Puntos clave
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Aunque los equipos recorrieron una distancia menor en la segunda parte que en la primera, las distancias cubiertas a intensidades más elevadas se mantuvieron parejas en ambas mitades.
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Si bien, en todas las posiciones, las jugadoras redujeron su distancia total en la segunda mitad, las centrales, las mediocentros y las extremos mantuvieron o incluso aumentaron su rendimiento a alta intensidad y al esprint tras el descanso.
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Es preciso hacer un mayor hincapié en la preparación de los equipos y las jugadoras de todas las posiciones para enfrentar partidos más largos con la misma intensidad en ambas mitades.
Distribución de la actividad por mitades
Los estudios demuestran que las jugadoras de élite recorren una distancia menor, tanto en términos totales como en ciertas zonas de velocidad, en la segunda mitad de los partidos.1 Por consiguiente, la intensidad y el carácter intermitente del fútbol femenino pueden provocar que aparezca cierto grado de fatiga en la última fase de los encuentros.2 Aunque se han propuesto multitud de mecanismos para explicar el desarrollo de la fatiga en el fútbol, los investigadores no han logrado determinar la causa exacta.3 Algunos la han atribuido a la merma de las reservas de glucógeno de los músculos al final de los partidos y a la menor disponibilidad de fosfocreatina tras periodos de actividad intensa.4 Sin embargo, el fútbol es un deporte complejo, y la fatiga no es lo único que influye en el descenso del rendimiento durante la segunda mitad. Por ejemplo, la trascendencia de los partidos y las diversas situaciones de juego son algunos de los muchos factores que pueden reducir o aumentar el rendimiento físico de las jugadoras.5
Las nuevas reglas de juego modifican las tendencias observadas en cada mitad
Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es la introducción de nuevas reglas. Por ejemplo, la nueva directiva de la FIFA con respecto al tiempo añadido se ha traducido en partidos muchos más largos, especialmente las segundas partes. En virtud de las últimas reglas, los equipos también pudieron realizar cinco sustituciones en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia & Nueva Zelanda 2023™, frente a las tres de Canadá 2015 y Francia 2019. Por consiguiente, es necesario cuantificar las tendencias observadas en los equipos y posiciones en cada una de las dos mitades, a fin de determinar si la modificación de las reglas ha provocado cambios en la distribución de la actividad.
Optimización de la comparación entre mitades
Los estudios previos donde se analizan las tendencias observadas en cada mitad se han basado en partidos con mitades de una duración razonablemente similar.1 Sin embargo, en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™, las segundas mitades fueron mucho más largas que las primeras. Por lo tanto, para posibilitar comparaciones más adecuadas con respecto a la disminución del rendimiento tras el descanso, los datos físicos se ajustaron para expresar los metros recorridos por minuto de juego (m/min).
Tendencias de los equipos en cada mitad
En las figuras 1 a 3 se muestra el rendimiento físico de todas las selecciones participantes en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™, durante la primera y la segunda mitad de los partidos. Los equipos situados sobre la línea central recorrieron la misma distancia en ambas mitades. Los equipos que figuran en el triángulo inferior recorrieron una mayor distancia en la primera mitad, mientras que los del triángulo superior lo hicieron en el segundo tiempo. Tal y como se muestra en la figura 1, los equipos recorrieron una distancia total por minuto alrededor de un 6 % menor en la segunda mitad que en la primera. Alemania y RP China registraron los descensos más pronunciados en la distancia total recorrida por minuto en la segunda mitad de los partidos. En cambio, Costa Rica, Vietnam, Jamaica y Argentina fueron las únicas selecciones que recorrieron una distancia total similar o superior en la segunda mitad en comparación con la primera.
Sin embargo, en las figuras 2 y 3 se muestra un panorama completamente diferente con respecto a la distancia recorrida por minuto a las intensidades más elevadas. Por ejemplo, las distancias cubiertas a alta intensidad (>19.0 km/h) y al esprint (>23.0 km/h) fueron similares o ligeramente superiores en la segunda mitad. Llaman la atención Brasil y Canadá, selecciones que mostraron una mayor intensidad en la segunda mitad que en la primera. Exactamente lo contrario sucedió en el caso de Vietnam y Sudáfrica, que mostraron una intensidad notablemente inferior en el segundo tiempo en comparación con el primero. En las ediciones de 2019 y 2023 de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™, se dio una reducción similar de la distancia total recorrida por minuto en las segundas mitades.6Sin embargo, aunque la distancia recorrida a alta intensidad y al esprint descendió en los segundos tiempos de Francia 2019,6 no sucedió lo mismo en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™.
Esta intensidad mantenida en ambas mitades de los encuentros de Australia & Nueva Zelanda 2023 es coherente con las tendencias observadas en los equipos de la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™.7 Puede que esta circunstancia guarde cierta relación con la posibilidad de realizar hasta cinco sustituciones en los partidos, lo cual puede contribuir a mantener la intensidad de juego. Esta tendencia tiene cierta lógica, ya que las suplentes suelen recorrer mayores distancias por minuto y son capaces de rendir a una intensidad más elevada que las jugadoras que han salido de inicio.8
También se observó una tendencia clara al clasificar a los equipos de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™ según las categorías «Baja» y «Alta» en función de la distancia que recorrieron a alta intensidad y al esprint (>19.0 y >23.0 km/h) en la primera de mitad de sus partidos. Por ejemplo, los equipos incluidos en la categoría «Alta» (que corrieron más de 65 m/min a alta intensidad o esprintaron más de 18 m/min durante la primera mitad) tenían más probabilidades de recorrer una distancia menor en ambos casos en la segunda mitad. Brasil fue la excepción a esta regla. Por su parte, los equipos incluidos en la categoría «Baja» (que corrieron menos de 65 m/min a alta intensidad o esprintaron menos de 18 m/min durante la primera mitad) tenían más probabilidades de recorrer una distancia mayor en ambos casos en la segunda mitad. Vietnam fue la selección que más se desvió en este sentido.
Estas tendencias podrían deberse a numerosos factores, como la fatiga psicológica, la dosificación de esfuerzos de los equipos o jugadoras, y diversos aspectos tácticos y contextuales. Curiosamente, las campeonas españolas no solo fueron una de las selecciones más intensas de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™ desde el punto de vista físico, sino que también lograron mantener esta intensidad extrema en ambas mitades, como se desprende de su posición por encima de la línea central o junto a esta en las figuras 2 y 3. Es probable que el mantenimiento de la distancia de carrera de alta intensidad y al esprint trajera consigo un descenso más pronunciado de la distancia total recorrida en la segunda mitad. Esta tendencia podría demostrar una estrategia de dosificación de esfuerzos en virtud de la cual se renuncia a la actividad de baja intensidad, como caminar y trotar (zonas 1 y 2), a fin de conservar la capacidad para completar carreras esenciales a velocidades superiores (zonas 4 y 5).9
TENDENCIAS POSICIONALES EN CADA MITAD
Descenso generalizado de la distancia total cubierta en la segunda mitad y gran diversidad de registros en las carreras de alta intensidad
Tal y como se muestra en la figura 4, en todas las posiciones, las jugadoras recorrieron una distancia total por minuto alrededor de un 7 % menor en la segunda mitad, en comparación con la primera. Sin embargo, esta reducción se hizo más evidente en las delanteras centro (-7.9 %) y fue menos notoria en el caso de las extremos (-4.0 %). Por otro lado, las figuras 5 y 6 revelan que el rendimiento en el primer y segundo tiempo varió considerablemente en las distintas posiciones, en lo que respecta a la distancia recorrida por minuto a las intensidades más elevadas (>19.0 y >23.0 km/h). Por ejemplo, el descenso de las distancias recorridas a alta intensidad y al esprint en el segundo tiempo fue más acentuado en el caso de las laterales (-6.2 % y -15.0 %), las centrocampistas ofensivas (-11.0 % y -15.4 %) y las delanteras centro (-16.0 % y -14.9 %). Por su parte, las centrales (+4.8 % y +8.3 %), las centrocampistas defensivas (-7.5 % y 0 %), las mediocentros (-1.7 % y +8.3 %) y las extremos (+2.5 % y +13.6 %) registraron descensos menos pronunciados en la segunda mitad y, en algunos casos, mantuvieron un rendimiento estable o incluso aumentaron su intensidad tras el descanso.
Dado que se ha determinado que las acciones de alta intensidad durante los partidos femeninos de élite merman considerablemente las reservas de glucógeno de las fibras musculares de tipo II,4 estas tendencias posicionales parecen lógicas. Por consiguiente, la disponibilidad limitada de energía durante la segunda mitad podría haber provocado un descenso más pronunciado de los esprints entre quienes más esprintaron en términos generales en los partidos de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™ (p. ej., las delanteras centro y las centrocampistas ofensivas). Puede que esto también explique en parte por qué las jugadoras de las posiciones que completaron menos esprints durante los encuentros fueron capaces de mantener o incluso de aumentar sus registros en el segundo tiempo (p. ej., las centrales y mediocentros).
Las extremos fueron las únicas que se desviaron de esta tendencia. Debido a la extenuante función que desempeñan, cabe suponer que estas jugadoras cuentan con cualidades físicas superiores a las de otras posiciones. Sin embargo, esta conclusión también podría guardar relación con el hecho de que las extremos se muestran más activas durante la segunda mitad de los partidos, a medida que aumentan la responsabilidad y las posibilidades de generar acciones ofensivas. Por ejemplo, en el fútbol de selecciones actual, los equipos suelen defender en un bloque medio muy cohesionado, un planteamiento que puede animar al rival a aprovechar con frecuencia el espacio por las bandas —principalmente por medio de atacantes abiertas— para generar oportunidades mediante centros.5
Los estudios subrayan la necesidad de un entrenamiento de alta intensidad entre las jugadoras de élite
Los datos contenidos en esta sección demuestran que la intensidad de juego se mantuvo en los distintos equipos y en determinadas posiciones en ambas mitades de los partidos. Por lo tanto, es preciso hacer un mayor énfasis en métodos de entrenamiento de alta intensidad, no solo al objeto de preparar a los equipos y determinadas posiciones para encuentros más largos, sino también para permitirles mantener o, en algunos casos, incluso aumentar la intensidad en la segunda mitad si es necesario. Los estudios indican que un entrenamiento de velocidad-resistencia específico para cada posición podría sobrecargar los sistemas aeróbico y anaeróbico y, por consiguiente, mejorar el rendimiento de alta intensidad de una jugadora.10 Esto se puede lograr mediante diversos ejercicios, con o sin balón.11-12
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