#Evaluación de la fase de grupos

Grupo H: Colombia, Marruecos, Alemania y República de Corea

FIFA, 4-8-2023

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Las integrantes del Grupo de Estudio Técnico reflexionan sobre el grupo H. Sus observaciones se acompañan de datos sobre las fases con posesión y sin posesión.

En la última jornada del grupo H se produjo posiblemente la mayor sorpresa del torneo hasta la fecha, cuando Alemania, bicampeona del mundo, no pudo pasar del empate a 1 ante una resuelta República de Corea y quedó eliminada en la fase de grupos por primera vez en la historia del Mundial femenino. Liderada por Linda Caicedo, de 18 años, Colombia fue primera de grupo, mientras que Marruecos obtuvo la segunda plaza tras causar sensación en su primera participación mundialista.

Colombia

Belinda Wilson: En defensa, Colombia adoptó un bloque medio o bajo que se desplazaba en función del movimiento del balón, con el objetivo de obligar a jugar por las bandas, ejercer una presión directa y recuperar la posesión.

Con balón, las sudamericanas dieron prioridad a las transiciones rápidas hacia la delantera, que encaraba a las defensas, o hacia las extremos, Linda Caicedo (18) y Leicy Santos (10). Estas últimas destacaron por su velocidad en el 1 contra 1 y su capacidad para aprovechar los espacios a la espalda de la defensa. Su estrategia ofensiva se basó en los pases directos de su portera (Catalina Pérez) o defensas hacia la pivote, Mayra Ramírez (9), para a continuación jugar entre líneas con las centrocampistas. 

Las centrocampistas abrieron el balón hacia las bandas para que las extremos, caracterizadas por su gran velocidad, calidad técnica y cualidades físicas, recibieran cerca del área y trataran de generar ocasiones en duelos individuales. Colombia demostró ser capaz de manejar estas transiciones con habilidad y supuso una importante amenaza en ataque.

Marruecos

Mónica Vergara: Con balón, Marruecos dispuso un claro 4-4-2. En la fase defensiva, presentó un rocoso bloque medio o bajo con las líneas juntas, con el objetivo de no perder el dibujo y, al mismo tiempo, presionar a jugadoras concretas y recuperar la posesión. En el segundo y tercer partido mejoró sus porcentajes en transiciones defensivas y presión tras pérdida.

Por otro lado, con la posesión, avanzó líneas con velocidad. Nada más recuperar el balón, buscaba a sus delanteras, tanto al pie como al espacio a la espalda de la defensa. 

En su primer Mundial, Marruecos logró clasificarse para octavos de final.

Alemania

Anja Mittag: Alemania, una de las favoritas, comenzó sus partidos con un esquema 4-2-3-1. La gran sorpresa fue que alineó a la mediocentro Svenja Huth de lateral derecha y elaboró el juego con una línea de tres. Sus futbolistas trataron de cambiar la orientación para que las extremos buscaran los duelos individuales y centraran el balón hacia Alex Popp, que anotó goles importantes y fue clave gracias a su superioridad en los balones aéreos.

La presión tras pérdida de las germanas fue muy destacable, además de su capacidad para recuperar la posesión rápidamente con muchas jugadoras cerca del balón. Sin balón, formaron un 4-2-3-1 con las líneas muy juntas. Huth retrasaba su posición hasta la línea defensiva para obligar a las rivales a abrir el campo. En cualquier caso, caer en la fase de grupos fue una enorme decepción para las alemanas.

República de Corea

Belinda Wilson: En defensa, la República de Corea presentó un bloque medio o bajo que se desplazaba por la zona central en función de la ubicación del balón, forzando así el juego por el exterior. Cuando el rival abría el balón a las bandas, ejercía presión de forma directa y coordinada sobre la jugadora que conducía la pelota. Si el balón llegaba al centro del campo, sus futbolistas no dudaban en replegarse y formar un bloque bajo cada vez que las rivales optaban por aguantar la posesión.  

Este sistema les permitió presionar de forma eficaz, interrumpir el ritmo de ataque y esperar los centros al área para defenderlos. Durante la elaboración del ataque, priorizaron los pases largos hacia sus delanteras, como Casey Phair (19), que conectó con las extremos Yuri Choe (11) y Garam Chun (15) para ingresar rápidamente en el último tercio. Esta verticalidad respondió a un cambio consciente con respecto al estilo desplegado en torneos anteriores, donde la República de Corea mantuvo la posesión gracias al trabajo de sus pivotes y trató de trenzar jugadas de ataque para crear ocasiones de gol.

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