España: salida de una presión individual intensa

España se clasificó para su primera semifinal de un Mundial femenino tras vencer a Países Bajos, subcampeona en 2019. En palabras de Signeul, «España no solo se ha mantenido fiel a su estilo de juego durante toda la competición, sino que contra Países Bajos también logró encontrar soluciones ante un equipo muy bien organizado tácticamente. Todas sus jugadoras son muy rápidas y cuentan con una excelente calidad técnica, además de dominar los duelos individuales. Contra el combinado neerlandés, supieron perfectamente cómo generar espacios y aprovecharlos en función de la actitud de sus rivales. Dieron todo un recital».

• Para salir de una presión individual, es fundamental superar la primera línea de dicha presión, ya sea penetrando a través de ella o jugando por las bandas o por alto, así como adaptarse a cada situación.

• Si las atacantes logran superar una presión individual intensa, podrán aprovechar los espacios que se generen en zonas fuera del control de las defensas.

• Los cambios rápidos de orientación dificultan la labor de las rivales, que deben cubrir más terreno para ejercer esta presión directa.

• Cuando un equipo trata de «ahogar» la salida de balón con semejante intensidad, es crucial que la pelota llegue a las zonas del campo donde las jugadoras son más peligrosas en los uno contra uno.

• Al superar a una adversaria que defiende en un sistema individual, se genera automáticamente superioridad numérica en esa zona.

Antes de analizar las soluciones que permitieron a España (dispuesta en un 4-3-3) llevarse la victoria, es necesario estudiar el sistema defensivo de Países Bajos, que salió de inicio con un 3-5-2.

Como vemos en los vídeos que figuran a continuación, en los saques de puerta y las jugadas que España inició por el carril central, las neerlandesas no tuvieron inconveniente en permitir situaciones de tres contra tres entre sus centrales y las atacantes rivales. Por su parte, las tres mediocentros se ocupaban de sus homólogas, mientras que las dos delanteras presionaban a las centrales españolas.

Cuando España abría el juego hacia cualquiera de sus dos laterales, la extremo neerlandesa más cercana a la jugadora con balón la presionaba, sin importar a qué altura se encontrara; a su vez, su compañera del lado opuesto bajaba hasta formar una línea defensiva de cuatro.

Países Bajos desplegó una presión media o alta y trató de acorralar a las españolas para evitar que avanzaran por el terreno de juego. A lo largo del partido, presionó 249 veces por cada 30 minutos sin balón. (Si tenemos en cuenta que el tiempo efectivo de juego es, aproximadamente, 60 minutos, 30 minutos es el promedio de tiempo que cada equipo pasa sin la posesión). Esta cifra es considerablemente superior a la media general del torneo, que se sitúa en 209 por cada 30 minutos. De estas 249 ocasiones, 83 fueron presiones directas. Esta cifra es la quinta más alta de los Mundiales femeninos de 2019 y 2023 y da muestras del enorme desafío al que se enfrentó España al elaborar jugadas.

España apenas dispuso de espacio o tiempo para avanzar con el balón, por lo que sus jugadoras tuvieron que hacer un gran esfuerzo para generar espacios, conscientes de que las defensoras neerlandesas las presionarían en cuando recibieran la pelota.

Debido a esta situación, en este partido la selección española envió muchos más pases por alto que en los anteriores encuentros. La guardameta Cata Coll (23), la central Irene Paredes (4) y la mediocentro defensiva Teresa Abelleira (3) estuvieron entre las cinco jugadoras con más pases por alto durante el encuentro, con 24, 17 y 12 envíos respectivamente. En el gráfico que figura a continuación vemos que el 40 % de las veces en que España trató de superar las líneas rivales fue por alto, el 34 %, por fuera y solo el 25 %, penetrando a través de ellas, la menor cifra registrada por esta selección durante el torneo. 

Por otro lado, el 36 % de los pases fueron hacia adelante, una cifra 9 puntos superior al porcentaje registrado en sus anteriores partidos, a pesar de disponer de menos tiempo y espacio que en cualquier otro encuentro del torneo. Este cambio de estrategia de las españolas demuestra su voluntad de buscar diferentes formas de superar las líneas rivales en función de la situación.

Signeul destacó que «la cercanía de las mediocentros neerlandesas a sus homólogas españolas impidió que jugaran con facilidad entre líneas. La única solución posible era abrir el campo u optar por pases por alto».   

En los siguientes vídeos vemos dos ejemplos de estas situaciones.

Vídeo 1: En los saques de meta, las dos centrales españolas mantienen una posición compacta cerca de la portería. Las dos laterales también ocupan posiciones retrasadas, mientras que dos de sus centrocampistas se colocan en el tercio defensivo. De este modo, se aseguran de que seis jugadoras de Países Bajos, incluidas dos de sus tres centrocampistas, queden cerca de su portería. En cuanto Codina (14) devuelve el balón a su guardameta, Jennifer Hermoso (10) se retrasa corriendo en dirección a sus propias mediocentros, con lo que arrastra a la tercera centrocampista rival. A continuación, la portera supera a siete jugadoras de campo neerlandesas mediante un envío por alto al último tercio, donde se genera una situación de tres contra tres. Esta estrategia depende en gran medida de la capacidad de la línea de ataque para superar a sus rivales en duelos individuales.

Vídeo 2: En este caso, ante una intensa presión de Países Bajos en una posición adelantada, España envía un pase por alto que rebasa a sus delanteras y centrocampistas. Caldentey (8) recibe el balón presionada por una rival y abre hacia la lateral derecha, Oihane Hernández (12), que filtra un pase hacia Redondo (17). Las neerlandesas reaccionan y ejercen una presión media, pero la selección española conserva la posesión, y Abelleira (3) logra hacerle llegar el balón a Redondo (17). Por último, Oihane Hernández (12) se desmarca en carrera por la banda y recibe la pelota a la espalda de la defensa rival.

Las futbolistas con la calidad técnica para no perder la pelota bajo presión son capaces de mover el balón hacia otras zonas del campo y «desahogar» el juego. Cuando un equipo ejerce una presión individual intensa, sus integrantes tratan de aislar a sus rivales y, por consiguiente, dejan espacios en otras áreas del terreno de juego.

España supo mantener la posesión y mover el balón hacia zonas donde había más espacios, lo que impidió que las neerlandesas ejercieran una presión directa, especialmente en la banda contraria al lado del balón. El 65 % de las internadas españolas en el último tercio se dieron por las bandas.  

Tal como explica Anna Signeul, la calidad técnica del combinado español fue crucial para superar la presión neerlandesa. «Las españolas se sienten muy cómodas con el balón y saben moverlo con velocidad —comentó—. Su conocimiento del juego les permite saber, no solo dónde están los espacios, sino también generarlos y aprovecharlos, incluso bajo presión, gracias a su calidad técnica».

En los siguientes dos vídeos se muestran situaciones en que España cambió la orientación del juego y recurrió a otras hábiles maniobras para generar espacios y aprovecharlos.

Vídeo 1: La mediocentro Hermoso (10) baja a recibir y la delantera Caldentey (8) se abre a banda para generar espacios. Como era de esperar, sus marcadoras las siguen. La central española Paredes (4) engaña a sus rivales amagando con un pase atrás y cambia de orientación mediante un envío a la banda izquierda. Las defensoras se enfrentan a un dilema: mantener los marcajes individuales o proteger el espacio que ha quedado libre. Esta situación provoca que la lateral izquierda Batlle (2) tenga vía libre para avanzar metros y generar superioridad por su banda.

Vídeo 2: España concentra el juego en el costado derecho, y las rivales descuidan la banda izquierda. Hermoso (10) baja a recibir al espacio libre, y la central Paredes (4) puede iniciar la jugada sin oposición. La extremo derecha de Países Bajos, que en una situación normal presionaría a la lateral izquierda española, abandona su posición y presiona a Hermoso, quien decide cambiar de orientación y abrir el juego hacia la banda derecha.

Para generar superioridades numéricas y espacios frente a sistemas defensivos basados en una presión individual, resulta esencial superar a las rivales en los uno contra uno. Si consiguen salir victoriosas de estas situaciones, las atacantes ganarán terreno y generarán superioridades numéricas con balón; además, obligarán a la siguiente defensora a tomar una decisión para evitar un 2 contra 1.

En este partido, España trató de avanzar metros conduciendo el balón en 19 ocasiones y de superar a las rivales en duelos individuales en otras 15. La tasa de progresión con balón llegó al 85 %, lo que la sitúa entre el 8 % superior de las ediciones de 2019 y 2023.

España también registró un elevado grado de éxito por el carril izquierdo, donde la delantera Caldentey, la mediocentro ofensiva Hermoso y la lateral Batlle dominaron las estadísticas de intentos de progresión con el balón.

Según Signeul, «Jennifer Hermoso tuvo un papel destacado en el encuentro, al trabajar sin descanso para ayudar a su equipo a progresar con el balón y superar líneas. A pesar de recibir siempre presionada, su capacidad para proteger y mantener la pelota resultó decisiva para que España desbaratara el planteamiento defensivo neerlandés y enviara el balón a espacios alejados de las zonas de presión».

En total, Hermoso (10) recibió bajo presión en 50 ocasiones, en la mitad de las cuales logró mantener la pelota. Este impresionante registro solo fue superado por su compañera Caldentey (8), quien logró mantener el balón en 27 de las 53 instancias en las que lo recibió presionada.

Los vídeos que figuran a continuación muestran ejemplos de las situaciones que se generaron cuando las españolas salieron victoriosas de duelos individuales con sus marcadoras. Al aprovechar su potencia física para proteger y mantener la pelota bajo presión directa, y moverse con rapidez para ganar espacio a su defensora y recibir bajo presión indirecta, hallaron el modo de avanzar con el balón directamente a partir de situaciones de uno contra uno.

Los partidos del máximo nivel se definen por pequeños detalles. Cuando se enfrentan las mejores selecciones del planeta, hace falta un grandísimo esfuerzo para generar ocasiones de gol, no digamos ya para convertirlas. Todo lo que no sea una regularidad constante puede salir caro; sin embargo, en este partido, España demostró su capacidad para no desviarse de los principios de su juego de ataque y aprovechó su técnica para generar dos momentos decisivos.

En nuestros dos últimos vídeos vemos cómo España generó las ocasiones que se tradujeron en los dos goles de su victoria por 2 a 1, esto es, aprovechando las bandas, cambiando la orientación del juego, superando por alto las líneas rivales y saliendo victoriosa de los duelos individuales.