón de calidad de sus programas de partidos en ambos sexos y en todos los grupos de edad. Se trata de una labor necesaria especialmente para las selecciones juveniles femeninas, cuyo acceso a una cantidad adecuada de partidos es mucho menor. 
Todas las confederaciones deberán sopesar la posibilidad de organizar anualmente más competiciones juveniles y trabajar con las FM para que haya selecciones juveniles, especialmente femeninas, en más grupos de edad.
Las FM más prósperas no pueden proporcionar a sus selecciones juveniles el número de entrenamientos deseable, pues los jugadores pertenecen normalmente a academias de clubes profesionales, por lo que los selecciones solo tienen la posibilidad de convocarlos durante las competiciones internacionales. Por el contrario, aquellas FM que disponen de sus propias escuelas nacionales cuentan con todas las facilidades para organizar jornadas de entrenamiento con sus juveniles.

Los directores de desarrollo técnico de las FM más exitosas no solo buscan disputar una cantidad de partidos determinada, sino también priman la calidad de los rivales a los que se enfrentan en dichos encuentros. Estas federaciones reconocen que es preciso disponer de oportunidades para probar y medir a sus jugadores contra los mejores contrincantes posibles. La necesidad de que las selecciones juveniles reciban oportunidades de juego en competiciones oficiales plantea distintos problemas a cada FM, aunque algunas de ellas se enfrentan a dificultades muy parecidas. Uno de los retos que en el futuro deben solventar las confederaciones y la FIFA consiste en reunir a las FM que afrontan retos similares para que los debatan y compartan buenas prácticas.

Multiplicar las oportunidades de juego en las competiciones nacionales. Crear un programa de partidos que optimice las oportunidades de juego en todos los grupos de edad y reduzca al mínimo los desequilibrios que provocan el abandono del fútbol.

Ampliar las oportunidades que reciben las mujeres. Las FM deberían incentivar que los clubes masculinos creen secciones femeninas, como una academia y un primer equipo. Es preciso profesionalizar las ligas nacionales femeninas. La introducción de equipos en más grupos de edad del fútbol juvenil también incrementaría la calidad de los clubes.

Crear experiencias de juego mucho más diversas. Para a ampliar y consolidar lo aprendido, los jugadores deben enfrentarse a rivales de diferentes calidades en formatos de juego variados. Las academias y otros sistemas de formación de juveniles deben equilibrar (en) su programa de capacitación y de juego para los jugadores incluidos en su estructura de desarrollo.

Aumentar las oportunidades de juego en las competiciones internacionales. Las federaciones deben proporcionar más oportunidades competitivas a las selecciones juveniles y absolutas fuera de los Mundiales de la FIFA, tanto en el entorno de las confederaciones como en las regiones, así como crear nuevos torneos (p. ej. ligas regionales), competiciones y partidos con más relevancia. Para asegurarse de que ningún grupo de edad se quede sin la posibilidad de participar en grandes competiciones será preciso revisar las estructuras de los campeonatos juveniles de la FIFA y de las confederaciones. De igual forma, se deberán ampliar los grupos de edad y la frecuencia de los Mundiales juveniles, y las confederaciones deberían plantearse crear campeonatos internacionales de divisiones inferiores para mejorar el equilibrio competitivo de los jóvenes mediante más partidos contra rivales apropiados.

Invertir en infraestructuras para el fútbol base y juvenil. Una buena inversión contribuiría a subir el listón de calidad y cantidad de las superficies de juego adaptadas a la edad, los servicios auxiliares y el correspondiente equipamiento de fútbol.

Estructuras de desarrollo del talento: la función del juego