#Evaluación de la fase de grupos

Grupo E: Países Bajos, Estados Unidos, Portugal y Vietnam

FIFA, 4-8-2023

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Las integrantes del Grupo de Estudio Técnico reflexionan sobre el grupo E. Sus observaciones se acompañan de datos sobre las fases con posesión y sin posesión.

Países Bajos alcanzó la primera posición tras su impresionante victoria por 7-0 contra Vietnam en la tercera jornada. El segundo puesto no se dilucidó hasta el pitido final del partido Estados Unidos-Portugal (0-0): el punto conseguido fue suficiente para que las estadounidenses siguieran adelante en el torneo. Uno de los momentos más destacados del grupo E fue la reedición de la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2019™, que disputaron Países Bajos y Estados Unidos. En esta ocasión, la batalla táctica que libraron ambas selecciones en Wellington acabó en tablas (1-1).

Países Bajos

Gemma Grainger: La selección de Países Bajos dominó la posesión en sus tres partidos de la fase de grupos. Con balón, dejaba una línea de tres defensas, mientras que las centrocampistas y las delanteras se desmarcaban para recibir el balón en los espacios de la zona central del medio campo con la intención de romper líneas. El equipo explotó al máximo su capacidad para controlar la posesión gracias al alto nivel técnico de su plantilla, lo que le dio la confianza necesaria para desplazar el balón hacia posiciones adelantadas, recibirlo bajo presión y desplegar su estilo de juego ofensivo. Además, estuvo muy certero de cara a puerta: anotó nueve goles en la fase de grupos. 

Defensivamente, la selección neerlandesa se mostró organizada y compacta. No dudó en ejercer una intensa presión tras pérdida para recuperar el balón o para obligar a las rivales a jugar hacia atrás. Solo encajó un gol en toda la fase de grupos: un tanto a balón parado en el segundo partido, ante Estados Unidos.

Estados Unidos

Nadine Angerer: Estados Unidos elaboró el juego con un esquema 4-3-3. Las laterales adelantaban ligeramente su posición, mientras que las centrales intentaban conectar con las delanteras y, de esta forma, romper las dos primeras líneas del conjunto rival. La lateral izquierda Crystal Dunn (dorsal 19) también fue fundamental en la construcción del ataque durante la fase de grupos. En muchas ocasiones, Lindsey Horan (10) retrasó su posición para recibir la pelota y elaborar la jugada.  

Por su parte, la mediocentro Andi Sullivan (17) fue una pieza importante a la hora de dar equilibrio a la estructura defensiva del equipo y optó por enviar pases cortos y seguros a sus compañeras en el tramo inicial de los partidos. En el transcurso de los encuentros, Dunn y Horan trataban de ingresar en el último tercio mediante pases a la espalda de la línea defensiva o combinando con las atacantes situadas entre líneas.

Sin balón, Estados Unidos adoptaba un 4-5-1 y ejercía una presión intensa en bloque medio y alto. Sus jugadoras no siempre defendieron en bloque, lo que permitió a las rivales aprovechar los espacios que se abrían entre la línea ofensiva y medular.

Estados Unidos contaba con una serie de futbolistas con calidad suficiente para marcar gol en cualquier momento, como Sophia Smith (11) y Horan. Sin embargo, al equipo le faltó la cohesión que había demostrado en años anteriores.

Portugal

Clémentine Touré: Portugal alternó los esquemas 3-4-1-2 y 3-4-3. La excelente calidad técnica de sus jugadoras se puso de manifiesto en el manejo del balón y el control de la posesión. 

El equipo basó su fútbol en ataques directos y aperturas a las bandas, acciones en las que destacaron Diana Silva (16), Jessica Silva (10) y Francisca Kika (20). Construyó el juego desde la defensa mediante pases a Ana Borges (9) o Diana Gomes (19). En el centro del campo, la circulación del balón fue fluida gracias a la precisión de los pases y las triangulaciones. Dolores Silva (14) fue una pieza clave a la hora de elaborar las jugadas ofensivas, mientras sus compañeras del medio campo se sumaban al ataque y ocupaban posiciones próximas a la portería rival.

Portugal defendió en bloque alto o medio y optó por el marcaje en zona. Las jugadoras procuraban permanecer muy juntas para no dejar espacios al rival.

En la fase de transición ofensiva, la consigna era atacar rápidamente y jugar por dentro para intentar aprovechar las llegadas al primer palo. Portugal destacó por su juego de posesión y sus jugadas a balón parado. Además, contó con una excelente guardameta: Inês Pereira. Sin embargo, le faltó precisión de cara a puerta y tuvo ciertas dificultades para mover el balón con rapidez en el centro del campo.

Vietnam

Kirsty Yallop: La línea defensiva de Vietnam, formada por cinco jugadoras, se caracterizó por su organización y buena colocación. A lo largo de la fase de grupos, la defensa se mantuvo compacta y conjuntada, dificultando relativamente que los equipos rivales pudieran jugar con fluidez en el tercio defensivo vietnamita. Vietnam procuró sumar muchos efectivos dentro del área para defender. Además, sus jugadoras presionaban a las delanteras contrarias cada vez que intentaban disparar. De esta forma, impidieron que crearan ocasiones claras de gol. 

La guardameta Thanh Trần (14) fue una jugadora fundamental. Demostró ser valiente en las salidas y trató de imponerse en todas las jugadas de estrategia y balones aéreos que llegaron al área. Hizo numerosas paradas cruciales en los tres partidos. 

La línea de cuatro centrocampistas de Vietnam no dio la sensación de estar cohesionada y careció de solidez, lo que permitió que las rivales jugaran entre líneas y a la espalda de la medular. Las mediocampistas corrían a presionar con intensidad y, en ocasiones, daba la impresión de que ejercían marcajes individuales. Esta disposición táctica abrió grandes espacios que las oponentes aprovecharon para avanzar y hacer circular el balón por la zona central.

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