#Copa Mundial Femenina de la FIFA

Más goles de saque de esquina: la eficacia de la rosca hacia dentro

FIFA, 24-1-2024

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En la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia & Nueva Zelanda 2023™ se marcaron 34 goles en acciones a balón parado. De ellos, 28 fueron en saques de esquina, doce más que en Francia 2019, y seis de tiro libre, diez menos que en el torneo precedente.

Estadísticamente, el 20 % de los goles del torneo (sin contar los tantos de penalti) se marcaron durante las fases de ataque en los saques de esquina. Esta cifra contrasta con el 13 % de 2019, el equivalente a uno de cada ocho goles que no llegaron de penalti. Este aumento significativo de los tantos procedentes de saques de esquina impulsó al Grupo de Estudio Técnico de la FIFA (GET) a realizar un análisis en profundidad de las razones que lo explican, en colaboración con el equipo de Perspectivas del Rendimiento Futbolístico.  

Antes de exponer las conclusiones de este análisis, es importante explicar las descripciones del Lenguaje del Fútbol de la FIFA que determinan cómo definimos, recogemos y calculamos los datos de las acciones a balón parado, incluidos los saques de esquina. 

Cómo recogemos y calculamos los datos de las acciones a balón parado

A efectos de la recogida de datos, una jugada de saque de esquina comienza en el momento en que el lanzador pone el balón en juego. La jugada finaliza cuando a) el juego se interrumpe o se marca un gol, b) los centrales del equipo atacante regresan a sus posiciones en defensa o c) el equipo defensor recupera la posesión del balón, lo primero que suceda. Como podemos ver en el siguiente vídeo, una acción a balón parado puede constar de varias fases. 

Vídeo 1: Francia marca un gol ante Panamá tras una acción a balón parado con tres fases.

REMATES A PUERTA

En comparación con el torneo de 2019, la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™ registró un aumento del 7 % de los remates a puerta en acciones a balón parado por cada 90 minutos de juego y, en lo que respecta a los saques de esquina, el 40.8 % acabó con un remate a portería. Asimismo, un porcentaje mayor de los saques de esquina terminaron en gol en 2023: el 4.7 % frente al 3.4 % de 2019. Esto significa que, en 2023, se anotó un gol por cada 21.3 saques de esquina, mientras que en 2019 se marcó un tanto por cada 29.6 córneres.

Estados Unidos registró una media de cuatro remates a puerta en acciones de estrategia por cada 90 minutos, más que ninguna otra selección del torneo, seguida por la anfitriona Australia, con 3.9 remates por cada 90 minutos. Es importante destacar que seis de las siete mejores selecciones en este apartado se clasificaron para disputar las fases de eliminación directa.

En 2023 se lanzaron 602 saques de esquina, 124 más que en la edición de 2019 (478). En parte, este aumento se puede explicar por el hecho de que la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ se amplió de 24 a 32 equipos, lo que conllevó un incremento en el número de partidos. Sin embargo, si normalizamos los datos por cada 90 minutos para hacer una comparación directa con torneos anteriores, vemos que sigue habiendo un aumento significativo. Por otra parte, el 86.6 % de los saques de esquina se enviaron directamente al interior del área, mientras que el 13.4 % restante se jugaron en corto o se dirigieron al borde del área.

Centros

Más goles tras centros cerrados

Cuando analizamos los tipos de centros que acabaron en goles o remates a puerta, nos llamó la atención que el número de tantos marcados en saques de esquina lanzados con la rosca hacia dentro había aumentado notablemente al pasar de solo dos en 2019 a nueve en 2023.

En el torneo de 2023, los centros cerrados aumentaron un 2.1 % respecto a 2019, y representaron el 49 % del total. A modo de comparación, los saques de esquina con la rosca hacia fuera disminuyeron un 0.9 % y los centros tensos o al hueco se redujeron en un 4.7 %, mientras que los saques de esquina bombeados aumentaron un 3.5 %.  

Según Nadine Angerer, exguardameta de la selección alemana, los centros cerrados plantean distintas dificultades para las porteras, dependiendo de la altura del envío y de la zona a la que se dirija: 

«Los balones con rosca hacia dentro son mejores para las guardametas, ya que en algún momento vienen hacia ti y tienes que calcular su trayectoria en curva, es decir, el vuelo de la pelota. Sin embargo, si el balón va hacia el primer palo, las porteras tienen más complicado llegar a él, porque parten de una posición retrasada y tienen poco tiempo de reacción, por lo que a menudo la responsabilidad recae sobre las defensas que ocupan esa zona. Por el contrario, cuando el balón va al centro de la portería o al segundo palo, las guardametas tienen más tiempo para moverse con rapidez y ajustar su posición».

Vídeo 2: La delantera italiana Cristiana Girelli (10) marca un gol a Sudáfrica tras un saque de esquina con centro cerrado.
Vídeo 3: Alexandra Popp (11), capitana de Alemania, marca contra Marruecos tras un saque de esquina con efecto hacia dentro.
Vídeo 4: La defensa inglesa Millie Bright (6) remata a puerta tras un centro cerrado de su compañera Alex Greenwood (5).
Vídeo 5: La defensa española Irene Paredes (4) marca de cabeza tras un envío con la rosca hacia dentro.

Los saques de esquina abiertos propician muchos remates a puerta

Aunque solo el 15 % de los saques de esquina enviados directamente al interior del área se lanzaron con el efecto hacia fuera, este tipo de envíos generó el mayor porcentaje de remates a puerta inmediatos; es decir, remates que se producen en la primera fase de la jugada a balón parado. De hecho, más de la mitad de los saques de esquina lanzados con la rosca hacia fuera provocaron un remate inmediato (el 54 %), lo que supone un aumento del 12 % respecto a 2019.

Como explica Nadine Angerer, para las guardametas es más difícil salir y atrapar el balón tras un centro abierto que en otros tipos de envíos:

«Los envíos con la rosca hacia fuera son más complicados de defender, ya que la curva que describe el balón lo va alejando de la guardameta, y esta tiene que salir antes de que se aleje demasiado. En un primer momento, el balón viene hacia la portera, por lo que tiene que ir a por él cuando empiece a abrirse o antes. La guardameta también debe calcular el vuelo de la pelota».  

«Si se trata de un balón bombeado con efecto hacia fuera, un posible remate de cabeza podría superar a la portera por alto, por lo que es importante que retroceda si no consigue hacerse con la pelota antes de que empiece a alejarse. Pero si es un balón rápido y potente, la guardameta debe ajustar su posición en función de dónde se producirá el primer contacto. Este tipo de centros requieren una técnica distinta por parte de las porteras», señala Angerer.

GANAR EL PRIMER CONTACTO, LA CLAVE DEL ÉXITO

Tanto si se ataca como si se defiende en un saque de esquina, ganar el primer contacto con el balón es fundamental. Cuando analizamos los datos de este apartado, observamos que las selecciones atacantes lograron más primeros contactos que en 2019 en todos los tipos de envíos, con la notable excepción de los centros abiertos.

Si tenemos en cuenta la amenaza ofensiva que suponen los saques de esquina con efecto hacia fuera, llama la atención que el porcentaje de primeros contactos ganados por el equipo atacante en estos envíos aumentara un 11 % en 2023 respecto a 2019. El dato equivalente relativo a los saques de esquina tensos/al hueco aumentó un 1 %, mientras que, en los córneres bombeados, el número de primeros contactos de los equipos atacantes se incrementó un 2 %. En cuanto a los centros con rosca hacia dentro, los conjuntos atacantes lograron un 3 % menos de primeros contactos que en el torneo anterior. 

Una vez más, Angerer lo explica desde el punto de vista de la guardameta:

«Si yo no puedo salir, espero que mis defensas ganen el primer contacto y hagan un buen despeje. Muy a menudo, los goles llegan después del segundo contacto o tras un despeje defectuoso en el primer contacto. La posición de las atacantes en el primer contacto también es importante. Si se produce en el área pequeña y va hacia la portería, es casi imposible de defender. Si el envío con efecto hacia dentro va muy cerrado, la atacante solo tiene que dar un leve toque para cambiar la dirección del balón, porque este ya viene con velocidad». 

ATACAR EL PRIMER PALO

En nuestro análisis también tuvimos en cuenta las posiciones iniciales y los desmarques de las jugadoras atacantes. Así, pudimos comprobar que la zona del primer palo tenía mucha importancia, especialmente cuando estaba ocupada por futbolistas atacantes o jugadoras que se movían en el interior del área.   

Para mayor claridad, cuando hablamos de «jugadoras que atacan el primer palo», nos referimos al número de futbolistas atacantes que se encuentran en la zona del primer palo en el momento del primer contacto con el balón (no cuando se lanza el saque de esquina). La cifra de jugadoras adicionales que entran al primer palo se calcula hallando la diferencia entre el número de atacantes situadas en la zona del primer palo cuando se saca de esquina y el número de atacantes en esa misma zona en el momento del primer contacto.

 Como podemos ver en el siguiente gráfico, cuantas más jugadoras atacantes haya en el primer palo, mayores serán las opciones de que se produzca un remate a puerta o un gol. Las selecciones que contaban con una sola jugadora en la zona del primer palo tenían casi el doble de probabilidades de rematar a puerta que los equipos que no tenían a ninguna futbolista atacando esa zona. También existe una relación directa entre el número de remates a puerta convertidos (es decir, que acabaron en gol) y el número de jugadoras que ocupaban la zona del primer palo en el momento del primer contacto con el balón. Llama la atención que, cuando los equipos tenían a tres jugadoras situadas en el primer palo, el 46 % de los saques de esquina propiciaron un remate a puerta (en la primera fase) y el 23 % de esos remates acabaron en gol.

Es importante destacar que los remates a puerta incluidos en estos datos no se circunscribieron a la zona del primer palo. Los remates se produjeron en distintos puntos, pero es la correlación entre la actividad de las jugadoras en la zona del primer palo y los remates a puerta lo que resulta interesante a efectos de este análisis. Por ejemplo, a veces los equipos colocaban a varias futbolistas en el primer palo como un cebo para las rivales con el objetivo de crear espacios o desajustes en los marcajes en otras zonas. Poblar de jugadoras el primer palo también fue una táctica efectiva para peinar el balón hacia compañeras situadas en otros puntos del área. 

Cualquier envío a la zona del primer palo plantea dificultades a las guardametas, ya que disponen de poco tiempo para llegar al balón. Si ese espacio se llena de futbolistas atacantes, las complicaciones son mayores, tal y como explica Nadine Angerer: 

«Si hay varias jugadoras en el primer palo y la guardameta tiene una futbolista rival delante de ella, le resulta muy difícil llegar hasta allí. Los centros que vienen a la altura de la cabeza también son complicados de atajar, porque tienen que venir más altos para poder salir a por ellos. Si el balón va un poco más elevado, puedes despejarlo de puños». 

«Como guardameta, si ves que no puedes llegar, no quieres que tus defensas estén delante de ti tapándote la visión, sino que se peguen a las rivales para molestarlas y reducir la calidad de sus remates. A veces, si hay futbolistas rivales en esa zona, la guardameta no puede ver el momento preciso en que se lanza el saque de esquina, por lo que tampoco puede moverse mucho».   

Jugadoras adicionales que entran al primer palo 

Cuando analizamos el número de jugadoras adicionales que entraban al primer palo (definido como la diferencia entre el número de atacantes situadas en la zona del primer palo cuando se sacaba de esquina y el número de atacantes en esa misma zona en el momento del primer contacto), observamos una correlación similar: tener más futbolistas en esa zona en los saques de esquina se tradujo en más goles. Como muestra el gráfico siguiente, las selecciones que tenían a dos jugadoras adicionales entrando al primer palo marcaron más del doble de goles que las que no contaban con ninguna.

Ocupar el primer palo con futbolistas atacantes y enviar más jugadoras a esa zona llegando desde atrás puede dar buenos resultados tanto contra defensas zonales como frente a marcajes individuales. Contra defensas en zona, mandar más jugadoras al primer palo puede crear superioridad numérica para el equipo atacante y enviar balones a ese punto es una forma de aprovechar esa ventaja. Ante marcajes individuales, sumar jugadoras en el primer palo puede crear desajustes entre atacantes y defensoras. Esta táctica también puede utilizarse como un cebo para arrastrar a las defensas hacia el primer palo, lo que abre huecos en otros puntos del área que pueden ser aprovechados por el conjunto atacante.

En opinión de Angerer, los desmarques hacia la zona del primer palo pueden ser un serio problema para las guardametas:

«Si eres guardameta, es imposible disputarle el balón a las rivales que corren hacia el primer palo, así que confías en que tus defensas se encarguen de esas atacantes y luchen por la pelota», explica.  «Por el contrario, si tienes visibilidad del momento en el que se produce el saque, cuentas con más información a la hora de tomar una decisión».

En los vídeos siguientes podemos ver una serie de ejemplos de equipos que aprovechan a las jugadoras situadas en el primer palo para generar remates a puerta y marcar goles.

Vídeo 6: Las jugadoras de Japón corren hacia el primer palo y crean una ocasión de gol contra Noruega.
Vídeo 7: Estados Unidos genera un remate a puerta contra Portugal mediante una combinación de jugadoras que se colocan en el primer palo y futbolistas que llegan en carrera a esa zona.
Vídeo 8: En su partido contra Panamá, Jamaica utiliza una combinación de jugadoras situadas en el primer palo y compañeras que llegan desde atrás para que Allyson Swaby (17) marque un gol tras un saque de esquina.
Vídeo 9: Tras desmarcarse hacia el primer palo, la jugadora estadounidense Lindsay Horan (10) marca un gol a Países Bajos al primer toque.
Vídeo 10: Contra Nigeria, Inglaterra aprovecha a las futbolistas situadas en la zona del primer palo para crear un espacio que permite rematar a puerta al primer contacto con el balón.

RESUMEN

Este torneo puso de manifiesto la creciente importancia de las acciones a balón parado, y en concreto de los saques de esquina, en el fútbol actual. Las 32 selecciones presentes en la fase final emplearon un amplio abanico de tácticas para sacar el máximo partido de los saques de esquina. Aunque los córneres lanzados con la rosca hacia dentro fueron los que más goles generaron, lo cierto es que, estadísticamente, aquellos lanzados con el efecto hacia fuera tuvieron más probabilidades de provocar un remate a puerta inmediato.

Por último, nuestro análisis destaca el hecho de que la precisión de los centros es importante, pero también lo son los movimientos ofensivos diseñados por los equipos para crear ocasiones de gol en los saques de esquina. Las selecciones que atacaron los envíos al primer palo resultaron ser especialmente peligrosas, como se explica en la segunda parte de nuestro análisis de las acciones a balón parado.

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