#Evaluación de la fase de grupos

Grupo C: Japón, España, Zambia y Costa Rica

FIFA, 4-8-2023

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Las integrantes del Grupo de Estudio Técnico reflexionan sobre el grupo C. Sus observaciones se acompañan de datos sobre las fases con posesión y sin posesión.

La selección japonesa fue probablemente la más dominante de la fase de grupos, y se presentó en la fase de eliminación directa como una de las grandes tapadas. Le endosó cinco goles a Zambia, dos a Costa Rica y cuatro a España, y acabó esta primera fase con la portería a cero. La selección española, por su parte, se aseguró la segunda plaza gracias a sus dos victorias. Zambia consiguió su primer triunfo en una Copa Mundial al derrotar a Costa Rica por 3-1 en el último partido de la fase de grupos.

Japón

Aline Pellegrino: Cuando tenía la posesión del balón, Japón adoptaba una defensa de tres. Las carrileras adelantaban su posición en las bandas, a la altura de las líneas defensiva y media rivales. Las centrocampistas japonesas exhibieron una increíble capacidad técnica, así como precisión para aumentar la velocidad de las combinaciones y jugar en profundidad para aprovechar los peligrosos desmarques de las carrileras y delanteras. Esto se tradujo en triangulaciones de balón, superioridades numéricas y duelos individuales en las bandas o a la espalda de la línea defensiva rival. Japón se mostró muy contundente en el último tercio, no en vano marcó once goles en tres partidos.

Sin la posesión, llegó a defender con hasta nueve futbolistas por detrás de la pelota, dependiendo de la situación. Su estructura defensiva consistió en dos líneas simétricas y compactas que no dejaban espacios para jugar por dentro, de manera que obligó a las rivales a volcar el juego por las bandas. En esas zonas del campo, Japón hizo un doble marcaje sobre la jugadora que conducía el balón para evitar que pudiera avanzar. Sin la pelota, demostró que también sabe controlar los partidos y mantener al adversario alejado de las zonas peligrosas del campo.

Sin duda, esta fue la mejor versión de Japón desde que conquistó su primer Mundial en 2011.

España

Anna Signeul: España se mantuvo fiel a su fútbol de posesión. Construyó las jugadas con paciencia y quiso imponer su juego en campo contrario, sobre todo en el último tercio. Al colocar muy abiertas a sus extremos y laterales, la selección española aprovechó todo el ancho del campo. El espacio que creaban estas futbolistas le permitió elaborar jugadas de ataque tanto por las bandas como por dentro. Los largos cambios de orientación en diagonal fueron un arma efectiva para estirar las líneas rivales y crear espacios en los que desplegar su incisivo juego combinativo.

Las españolas destacaron por su habilidad y técnica individual para maniobrar en espacios reducidos. Cambiaban rápidamente el ritmo de juego y desarbolaban al rival con fantásticas combinaciones y triangulaciones. Se apoyaron en pases cortos y rápidos, así como en excelentes movimientos sin balón que les permitieron recibir la pelota tanto entre líneas como a la espalda de la defensa adversaria. Cuando perdía la posesión, España apostaba por la presión tras pérdida, una de sus mejores armas. 

Zambia

Aline Pellegrino: Zambia elaboró el juego mediante rupturas de líneas y pases directos. Su plan de ataque consistía en aprovechar la velocidad de las extremos para conectar con Barbra Banda (11), su principal amenaza ofensiva. Las combinaciones entre estas jugadoras hicieron de Zambia una selección muy peligrosa en transiciones ofensivas y contraataques.

Sin la pelota, las futbolistas zambianas aprovecharon su velocidad para presionar las dos primeras líneas defensivas rivales. En el centro del campo, hasta cinco jugadoras formaron un sistema defensivo con marcajes individuales, de modo que las centrocampistas presionaban a la futbolista rival que iba a recibir el balón. Esta intensidad defensiva obligó a sus oponentes a jugar con velocidad y a tomar decisiones con rapidez. 

Zambia puede sentirse orgullosa de su debut en la Copa Mundial, de la que se despidió con el apoyo incondicional de su afición en Nueva Zelanda y una victoria ante Costa Rica. Además, tuvo el honor de marcar el gol número 1000 en la historia del Mundial femenino.

Costa Rica

Mónica Vergara: Sin la posesión, Costa Rica defendió principalmente en bloque medio o bajo. Para desbordar a la selección costarricense, España y Japón recurrieron a aperturas por las bandas, intercambios de posiciones, combinaciones rápidas y desmarques a la espalda de la defensa.  

La estrategia de Costa Rica consistió en lanzar ataques directos cada vez que recuperaba la pelota, pero el equipo sufría cuando su rival reaccionaba rápidamente y ejercía la presión tras pérdida. Su mejor actuación fue en el último partido del grupo, contra Zambia. Con el balón en su poder, tuvo profundidad en las jugadas, remató 17 veces a puerta y marcó su primer gol en la competición. Sin embargo, el contraataque de Zambia acabó imponiéndose. La guardameta costarricense Daniela Solera intervino con frecuencia, fue valiente y salvó numerosas ocasiones de gol.

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