Puntos clave
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El ritmo de juego aumentó considerablemente en las semifinales y la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™, lo que indica que las exigencias se intensifican a medida que los equipos se acercan a las rondas decisivas del torneo.
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Hubo una correlación positiva entre la distancia recorrida al esprint por un equipo en posesión del balón y la media de puntos que obtuvo por partido.
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Las carreras de alta intensidad guardan relación con fases del juego cuyo devenir entraña una percepción directa de urgencia (p. ej., las fases de transición defensiva y ataque en el último tercio).
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Los equipos con un rendimiento físico sumamente alto o bajo en un partido pueden tener una incidencia directa en la exigencia del rival.
El rendimiento físico de un equipo puede verse afectado por multitud de factores
Son numerosos los factores que pueden aumentar o reducir las exigencias físicas a las que deben hacer frente las jugadoras en un partido. Ciertamente, dado el carácter multifacético del fútbol, durante un encuentro se entremezclan elementos técnicos, tácticos, sociales y psicológicos.1 Por lo tanto, resultaría sumamente simplista no tener presentes algunos de estos factores, ya que pueden modificar profundamente el rendimiento físico de los equipos. Aunque son innumerables, entre los aspectos más influyentes figuran la fase de la competición, la situación del partido, el estilo de juego y el nivel de ambos contendientes.2 La información sobre dichos factores puede resultar valiosa para los especialistas, al permitirles entender plenamente la enorme complejidad que rodea a estas variables contextuales y tácticas —por ejemplo, cómo actúan por separado y también cómo se interrelacionan y acumulan a lo largo de varios partidos—. En consecuencia, en esta sección se ahonda en cómo variaron las exigencias físicas en función de la evolución de los contextos y los planteamientos tácticos durante la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™.
Influencias contextuales
Exigencias físicas de los equipos en las distintas fases de un torneo
Cuando los equipos pasan de la fase de grupos de un gran torneo a la de eliminación directa, es lógico que se otorgue mayor importancia a ganar.3 Según investigaciones previas, este incentivo añadido por obtener la victoria en la fase de eliminación directa aumenta la intensidad del juego. Por ejemplo, en las ediciones de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ celebradas en Canadá en 2015 y en Francia en 2019, el número de esprints (>23.0 km/h) aumentó entre un 8 y un 12 % en las rondas de eliminación directa, en comparación con la fase de grupos.4 Esta tendencia se mantuvo en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™, especialmente en las semifinales y la final, donde las distancias recorridas a las intensidades más elevadas (>19.0 km/h) fueron considerablemente mayores que en la fase de grupos y las anteriores rondas de eliminación directa. La distancia total recorrida se mantuvo relativamente estable en las distintas fases del torneo (figura 1). Sin embargo, a medida que los equipos avanzaron hacia las rondas decisivas, se produjeron sensiblemente más carreras de alta intensidad y esprints (figuras 2 y 3). Además, tanto Inglaterra como España registraron su mayor número de esprints de toda la competición en la final. Curiosamente, las dos finalistas de la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™, Argentina y Francia, también cubrieron su mayor distancia al esprint en el partido más importante de la competición,5 lo que indica que la intensidad de juego podría ser mayor en los momentos decisivos del torneo.
Cuadrantes de equipos: relación entre el rendimiento físico y la media de puntos obtenidos por partido
En la sección anterior se evidenciaba que los equipos se preparan físicamente para las rondas finales de los torneos. Sin embargo, ¿obtienen también más puntos los equipos con un mayor rendimiento físico? Para determinarlo, se asignó un valor en puntos a los resultados de todos los encuentros de la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia & Nueva Zelanda 2023™: tres puntos por victoria, uno por empate y cero por derrota. En las figuras 4 a 7 se muestra la relación entre varios parámetros físicos y la media de puntos por partido. Se hallaron correlaciones relativamente débiles entre la media de puntos por partido y la distancia total recorrida (r=0.24), las carreras de alta intensidad (r=0.25) y la distancia al esprint (r=0.31). Por otro lado, se estableció una relación moderada entre la distancia recorrida al esprint por un equipo en posesión del balón y la media de puntos que obtuvo por partido (r=0.49). De los 16 equipos que alcanzaron la fase de eliminación directa, diez aparecen en el cuadrante superior derecho (figura 7), que refleja los equipos que más esprintaron en posesión del balón y que más puntos lograron por partido. Esta tendencia también se observó en la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™, en la que las selecciones que recorrieron una mayor distancia al esprint en posesión del balón fueron las que ganaron más partidos.5
Limitaciones de este enfoque
Aunque resulta tentador atribuir esta conclusión en gran medida a las características físicas, el lector debe tener presentes los complejos factores en torno al devenir de los partidos. Por ejemplo, algunos encuentros se decidieron en la tanda de penaltis, en la que, obviamente, no hizo falta esprintar en posesión del balón. Asimismo, en esta sección se ha empleado un método rudimentario de asignación de puntos, con tres puntos por victoria, a pesar de que la trascendencia de los encuentros de las rondas de eliminación directa hace que estos no sean comparables a los de la fase de grupos.
Además, cualquier conclusión a partir de una correlación moderada debe tratarse con cautela, ya que indica que existe una gran varianza sin explicar. No obstante, en conjunto, cabe reconocer las similitudes entre las últimas ediciones del Mundial masculino y femenino en lo que respecta al parámetro de esprints en posesión del balón. Por lo tanto, aunque el número de esprints en posesión del balón podría ser más significativo que otros parámetros físicos, los parámetros técnicos y tácticos siguen resultando mucho más efectivos a la hora de diferenciar a los equipos de éxito del resto.
Influencias tácticas
Vínculos entre las carreras de alta intensidad y las fases de juego
Se esperaba que el uso de los parámetros de inteligencia futbolística optimizados de la FIFA arrojara algo de luz sobre los factores tácticos que contribuyeron a aumentar o reducir el esfuerzo físico de los equipos durante los partidos de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™. Por lo tanto, al objeto de aportar más contexto a las tendencias observadas en el torneo, se correlacionaron entre sí parámetros físicos y tácticos para determinar posibles relaciones reseñables. En concreto, esta tarea se llevó a cabo usando los parámetros sobre fases de juego que recogían el planteamiento táctico empleado por los equipos durante los partidos. Curiosamente, en las situaciones de partido cuyo devenir entraña una percepción real de urgencia (p. ej., ante el riesgo de encajar un gol o una oportunidad de marcar), se dio una estrecha correlación entre el número de carreras de alta intensidad ejecutadas por un equipo y las diversas fases de juego.
Cuadrantes de equipos: tendencias en posesión y sin la posesión del balón
Las acciones de alta intensidad sin la posesión del balón incluyeron las transiciones y los repliegues defensivos (figura 8; r=0.48). Estas dos fases se combinaron, dado que tienen una finalidad similar (esto es, recomponerse rápidamente). Debido a las posibles consecuencias de no hacerlo, no es de extrañar que algunos equipos se emplearan a fondo sin la posesión del balón durante transiciones o repliegues defensivos.6-10 Las debutantes Filipinas, Zambia y Panamá aparecen claramente en el cuadrante superior derecho, con numerosos ejemplos de cada tipo de acción. Esta circunstancia podría indicar que algunos de los equipos noveles tuvieron dificultades desde el punto de vista táctico al enfrentarse a rivales más experimentados y, por lo tanto, se vieron obligados a replegarse con mayor intensidad y frecuencia.
Del mismo modo, las acciones de alta intensidad en posesión del balón incluyeron los movimientos destinados a avanzar rápidamente por el campo y a generar peligro en el último tercio (figuras 9 y 10; r=0.86-0.88). Ambas correlaciones guardan bastante similitud y podrían indicar que los equipos aumentan la intensidad una vez que progresan con la pelota, también en el último tercio, mediante pases directos o regates, a fin de generar ocasiones de gol.7,10
Los equipos más ofensivos que aparecen en el cuadrante superior derecho, como Brasil, España y Estados Unidos, avanzaron por el campo y atacaron en el último tercio a más velocidad y con mayor frecuencia que los equipos más retrasados y defensivos que aparecen en el cuadrante inferior izquierdo, como Costa Rica, Filipinas y Vietnam (figuras 9 y 10). Varios estudios han revelado que la mayoría de las acciones de alta intensidad de un equipo tienen lugar durante actividades basadas en una transición rápida.8 Por consiguiente, las correlaciones anteriores podrían indicar que las jugadoras ejecutan carreras intensas bien para replegarse en defensa hasta una posición más favorable, bien para avanzar en el marco de un ataque. No obstante, el lector debe tratar estos vínculos con cierta cautela, ya que correlación no equivale a causalidad.
Incidencia del rival en el rendimiento físico durante los partidos
Un factor de peso que influye en el rendimiento físico de un equipo es el rival que tiene enfrente. Esta circunstancia resulta especialmente evidente cuando el rival se emplea con una intensidad sumamente alta o baja. Este factor, entre muchos otros, puede obligar a un equipo a aumentar o reducir su esfuerzo en función de la situación.3 En las figuras 11 y 12 se muestra a los equipos de acuerdo con su despliegue físico (alto o bajo) y el impacto que ello pudo haber tenido en la actividad del rival. En la escala de alta intensidad (>19.0 km/h), España y Zambia figuran en el extremo superior y Costa Rica y Jamaica, en el inferior. Al enfrentarse a Zambia o España, los equipos ejecutaron entre un 8 y un 21 % más de carreras de alta intensidad y recorrieron al esprint una distancia entre un 17 y un 34 % mayor, en comparación con sus otros partidos. Costa Rica, Japón y España recorrieron claramente una mayor distancia a alta intensidad y al esprint contra Zambia que en sus demás encuentros.
Del mismo modo, al enfrentarse a España, la mayoría de los equipos ejecutaron más carreras de alta intensidad y esprints. Japón fue la única selección que se desvió de esta tendencia. En cambio, al enfrentarse a Costa Rica o Jamaica, los equipos ejecutaron entre un 5 y un 10 % menos de carreras de alta intensidad y recorrieron al esprint una distancia entre un 8 y un 10 % menor, en comparación con sus otros partidos. Por ejemplo, Zambia y Japón cubrieron una menor distancia a alta intensidad y al esprint contra Costa Rica. Por su parte, España fue la única selección que aumentó su intensidad frente a las costarricenses. La misma tendencia se observó en el caso de Jamaica, cuyas rivales ejecutaron en todos los casos menos carreras de alta intensidad que en sus demás encuentros del torneo.
Los parámetros de inteligencia futbolística optimizados de la FIFA aportan un contexto de vital importancia
Los datos obtenidos a partir de los parámetros de inteligencia futbolística optimizados de la FIFA aportan un valioso contexto con respecto a los motivos por los que determinados equipos influyeron en el rendimiento físico del rival. Aunque Zambia y España fueron dos de los equipos más intensos del torneo desde el punto de vista físico, su perfil de actividad se rigió por planteamientos tácticos totalmente opuestos. España fue una de las selecciones que recorrió una mayor distancia a alta intensidad en posesión del balón. Todo lo contrario sucedió con Zambia, cuya distancia a alta intensidad sin la posesión del balón estuvo entre las más elevadas del torneo. Por consiguiente, ambas selecciones provocaron que el rival aumentara su actividad, pero de distinta manera.
Por ejemplo, el dominio de la posesión de España propició que registrara el mayor número de movimientos para recibir el balón y el segundo mayor de acciones en las fases de progresión con el balón y de ataque en el último tercio de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™. Cuando las españolas avanzaban a gran velocidad, aprovechaban a la perfección las bandas para enviar centros al área penal y a menudo trataban de desmarcarse a la espalda de la línea defensiva rival. Ambas fueron facetas en las que España ocupó el primer puesto. Lógicamente, no solo es posible que estas acciones resultaran agotadoras para las jugadoras españolas, sino que también parecen haber influido en el trabajo de sus rivales, que reaccionaron para neutralizar la actividad de alta intensidad de España en posesión del balón. Aunque España registró la mayor media de posesión del balón del torneo, también hubo ocasiones en las que perdió la pelota y se vio obligada a presionar con intensidad, iniciar la transición defensiva o replegarse si era necesario desde el punto de vista táctico.
Por su parte, el bajo porcentaje de posesión de Zambia se tradujo en una de las peores cifras de movimientos para recibir el balón de la competición. Sin embargo, fue una de las selecciones que presionaron con mayor intensidad durante el torneo, lo que en última instancia provocó numerosas pérdidas del rival y permitió a las zambianas contraatacar constantemente a gran velocidad. Asimismo, Zambia ocupó los percentiles superiores con relación al número total de presiones tras pérdida y transiciones defensivas, situaciones que solían darse cuando perdían la pelota durante internadas en ataque. Por lo tanto, las rivales aumentaban la intensidad al superar la presión zambiana y adentrarse en zonas más adelantadas. La intensidad de esta presión también exigía al rival desmarcarse al espacio de forma más activa para recibir el balón en dichas situaciones. Asimismo, la frecuencia con la que Barbra Banda y sus compañeras salían al contraataque obligaba a sus rivales a aumentar su actividad para iniciar la transición defensiva o replegarse a gran velocidad y neutralizar estos rápidos avances.
En cambio, Costa Rica y Jamaica provocaron que sus rivales redujeran su actividad de alta intensidad. Costa Rica fue la selección del torneo que recorrió una menor distancia a alta intensidad en posesión del balón. Las costarricenses tendieron a defender en un bloque bajo muy cohesionado durante periodos prolongados. Este planteamiento redujo sus propias oportunidades de desmarcarse al espacio y, lo que es más importante, limitó la posibilidad del rival de ejecutar movimientos de alta intensidad, especialmente a la espalda. La posición más retrasada de Costa Rica quedó de manifiesto por el elevado número de acciones en la fase de repliegue y el reducido número en la de transición defensiva. Estas últimas acciones suelen producirse en zonas más adelantadas del campo. Las costarricenses iniciaron sus acciones ofensivas en gran medida mediante juego directo, como evidencia el elevado número de balones en largo que enviaron durante el torneo. Este juego directo suele ser más fácil de neutralizar que los ataques rápidos y elaborados, de ahí la menor actividad de sus rivales.
Del mismo modo, Jamaica registró una de las menores cifras en términos de distancia recorrida a alta intensidad en posesión del balón, tras ejecutar el menor número de movimientos para recibir del torneo. Las jamaicanas también tendieron a emplear un bloque bajo o medio durante periodos prolongados, por lo que apenas concedieron espacio para que el rival ejecutara acciones de alta intensidad. Sus ataques consistieron principalmente en pases en largo y su cifra de progresiones con el balón estuvo entre las más bajas del torneo. Dado el reducido número de movimientos para recibir, progresiones con el balón e internadas en el último tercio de Jamaica, sus rivales acumularon menos movimientos reactivos para defender dichos ataques.
Los ejemplos que se presentan en esta sección resaltan claramente la influencia que ejercen diversos contextos y planteamientos tácticos en las exigencias físicas de las selecciones nacionales femeninas. Es importante mencionar que existen muchos otros factores que no se han tratado en el presente documento, pero que también contribuyen a distintos grados de actividad.
Aunque en este análisis se ofrece una perspectiva única sobre las exigencias físicas durante la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™, el lector debe tener en cuenta una importante limitación. Lo ideal sería que los datos físicos presentados incluyeran parámetros de aceleración y cambio de dirección, a fin de brindar una visión más completa de las exigencias de los equipos y las distintas posiciones.
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Reconocimientos
Nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas que han apoyado esta investigación, incluidos los responsables de contenido, los científicos de datos, los analistas y el equipo de edición de la FIFA, entre muchos otros.