#Observaciones de competiciones

Alemania: presión tras pérdida y cohesión ofensiva

FIFA, 27-7-2023

FIFA
left
right

Gemma Grainger, seleccionadora femenina de Gales, asistió al primer partido de Alemania en el Mundial, en el que se enfrentó a Marruecos. En este artículo, la integrante del Grupo de Estudio Técnico encargado de analizar el torneo de Australia y Nueva Zelanda destaca la capacidad de Alemania tanto para construir el juego de manera estructurada como para presionar tras perder la posesión y superar así la resistencia marroquí.

Alemania, ganadora de dos Mundiales femeninos, comenzó el torneo con un impresionante 6-0 contra Marruecos en el Estadio Rectangular de Melbourne. Su exhibición ofensiva demostró la química existente en el equipo y la calidad individual de sus jugadoras. Según Grainger, las germanas lograron poner en aprietos a su rival con un ataque organizado y un amplio repertorio de alternativas ofensivas. Además, la excelente presión tras pérdida que ejercieron les permitió completar uno de los mejores partidos de la competición.

Conclusiones más importantes

  • Los equipos que dominan la posesión suelen tener problemas para superar defensas bien organizadas y, a su vez, evitar que sus oponentes creen peligro a la contra. Una manera de lograr ambos objetivos es aplicar presión inmediatamente después de perder el balón.

  • La capacidad para ejercer la presión tras pérdida depende del posicionamiento de las jugadoras durante la fase de posesión. Si hilvanan pases cortos en la zona central del campo es probable que puedan presionar inmediatamente después de perder la posesión, puesto que varias jugadoras estarán ya en la zona del balón.

  • Los equipos que dominan la posesión se enfrentan a dos problemas interconectados: por un lado, desarmar una defensa bien organizada, y, por el otro, evitar que el rival recupere la posesión y cree peligro al contraataque. Una manera de solventar esta encrucijada es presionar inmediatamente después de perder el balón.

Alineaciones

Plan de juego de Alemania

Aunque el resultado indique lo contrario, Alemania se enfrentó a una defensa muy bien estructurada. Las marroquís defendieron con un 4-4-2 en bloque medio con el objetivo de hacer daño a la contra, por lo que Alemania tuvo que buscar maneras de avanzar y, a la vez, protegerse de los posibles contragolpes.

Grainger comentó que a Alemania no le resultó fácil imponerse a la gran organización defensiva de las africanas. «Alemania quería controlar el ritmo del encuentro y, para ello, desplegó un juego de posesión paciente, caracterizado por pases cortos en la zona central del campo», apuntó. Una vez que tuvieron el partido controlado, trataron de buscar los 1 contra 1 con sus extremos.

Los 131 desmarques de las alemanas en el tercio central dejan clara su voluntad de dominar esa zona del campo y marcan la mayor cifra de desmarques, tanto del Mundial de 2019 como del de 2023 (3.2 desmarques por minuto de posesión). Tal como Grainger resaltó tras el encuentro, a pesar de no obtener frutos en la primera parte, su persistencia les procuró grandes resultados en la segunda mitad. «Los desmarques desgastaron a Marruecos —comentó—. En la primera parte rindieron bien físicamente, pero [los desmarques de Alemania] las hicieron correr, lo que les pasó factura».

La ofensiva germana fue implacable, y su capacidad para recuperar el balón rápidamente les permitió efectuar ataques largos.  «Su estrategia de mantener la posesión está directamente vinculada con la presión tras pérdida —afirmó Grainger—. Al construir el ataque de esta forma, [cuando pierden el balón] las jugadoras están listas para presionar con intensidad». No obstante, lo estructurado del ataque no es lo único que impresionó a nuestra experta: «Durante todo el encuentro hicieron gala de una mentalidad y una actitud fantásticas para ir a buscar el balón, especialmente sus mediocentros». Compaginar ambos aspectos les permitió protegerse de las contras marroquís, desgastarlas con un ritmo de juego alto y generar ocasiones tras recuperar la posesión cerca del área rival.  

El plan de juego de Alemania, en cifras

Principios del juego de posesión alemán

Como se ha mencionado anteriormente, el principal reto para Alemania fue desarbolar la defensa marroquí al tiempo que frenaba sus contraataques. El vídeo 1, que figura al final de esta sección, muestra claramente cómo lo lograron: con pases precisos y desmarques sin balón en ataque y presión tras pérdida en defensa para cortar las contras de raíz. En la siguiente parte del artículo se detallan los momentos clave del vídeo 1. 

Construir el juego de forma organizada
Con balón, Alemania conformó un 4-2-3-1 (ver imagen 1); sin embargo, en las primeras fases del ataque, cambiaron con frecuencia a una línea de tres conformada por la lateral Felicitas Rauch (17), la central izquierda Sara Doorsoun (23) y la central derecha Kathrin Hendrich (3) (ver imagen 2). Estas tres jugadoras permanecieron juntas para combinar con pases cortos y rápidos. Además, las centrocampistas Melanie Leupolz (18) y Sara Däbritz (13) ocuparon posiciones más retrasadas para formar un doble pivote que favoreciera la circulación de balón. El «cuadrado» formado por las mediocentros y las centrales les permitió mantener la posesión en las fases iniciales del ataque. 

Intercambios de posición en la derecha para jugar hacia la izquierda
Alemania subió el balón a posiciones peligrosas gracias a una combinación de permutas y cambios de orientación (imagen 2). Uno de los principales cambios de posición lo protagonizó la extremo derecha Jule Brand (22), que iniciaba la jugaba internándose desde la banda. A continuación, la lateral derecho Svenja Huth (9) adoptaba una posición más adelantada y pegada al costado. Por último, la mediapunta Lina Magull (20) abandonaba su zona y se colocaba como «falsa» lateral. En palabras de Grainger:

«En estos casos, Magull recibía el balón no tanto para dar pases decisivos, sino para participar en la elaboración de la jugada y conectar con sus compañeras. Por otro lado, Klara Bühl (19) permanecía cerca de la banda izquierda a fin de que Alemania pudiera atraer a las jugadoras marroquís al costado derecho para, a continuación, jugar con la mediocentro y abrir el balón a la otra banda. 

Jugar por el centro para luego abrir a la banda
Tras las permutas, las germanas lograron cambiar de orientación y buscar los 1 contra 1 con sus extremos. Tal como apunta Grainger, los cambios de banda estuvieron precedidos de combinaciones en el centro del campo. 

En este ejemplo, Alemania circula el balón hacia su defensa de tres, quienes cambian el juego hacia la banda izquierda (imagen 3). Simultáneamente, la delantera Alexandra Popp (11) se desmarca en el carril central, libre tras el movimiento de Magull hacia el lateral derecho, y se ofrece para recibir el balón. Rauch le pasa el balón a Popp, que recibe al espacio y obliga a la lateral derecha de Marruecos a hacer la cobertura. Bühl, en la izquierda de la imagen 3, recibe en carrera directamente de Popp y encara a la lateral con mucho espacio y en una situación ventajosa. Este es solo un ejemplo de situaciones que se repitieron a lo largo del partido. Una muestra de ello son los 28 pases en profundidad que dio Rauch, más que ninguna otra futbolista. 

Estructura defensiva en posesión
Describe la manera en que se organiza un equipo en defensa durante la fase de posesión. Es un aspecto esencial para gestionar las transiciones defensivas y frenar los contraataques. «Durante el encuentro, Alemania consiguió iniciar ataques con mucha frecuencia gracias a su estructura defensiva en posesión (imagen 4), organizada con un esquema 2-3», comentó Grainger. La experta puntualizó que las dos centrales dieron estabilidad al equipo, marcaron a las delanteras e interceptaron los pases largos por alto. Las laterales y una de las mediocentros formaron una línea de tres unos metros más adelante, con el objetivo de defender el espacio a su espalda y por delante de ellas. 

En los siguientes tres vídeos se observan todos los aspectos de la estrategia alemana con balón. El vídeo 1 muestra la secuencia de ataque completa que se ha explicado anteriormente. El vídeo 2 ilustra la voluntad alemana de iniciar el ataque mediante el «cuadrado» formado por las centrales y el doble pivote. Por último, el vídeo 3 representa la manera en que las jugadoras se mantuvieron juntas durante la construcción del juego con el fin de recuperar la posesión rápidamente y cambiar de orientación con facilidad. 

Vídeo 1
Vídeo 2
Vídeo 3

Alemania en la presión tras pérdida

Un aspecto fundamental del plan de juego germano fue la presión tras perder el balón. Las alemanas dedicaron el 26 % del tiempo que no tuvieron la pelota a presionar, un dato que las sitúa en el 2 % superior del Mundial de 2019 y de la Copa Mundial de Australia y Nueva Zelanda en esta faceta. Además, lograron frenar el ataque rival o recuperar la posesión en 55 de las 102 ocasiones que presionaron tras perder el balón. Las tres claves del éxito de las bicampeonas mundiales fueron la proximidad de las jugadoras durante la elaboración ofensiva, su estructura defensiva con la posesión y su capacidad para reaccionar tras perder la pelota.

Como destaca Grainger, Alemania consiguió presionar a Marruecos gracias, en gran medida, a los principios adoptados en la construcción del juego: «Atacar con muchas jugadoras que se mueven de forma coordinada y cerca las unas de las otras facilita la presión tras pérdida —comentó—. Esta es su mayor virtud: atacan con muchos efectivos y se colocan correctamente, de forma que, en cuanto pierden el balón ya están en el lugar adecuado para recuperarlo de inmediato». Hubo ocasiones en que cedieron la posesión y las jugadoras habían perdido su posición, pero se agruparon con velocidad para ejercer la presión (vídeo 4).  

La eficacia de la presión germana es evidente; de hecho, tardaron solo 6.3 segundos de media en recuperar el balón. La selección alemana trató de recuperar la posesión lo más rápido posible, lo que le permitió frenar los contraataques rivales de raíz y alargar la fase de posesión (vídeo 5). La experta puntualizó también lo siguiente: «Cuando dispones de tantas jugadoras en campo rival te puedes permitir el lujo de atacar sin miedo y asumir riesgos».

Aunque se puede caer en el error de pensar que la presión tras pérdida es una estrategia puramente defensiva —ya que se efectúa sin posesión—, también puede ser un factor decisivo para generar ocasiones, como sucedió en el primer gol de Alemania (vídeo 6). 

Vídeo 4
Vídeo 5
Vídeo 6

Las siguientes imágenes detallan las acciones de Hendrich en el primer gol de Alemania. La intensa presión de la central, que además acaba centrando para que remate Popp, genera la ocasión de gol. 

Valora tu experiencia

  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5

The site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply.