Grupo D: Inglaterra, Dinamarca, RP China y Haití

Inglaterra fue una de las tres selecciones que se clasificaron para la fase de eliminación directa tras ganar los tres partidos de la fase de grupos. A Dinamarca le bastaron dos victorias para pasar como segunda de grupo por delante de la RP China. Aunque no sumó ningún punto, Haití protagonizó algunos de los momentos más memorables del grupo D, incluida una meritoria actuación contra Inglaterra en la primera jornada.

Belinda Wilson: El sistema defensivo de Inglaterra, compacto y cerrado, obligó a las selecciones rivales a jugar por las bandas ante la falta de espacios interiores entre los bloques medio y bajo. Su presión organizada en bloque alto provocó errores en las adversarias, lo que permitió a las futbolistas inglesas recuperar el balón rápidamente para atacar los puntos débiles de sus oponentes. 

La labor de la pivote de Inglaterra —generalmente Kira Walsh (4)— fue fundamental durante la fase de posesión por su capacidad para desplazar el balón desde la zona central hasta las bandas. Las laterales —Lucy Bronze (2) y Rachel Daly (9)— adelantaron su posición en las jugadas de ataque, abriendo el campo y ofreciendo distintas opciones de pase a sus compañeras. La movilidad de las extremos inglesas fue un factor determinante, ya que Chloe Kelly (18) y Lauren James (7) corrían hacia dentro para recibir el balón o emprender desmarques en profundidad y superar así las líneas defensivas. 

Inglaterra mostró una gran versatilidad a la hora de atacar, ya fuera mediante centros al área, pases filtrados entre la defensa rival o duelos individuales ganados. James demostró ser una futbolista sobresaliente, con una calidad y creatividad excepcionales en las inmediaciones del área. Su presencia fue una amenaza constante para las rivales. En líneas generales, estos aspectos tácticos definieron la identidad de la selección inglesa, que exhibió un estilo de juego propio y tremendamente eficaz.

Nadine Angerer: Dinamarca utilizó los esquemas 4-3-3 y 4-2-3-1 en la construcción. Su idea era elaborar el juego con paciencia y buscar los pases largos y directos de las centrales Stine Ballisager (3) y Simone Boye (5) hacia las bandas o la línea de ataque, en particular hacia la delantera centro Pernile Harder (10). Cuando las laterales —generalmente Rikke Sevecke (4) y Katrine Veje (11)— o las extremos Janni Thomsen (19) y Rikke Maria Madsen (17) recibían el balón en la banda, intentaban centrar al área o enviar pases en profundidad a la espalda de la defensa. Al mismo tiempo, tanto la extremo de la banda contraria como Harder y las centrocampistas ofensivas se internaban en el área para sumar efectivos en disposición de rematar los centros. 

Sin la posesión, Dinamarca formó en bloque bajo con un esquema 4-4-1-1, en bloque medio con un 4-4-2 o en bloque alto con un 4-2-3-1. Las laterales danesas ejercieron una presión directa para impedir que las rivales enviaran centros al área con peligro. Las centrales y laterales procuraron mantener una estructura defensiva compacta, ayudadas por el trabajo de las centrocampistas y delanteras.

Por lo general, Dinamarca se mostró como una selección sólida y bien estructurada. Pernille Harder fue una amenaza constante en la línea ofensiva, y daba la sensación de que podía marcar en cualquier momento. Además, las danesas presentaron el equipo más alto de la competición, por lo que superarlas en los duelos se convirtió en una tarea muy complicada. 

Mónica Vergara: En fase defensiva, China optó por el esquema 4-4-2 con presión en bloque medio o bajo. Sus futbolistas se movieron como un bloque compacto para achicar el campo, cerrar los huecos entre líneas y obligar a las rivales a jugar en espacios reducidos, donde podían presionarlas y recuperar el balón.

Una vez recuperada la posesión, la transición ofensiva era lo más directa y rápida posible. Las delanteras se adelantaban y presionaban la línea defensiva rival. En la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™ se vio que la RP China estaba bien organizada con y sin balón, y logró ganar uno de los tres partidos de la fase de grupos.

Clémentine Touré: Haití empleó la misma táctica en los tres partidos de la fase de grupos. En el plano ofensivo, el juego del equipo haitiano se basó en pases cortos y contraataques con balones en largo a las delanteras Melchie Dumornay (6) y Roseline Eloissaint (11). Las interiores Nérilia Mondésir (10) y Batcheba Louis (7), así como las laterales Betina Petit-Frère (13) y Chelsea Surpris (2), también participaron activamente en el juego de ataque. 

Si bien crearon un número considerable de ocasiones, no consiguieron marcar ningún gol en los tres partidos. La poca experiencia de una selección joven que competía por primera vez en un Mundial podría explicar esta falta de acierto. El equipo dependió en exceso de un grupo reducido de futbolistas, y la mayoría de las jugadas se focalizaron en Mondésir, Sherly Jeudy (9), Louis y Eloissaint.

Se demostró que las transiciones ofensivas eran un aspecto del juego en el que Haití debía trabajar. Los ataques no estuvieron bien organizados y parecían depender de la presión del rival. Esta fue una de las razones por las que acababan enviando balones largos con frecuencia hacia la delantera centro, demarcación que preferentemente ocupó Roselord Borgella (22).

De igual modo, la inexperiencia se dejó notar también en defensa, ya que Haití dejó grandes espacios entre las líneas rivales y a la espalda de las cuatro zagueras. La defensa se mostró lenta a la hora de replegarse y pasó muchos apuros en el juego aéreo. Por último, el equipo no defendió como un bloque en transición. En muchas ocasiones, dos o tres jugadoras presionaban a la futbolista que tenía el balón, pero no recibían apoyo por parte de sus compañeras. Para mejorar su rendimiento, deberán trabajar todos estos detalles.