#Acciones de clase mundial

Kylian Mbappé: un depredador del área

FIFA, 2-7-2024

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En este artículo de nuestra serie sobre recursos de primera categoría nos centramos en las internadas en el área y la contundencia de cara a puerta del superclase entre los superclases, que, además de ser un goleador que no perdona, genera oportunidades para sus compañeros. Hablamos de un jugador camaleónico con una capacidad técnica marca de la casa: el francés Kylian Mbappé.

Acostumbrado a ofrecernos grandes momentos en los partidos más importantes, Mbappé es capaz de irrumpir en el área o aparecer de improviso en un ángulo muerto para desbaratar la defensa rival en décimas de segundo. Otras veces, le basta con una internada con balón para disparar a puerta con precisión milimétrica. En el siguiente vídeo podemos admirar el implacable instinto goleador por el que ganó la Bota de Oro.

Conclusiones más importantes

  • Es habitual ver a Mbappé, todo un especialista en cambios de ritmo para obtener una ventaja táctica, levantar el pie del acelerador y adoptar una apariencia más relajada al acercarse al área, tanto con la pelota como sin ella. Esta acción deliberada altera el ritmo del contrario y lo ralentiza hasta casi pausarlo, dándole la falsa sensación de que dispone de unos instantes para tomar aire. Es la calma que precede a la tempestad, y un momento que el francés aprovecha para preparar su próxima acción letal. Antes de que los rivales puedan darse cuenta, llega el tiro a puerta y la celebración del gol, como si les hubieran robado la cartera y siguieran buscándola cuando el daño ya está hecho.  

  • Con la astucia y el instinto de un depredador, Mbappé busca constantemente la internada en el área o a la espalda de la defensa. Arrastra a los rivales para descolocarlos y provocar que se precipiten, o se adelanta a los lapsos de concentración o pérdida de perspectiva posicional para hacer gala de su explosividad. Cuando percibe vulnerabilidad en el equipo contrario, penetra a la velocidad de la luz y combina con algún compañero, rebasa a la defensa y finaliza la jugada con precisión de cirujano. Sus movimientos son tan rápidos, perfectamente calculados y sorprendentes, que casi imposibilitan la reacción y recuperación a tiempo del oponente. 

  • Cualquier defensor que se enfrenta a Mbappé sufre lo indecible al no saber a qué atenerse y al ver cómo acapara toda su atención. Los problemas crecen cuando se interna como un rayo por una banda y ofrece una magnífica asistencia con la zurda (como ya vimos en el primer artículo de esta serie, «Kylian Mbappé: frenarse para volver a acelerar») o cuando irrumpe en el área con un certero zapatazo con la diestra que se cuela por la escuadra (en este mismo artículo). Sus recursos parecen ilimitados y su genialidad, imprevisible. No muestra piedad alguna ante el mínimo error rival, lo que genera un estado de nerviosismo y precipitación en el oponente de los que el ariete sabe aprovecharse.

Primer ejemplo: visto y no visto

El primer ejemplo muestra una pared con un control total sobre los tiempos, un cambio de ritmo dinámico y una precisa ejecución técnica: la sencillez futbolística y la eficacia sin concesiones hechas realidad. Mbappé nos enseña cómo se frena el ritmo del partido para acelerarlo inmediatamente después. En esta ocasión, arrastra a los defensas rivales hacia él y luego se apoya en un compañero que pasa a captar la atención de estos. Así, a Mbappé le queda un espacio libre que aprovecha para rematar solo. Como vemos, cuando nuestro protagonista pisa el vértice del área, provoca el repliegue de los defensas contrarios.

Segundo ejemplo: el gol llega antes de que la defensa pueda reaccionar

El siguiente vídeo es otro ejemplo perfecto de cómo Mbappé se adentra en el área para anotar haciendo gala de su instinto goleador, sus recursos técnicos y su carácter implacable de cara a puerta. Además, permite entender por qué el temor y las dudas parecen atenazar a los rivales cuando se interna por el carril central izquierdo. Observamos que su compañero recibe el balón por la izquierda, en la esquina del campo, y cómo Mbappé va acercándose al área con toda la intención.

Tercer ejemplo: el gol que define a un superclase

El último vídeo forma parte ya de la historia de los mundiales, y es un magnífico ejemplo de jugador insignia que, en el mayor escaparate del fútbol, da un paso al frente cuando su equipo más lo necesita. Después de recibir dos pases de muy difícil control en condiciones de máxima presión debido al partido que estaba en juego, Mbappé realiza un trabajo excepcional para conseguir uno de los mejores goles de la historia de la Copa Mundial. Asistimos también a su acrobática e inconfundible pared; un golpe encima de la mesa de un jugador que no tira la toalla y que pelea por meter de nuevo a su selección en el partido. Analizamos la jugada a partir del momento en que el número 14 de Francia, Adrien Rabiot, avanza hacia el interior y envía un balón bombeado hacia el último tercio.

Resumen

Mbappé, acostumbrado a ofrecernos grandes momentos en partidos decisivos, rentabiliza al máximo sus inigualables recursos futbolísticos gracias a su capacidad de sorpresa. Tirando de astucia e imaginación, cambia de ritmo, combina con compañeros e irrumpe sin concesiones en las inmediaciones del área para aprovechar los espacios que concede el rival o para desbaratar su línea defensiva. Sus incursiones en el área, una sorprendente estampida de velocidad y precisión, suelen culminar antes de que los defensores puedan siquiera intentar detenerlas. 

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