Las finalistas (España e Inglaterra)
Las acciones a balón parado suelen ser consideradas la clave del éxito de los equipos ganadores y las finalistas del Mundial femenino —España e Inglaterra— parecen confirmarlo, ya que estadísticamente fueron más eficaces en esta faceta del juego que la mayoría de las selecciones del torneo. Ninguna de las finalistas encajó goles a balón parado, mientras que la media del torneo fue de 1.1 goles recibidos en este tipo de jugadas. España también registró la defensa a balón parado más efectiva de la competición: apenas el 7.1 % de los saques de esquina que concedió acabaron con un remate a puerta. Además, las jugadoras españolas ganaron el 90 % de los primeros contactos en defensa tras un saque de esquina lanzado directamente al interior del área.
En cuanto a los saques de esquina en campo contrario, las atacantes de España ganaron el 45 % de los primeros contactos, frente al 34 % de la media del torneo. Como podemos observar en el siguiente gráfico, existe una clara correspondencia entre la capacidad para crear ocasiones de gol tras un saque de esquina y lo lejos que llegaron las selecciones en la competición. Los equipos que no superaron la fase de grupos crearon ocasiones tras el 29.5 % de sus saques de esquina, mientras que el dato equivalente de las selecciones eliminadas en octavos de final fue del 36 %. Las cuartofinalistas alcanzaron el 39.5 %, frente al 41.1 % de las semifinalistas y al 41.3 % de las finalistas (Inglaterra y España).
Suecia: caso de estudio sobre los saques de esquina en ataque
Suecia marcó cinco goles —cuatro de ellos tras saques de esquina— en la primera fase de las acciones a balón parado, más que ninguna otra selección del torneo. Su eficacia en la primera fase de los saques de esquina (es decir, el porcentaje de saques de esquina que acabaron con un remate a puerta) fue un 10.9 % superior a la media del torneo, con un índice de acierto del 19 %, un 9.3 % por encima de la media. En cuanto al tipo de centros, Suecia lanzó un 33.6 % más de saques de esquina con rosca hacia dentro que la media y no botó ninguno con rosca hacia fuera.
Durante la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™, Suecia apostó decididamente por los centros con rosca hacia dentro.
Como se puede ver en los vídeos siguientes, Suecia tuvo una amplia presencia de jugadoras en torno al área pequeña y dirigió sus envíos hacia las futbolistas que ocupaban esa zona. El primer palo se convirtió en el objetivo de esos centros, y la central Amanda Ilestedt (13) se mostró muy efectiva a la hora de marcar goles y dar asistencias con el primer contacto con el balón.
En el primer vídeo se aprecia que hay tres jugadoras en el área pequeña antes de que se lance el saque de esquina, más otras dos futbolistas al borde de dicha área. En el momento en que se produce el primer contacto con el balón hay cinco jugadoras dentro del área pequeña, pero la labor de Rebecka Blomqvist (15) resulta especialmente interesante. Al principio está junto a la guardameta rival, pero cuando el balón se dirige hacia Ilestedt, Blomqvist se coloca por delante de la portera y, sin cometer falta, le impide ver la jugada. La calidad y la precisión de los centros con rosca hacia dentro de Suecia, tanto desde la derecha como desde la izquierda, fueron un factor decisivo para su acierto en las acciones a balón parado.
Centros al área pequeña
Suecia envió el 92.6 % de los saques de esquina directamente al área pequeña, y los cuatro goles que marcó desde esa área llegaron en la primera fase de la jugada. Si el equipo atacante es capaz de ganar el primer contacto tras un centro al área pequeña y dirigir el balón entre los tres palos, es muy difícil que el rival pueda defenderse, sobre todo porque la guardameta apenas tiene tiempo para reaccionar.
«Suecia fue especialmente contundente a la hora de atacar la zona del primer palo —explica la exguardameta alemana Nadine Angerer—. Siempre colocaba a varias jugadoras en el área pequeña, a las que se sumaban otras futbolistas que entraban desde atrás, lo que generaba una gran aglomeración. Además, la calidad de los centros fue excelente y la combinación de todos estos factores dificultó mucho que la guardameta entrara en contacto con el balón o pudiera salir a atraparlo. Si tenemos en cuenta la posición inicial de la portera, un envío preciso al primer palo que deriva en un remate a puerta de primeras es casi imposible de detener. Los envíos cerrados que van al centro del área o al segundo palo dan más tiempo a las guardametas, que entrenan la técnica para llegar a esas zonas con los movimientos necesarios».
Jugadoras que entran al primer palo
Como hemos observado, Suecia apuntaba a la zona del primer palo en los saques de esquina y, al ejecutar el lanzamiento, tenía un buen número de jugadoras dentro del área pequeña. También introdujo algunas variaciones en esa táctica; por ejemplo, retrasando la posición de las jugadoras o alejándolas del primer palo antes del saque, o cambiando la forma en que las futbolistas entraban al primer palo para rematar los centros. Las jugadoras que llegan a esta zona desde atrás pueden generar mucho peligro, sobre todo si consiguen deshacerse de sus marcadoras y contactar limpiamente con el balón.
RESUMEN
La capacidad para marcar goles a balón parado en un lado del campo y no recibirlos en el otro suele ser una de las virtudes de los equipos que llegan más lejos en las grandes citas. Prueba de ello es que ni España, que acabó proclamándose campeona, ni Inglaterra, subcampeona, encajaron un solo gol en acciones a balón parado durante la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia & Nueva Zelanda 2023™.
Ambas selecciones crearon a su vez mucho peligro en campo rival. Como hemos comprobado, la combinación de un envío preciso al primer palo y las oportunas llegadas en carrera hacia esa zona resultó especialmente difícil de defender. Este torneo volvió a poner de relieve la importancia de las acciones a balón parado en el fútbol actual. Por este motivo, su inclusión en los entrenamientos y el tiempo que se les dedica están plenamente justificados.