La fase de grupos de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA™, con 36 partidos disputados en nueve días, ha sido futbolísticamente muy intensa. El Grupo de Estudio Técnico (GET) envía a sus integrantes a todos los encuentros a fin de observar a cada participante y hacer un seguimiento de las nuevas tendencias que vayan surgiendo durante la competición. Una vez finalizada esta fase, los expertos del GET reflexionan sobre los aspectos más destacados de cada grupo y comienzan a definir las tendencias generales observadas en Indonesia.
Grupo A: Marruecos, Ecuador, Indonesia y Panamá
Julio González: en el grupo A, hemos observado a Ecuador, Marruecos, Panamá e Indonesia, cuyos partidos han presentado varias similitudes. Una de ellas ha sido el énfasis en salir con el balón jugado. Ha sido habitual ver a los porteros pasar el balón a sus centrales, en los que se apoyaba para iniciar la construcción del ataque. Los centrales han buscado en gran medida combinar con sus centrocampistas defensivos, sus mediocentros o su número diez. Cuando no han dispuesto de estas opciones o han recibido la presión de la línea de ataque rival, han recurrido a balones en largo hacia sus extremos o delanteros.
Otro aspecto destacado del grupo han sido las diversas tácticas empleadas por los equipos para adentrarse con el balón en el último tercio. El principal exponente en esta táctica ha sido la selección de Ecuador, que ha buscado construir el ataque mediante movimientos agresivos e intensos, dirigidos a adentrarse con el balón en el último tercio. Aunque Indonesia también ha tratado de mantener la posesión del balón, ha resultado menos incisiva a la hora de enviar la pelota a posiciones adelantadas del terreno de juego.
Otro aspecto ha sido el intento de los equipos de iniciar jugadas tras recuperar el balón en zonas predeterminadas del campo. Por ejemplo, algunas selecciones dejaban que el rival jugara por la banda derecha. En ese momento, iniciaban la presión y, si recuperaban el balón, cambiaban rápidamente de orientación hacia un jugador libre de marca situado en el otro extremo del campo. Al adentrarse en el último tercio, este jugador solía estar en situación favorable para encarar en el uno contra uno. Si rebasaba al rival, se encontraba en condiciones de finalizar la jugada de ataque con una internada o centrando para uno de sus delanteros.
Un cuarto aspecto destacado del grupo ha sido la forma en que los equipos han generado espacios durante la construcción de la jugada para atacarlos poco después. Cuando el balón ha pasado por los centrales en fases de construcción desde atrás, estos han tendido a estar atentos a los desmarques de sus mediocentros y al espacio generado. Por ejemplo, al correr hacia la derecha del campo, los mediocentros arrastraban consigo a los rivales, por lo que se generaban espacios en el lado izquierdo. Entonces, el lateral izquierdo podía atacar dichos espacios y asumir la función de un extremo extra. Por su parte, los centrales jugaban con el lateral izquierdo, quien entonces podía generar acciones de peligro adentrándose en el último tercio, centrando al área o triangulando con sus compañeros de ataque.
Grupo B: España, Mali, Uzbekistán y Canadá
Pape Thiaw: en este torneo sub-17 hemos visto mucho juego directo, especialmente por parte de los jugadores situados en el carril central y el portero, es decir, los que tienen una visión directa del juego. Varios de los equipos de nuestro grupo han recurrido a esta opción para superar por alto las líneas rivales, ya que cuentan con jugadores de banda u otros atacantes muy buenos en el uno contra uno, y con la velocidad y el regate necesarios para adentrarse con la pelota en campo contrario a gran velocidad. En Surakarta, los envíos rápidos en largo, una táctica directa que se suele utilizar para iniciar contraataques, han propiciado cuatro goles y un montón más de ocasiones. Los porteros también recurren a esta opción para neutralizar la presión alta que ejercen algunos equipos. En este sentido, las selecciones que le han sacado mayor partido han sido Mali, España, Uzbekistán y Panamá (del grupo A).
Tres de estos cuatro equipos (Mali, España y Uzbekistán) han ejercido una presión alta para impedir que el rival mantuviera la posesión y progresara por el terreno de juego. Recuperar el balón en una posición adelantada del campo y enviarlo rápidamente a la espalda de la defensa es una táctica que genera numerosas ocasiones, ya que las acciones comienzan cerca de la portería rival. A pesar de requerir un despliegue físico y una resistencia enormes, esta estrategia defensiva ha dado sus frutos a estos tres equipos, que la han puesto en práctica con gran intensidad. La presión de estas selecciones ha consistido en gran medida en colocarse correctamente, cerrar el paso al rival y hostigarlo, realizar buenas coberturas y mantener una buena comunicación.
Durante los encuentros del grupo hemos observado a los laterales contribuir al juego de su equipo de diferentes formas. Se trata de una posición que requiere gran condición física y calidad técnica para ayudar al equipo a sacar el balón y, lo que es más importante, la fortaleza mental necesaria para repetir el esfuerzo una y otra vez. La aportación específica de estos jugadores ha variado de un equipo a otro en función de las distintas filosofías de juego.
En ataque, los laterales desempeñan un papel fundamental, ya que pueden acompañar la jugada por su lado del campo a fin de generar superioridades, o bien desmarcarse en el momento adecuado para recibir balones en largo y centrar, como hemos visto con el español Héctor Fort (2) por la derecha y el panameño Juan Hall (5) por la izquierda. Algunos de estos jugadores son claves en la construcción del ataque de su equipo, como el uzbeko Azizbek Tulkunbekov (5), que tiene una labor de lo más interesante, consistente en meterse hacia dentro y ejercer de segundo centrocampista defensivo.
Grupo C: Inglaterra, Brasil, Irán y Nueva Caledonia
Gemma Grainger: el grupo C de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA™ se ha convertido en escaparate de la firme voluntad de los equipos de aprovechar las bandas y desbaratar las líneas defensivas en puntos estratégicos. Han destacado las combinaciones dinámicas entre extremos, centrocampistas ofensivos y laterales, que han sido los protagonistas hasta la fecha. Los extremos han mostrado una tendencia constante al uno contra uno, además de determinación y fiabilidad a la hora de atacar a los rivales. Estas situaciones se han traducido con frecuencia en ocasiones de gol o fases ofensivas de combinación con compañeros.
En los partidos del grupo también se han observado rápidas transiciones ofensivas, caracterizadas por pases en largo o conducciones de balón cubriendo distancias considerables tras recuperar la posesión. En defensa, los equipos han adoptado distintas estrategias, desde una presión alta o media hasta bloques bajos, defendiendo con habilidad y minimizando los espacios en torno al área penal para mantener sus opciones en este reñido grupo.
Grupo D: Argentina, Senegal, Japón y Polonia
Pascal Zuberbühler: además de mostrar una clara variedad de estilos futbolísticos, el grupo D ha puesto de manifiesto algunos de los aspectos que, en mi opinión, hacen que estas competiciones sean tan extraordinarias. Hemos visto las distintas estrategias que emplean los equipos para construir la jugada desde la línea defensiva, combinando pases en corto y balones en largo a la línea de ataque, especialmente en los partidos de Japón y Senegal. Un elemento recurrente ha sido el excelente juego ofensivo, de enorme calidad técnica y perfecta ejecución. Así lo ha evidenciado la gran cantidad de goles marcados en varios partidos, en los que hemos visto a los equipos superar las líneas rivales principalmente mediante pases por alto y acciones por las bandas. En el último tercio, han tratado de conducir el balón al área usando los carriles exteriores, a fin de generar ocasiones de gol más cerca de la portería rival.
Algo que me ha llamado mucho la atención ha sido la fortaleza ofensiva de Senegal, que ha aprovechado su velocidad y potencia para causar numerosos problemas a las defensas rivales. En el contexto de este gran despliegue ofensivo, hemos visto equipos con jugadores de gran talento individual, especialmente en las filas de la selección argentina, cuya maestría con el balón ha sido un deleite para la vista.
En defensa, hemos observado una organización clara en varios casos, además de equipos que trataban de cerrar el centro del campo para obligar a los rivales a jugar por las bandas. Japón ejecutó a la perfección esta estrategia en su encuentro contra Senegal, en el que ubicó a sus dos centrocampistas defensivos muy cerca de la línea de atrás, con lo que limitó las opciones senegalesas por el carril central. En aquellas ocasiones en las que Senegal logró superar a la defensa de Japón, la sólida actuación del portero nipón contribuyó a la victoria de su equipo. Junto a esta organización, también hemos sido testigos de equipos intensos y correosos, especialmente Polonia. Según ha ido avanzando la fase de grupos, hemos visto una clara mejora en las prestaciones de los equipos, por lo que tengo muchas de ganas de ver qué nos depara el resto del torneo.
Grupo E: Francia, Estados Unidos, Burkina Faso y República de Corea
Gemma Grainger: el grupo E se ha caracterizado por un elevado ritmo de juego, con un compromiso encomiable de los equipos a la hora de construir la jugada desde atrás, a pesar de hacer frente a una incesante presión alta. Se han observado una gran variedad de técnicas de progresión, especialmente en el caso de los mediocentros, que han destacado a la hora de recibir de medio lado y avanzar con la pelota.
Mención especial merecen algunos aspectos defensivos observados en el grupo. Así, los centrales han mostrado gran solidez desbaratando incursiones desde zonas retrasadas por parte de mediocentros rivales y de infatigables extremos deseosos de encarar en el uno contra uno. Igual de protagonista ha sido la vital aportación de los extremos, que han destacado por su ímpetu y compromiso en situaciones de uno contra uno, por lo que convendrá no perderlos de vista a medida que avance la competición.
Grupo F: Alemania, México, Venezuela y Nueva Zelanda
Pascal Zuberbühler: el grupo F de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA™ nos ha brindado excelentes partidos, en los que se ha hecho especial hincapié en el juego ofensivo y en hacer daño al rival en situaciones de uno contra uno. Actualmente vemos a los equipos adaptar su estrategia defensiva para limitar el avance del rival por la zona central. En este sentido, en este grupo hemos podido apreciar claramente el valor de contar con jugadores de calidad en las bandas y la medida en que estos ayudan a su equipo a superar a los rivales.
Alemania en concreto cuenta con muy buenos jugadores por fuera. Son rápidos y directos, y tienen una gran variedad de recursos para atacar al rival, ya sea corriendo hacia la línea de fondo o conduciendo el balón hacia el interior y amenazando con disparar a puerta. México ha sido otra selección que ha sacado gran partido de estas tácticas.
Este juego de ataque por las bandas se ha visto complementado por sólidas actuaciones de los delanteros centro del grupo. Así, los equipos han hecho un esfuerzo colectivo por meter jugadores en el área penal para finalizar las acciones iniciadas por las bandas. Los centrocampistas venezolanos han firmado actuaciones destacadas en su zona del campo; por su parte, Nueva Zelanda también ha mostrado por momentos un buen nivel y se lleva a casa una valiosa experiencia, a pesar de no haber estrenado su casillero de puntos.
Nuestro último apunte sobre el grupo guarda relación con las rápidas transiciones ofensivas que hemos observado en todos los equipos. Mención especial para Alemania, que parece mantener la forma que la llevó a hacerse con el Campeonato de Europa y viene mostrando una gran cohesión en esta faceta. También hemos observado una mentalidad muy positiva en los equipos cuando recuperan la posesión del balón, ya que tratan de avanzar al instante siguiendo la ruta más directa hasta la portería, a fin de sacar partido de estas situaciones en forma de ocasiones de gol.