Parte 1: Introducción

El fútbol ágil y veloz entusiasma a todos los apasionados por este deporte, ya sea la velocidad de un jugador que avanza con potencia y dinamismo sorteando las acometidas de los rivales a la vez que exhibe una técnica exquisita con el balón pegado a los pies, la poesía visual de un contragolpe fulgurante y devastador o la simplicidad de la pelota que circula con soltura y rapidez entre los integrantes de un equipo.

Un denominador común de todas las situaciones anteriores es la velocidad: el tiempo que tiene el jugador el esférico, desde que lo recibe hasta que ejecuta el pase. En ese sentido, el juego puede verse ralentizado si el jugador recibe el balón en una posición inadecuada, no está al tanto de la posición de sus compañeros o toma una decisión incorrecta. Por el contrario, posicionarse correctamente, prestar atención a la situación sobre el campo, la determinación y el acierto en las decisiones pueden acelerarlo. Y a veces también hay acciones que ralentizan el juego por un instante, pero permiten aumentar el ritmo a continuación: por ejemplo, cuando se da un toque más para retrasar el momento del pase y que un compañero tenga tiempo de avanzar hacia el espacio libre.

Un imperativo absoluto del ritmo de juego es la habilidad técnica de un futbolista en el momento de recibir el balón, lo que le permite controlar el esférico y dar pases rápidos, así como absorber o reorientar la potencia del pase con el fin de redirigir la trayectoria del balón para conseguir una mayor ventaja. 

El comentario de De Reus guarda relación con uno de los muchos atributos vinculados a la recepción del balón con los que deben contar los futbolistas de calidad.

Esta serie de artículos pretende destacar y examinar en detalle la calidad que subyace en el arte de la recepción del balón y el pase, así como los aspectos fundamentales (dentro de la calidad general) que influyen de forma decisiva en la velocidad del juego. Utilizando imágenes de torneos recientes de la FIFA, mostraremos algunos ejemplos excepcionales y pondremos de relieve la complejidad inherente al conjunto de habilidades que deben poseer los futbolistas para recibir y dar pases de calidad.

Haremos hincapié en la importancia de este conjunto de atributos técnicos y tácticos esenciales para tomar decisiones rápidas y determinantes, además de para desplegar un juego eficaz, creativo e imprevisible. Estos atributos pueden imponer un dominio técnico indiscutible y ejercen una gran influencia sobre el ritmo del juego y la creación de oportunidades técnicas y tácticas, incluso en algunas de las situaciones más confusas de los partidos, y logran al mismo tiempo que estos complejos lances lleguen a parecer simples.

Cada uno de los cuatro artículos de esta serie se centrará en destacar y representar claramente uno de los muchos atributos que componen un gran conjunto de habilidades de recepción del balón y pase. Las imágenes de vídeo mostrarán muchas de las cualidades necesarias en las acciones más decisivas de los partidos. Nuestro objetivo es llamar la atención sobre una cualidad específica dentro de la jugada, analizando su contribución de una manera que invite a la reflexión y tratando de reforzar algunas conclusiones para los lectores.

Exploraremos las siguientes cualidades individuales que tienen una influencia fundamental en el arte de la recepción del balón y el pase:

Atención y anticipación
La chispa necesaria para ir un paso por delante (artículo 2)

La orientación espacial, posicional y periférica (SPPA)
El marco básico para la comprensión del juego y su aplicación táctica (artículo 3)

La conciencia y coordinación técnicas
La calidad técnica: la base del fútbol (artículo 4)

El conjunto de habilidades al completo
Representado por el arte minimalista del fútbol al primer toque (artículo 5)