Brasil superó a Argentina por 2-1 en la final de la Copa Mundial de Futsal de la FIFA 2024™ y levantó el trofeo de campeón en el Humo Arena de Tashkent. Para la selección brasileña, fue el colofón de un torneo extraordinario donde sumaron 40 goles y concedieron tan solo siete en siete partidos. A continuación, la transcripción de la entrevista completa a Marquinhos Xavier, donde comenta su pensamiento estratégico, la naturaleza multidisciplinar de su cuerpo técnico y el entorno que ha rodeado la histórica victoria de su equipo en la Copa Mundial de Futsal de la FIFA Uzbekistán 2024™.
Sentando las bases para Uzbekistán
En los doce meses previos a la Copa Mundial, tu equipo viajó mucho. En esos doce meses, os enfrentasteis a muchos equipos. Algunos de esos partidos fueron muy competitivos, mientras otros fueron más rutinarios. ¿Cuál era tu intención al prepararte de esta forma?
Marquinhos Xavier: desde que iniciamos nuestra preparación, pensé que debíamos tratar de conocer mejor los distintos tipos de selecciones que hay, incluidas las emergentes. Durante este ciclo, decidimos medirnos a varias selecciones emergentes de todo el mundo. Nos enfrentamos a equipos como Costa Rica, con el que habíamos jugado amistosos en Brasil, y que acabó siendo nuestro rival en la fase de grupos de la Copa Mundial.
Eso demostró lo importante que es intentar analizar a todo tipo de selecciones, porque la fase de grupos es muy importante, y tienes que prepararte bien y conocer al detalle a tus rivales. Desde que empezamos a prepararnos, sabíamos que era necesario abrir el abanico a todos los equipos y poner a prueba su comportamiento contra el nuestro. A lo largo del ciclo, recopilamos mucha información. Aun así, por mucha información que reúnas, no hay nada comparable a enfrentarte directamente a esos equipos, porque así ves cómo reaccionan cuando juegan contra ti, contra tus propios jugadores. Al final, la preparación fue excelente. Jugamos contra algunas selecciones que todavía no se han afianzado por completo en la élite, pero también contra potencias mundiales, lo que nos preparó para enfrentarnos a cualquiera.
¿Te importaría compartir algunos de los criterios que empleaste para confeccionar la lista de convocados para la Copa Mundial de Futsal de la FIFA Uzbekistán 2024™?
Esa es una pregunta muy interesante, porque todo el mundo quiere saber qué tiene en mente un seleccionador cuando hace la convocatoria. Nosotros nos centramos, sobre todo, en seleccionar a jugadores que fuesen capaces de rendir en más de una demarcación. Es natural que tengamos criterios técnicos, como también que entendamos los momentos que atraviesa cada deportista con su club. Eso es clave para llegar a la selección nacional. A la hora de confeccionar la lista, no sabemos quién estará ahí al final de la competición. Si tienes jugadores específicos para cada puesto, pero que no juegan bien en otras posiciones, puedes perder efectivos por una razón u otra durante el torneo y no tener sustitutos, ya que solo puedes llevarte a 14 en total.
Siempre intento convocar a jugadores que sean eficaces en más de una posición.
Siempre intento convocar a jugadores que sean eficaces en más de una posición. Obviamente, no los llevas para sustituir a especialistas en cada puesto, pero el hecho de contar con jugadores así puede minimizar el perjuicio de perder a un compañero por una tarjeta roja, por ejemplo. Ser polivalentes y saber adaptarse a las distintas situaciones que pueden darse durante el torneo es algo que da más confianza al equipo entero.
Ese fue el criterio más importante. Por supuesto, también tenemos en cuenta la calidad técnica, la táctica, el conocimiento del juego, pero, sobre todo, la capacidad para colaborar y desempeñarse en distintas posiciones.
¿Qué hay del cuerpo técnico? ¿Hubo algún criterio de selección específico?
Sí, por supuesto Es bastante similar al que empleamos con los jugadores. Los miembros del cuerpo técnico pasamos mucho tiempo juntos y tenemos que ser capaces de apoyarnos entre nosotros en distintas funciones. Mis compañeros llevan conmigo desde 2017, cuando llegué al puesto de seleccionador. Son personas muy cualificadas desde el punto de vista profesional, pero también son personas con notables habilidades sociales. El buen ambiente que crean alivia la presión que siente cualquier selección nacional de Brasil.
Somos un cuerpo técnico multitarea. Todos interactuamos con todos en nuestras tareas y funciones. Los he formado durante todos estos años, de manera que el fisiólogo o los fisios estén en disposición de identificar cosas que yo no haya detectado, hacer sugerencias o criticar acciones mías que puedan no ser positivas para el grupo. Un detalle especialmente importante que me gustaría mencionar es que el seleccionador está muy cerca de la plantilla durante los entrenamientos.
Después de entrenar, es natural que tomen caminos distintos. Los jugadores acuden al equipo médico, al fisio, a ver al preparador físico u a otros miembros del cuerpo técnico, mientras que el seleccionador se va a su sala a estudiar o hacer otras cosas, como tomar notas o estudiar partidos, y es posible que esa distancia le impida percatarse de algunos detalles. Cuando los miembros del cuerpo técnico ganan confianza con los jugadores y les dan consejos, pueden ayudarme mucho en mi labor.
Somos un equipo multidisciplinar. Todos gozan de mi entera confianza y saben que pueden acudir a mí en cualquier momento si consideran que es importante tratar algún asunto, aunque no esté relacionado con su campo específico de trabajo. El tiempo que hemos pasado juntos nos ha ayudado a mantener nuestra relación profesional a muy buen nivel.
Has hablado de un equipo multidisciplinar. En nuestra plataforma, lo llamamos «el equipo que respalda al equipo». ¿Podrías comentar cuál es tu responsabilidad a la hora de reunir todos esos conocimientos y esa experiencia para mejorar el rendimiento?
Otra estupenda pregunta. Eso es precisamente a lo que he dedicado la mayor parte de mi tiempo. Además de los conocimientos técnicos y tácticos que necesito, me centro en el lado humano. Es necesario entender que también hay que ocuparse del equipo que respalda al equipo, como has dicho antes. Desde el principio, siempre he intentado formarme para saber ocuparme del equipo que cuida de los jugadores. Es como entrenar a los entrenadores. Es algo que hago y que me parece clave para el éxito de cualquier equipo multidisciplinar: entrenar a los entrenadores.
Debes tener en cuenta las dificultades que ciertos miembros de tu cuerpo técnico pueden tener en un área específica, como el fisioterapeuta o el médico. Ellos tienen que saber que su trabajo es que nuestros jugadores estén en condiciones para competir, y deben decirte, en algunos casos, cuáles son los riesgos de que un jugador en concreto participe en un partido. Durante ese tiempo, trabajamos esos aspectos de una forma muy directa.
A diario, intento mantener una relación de cercanía con ellos. Por ejemplo, durante la Copa Mundial de Uzbekistán, hubo una reunión informal a última hora de cada día. Nos sentamos a pasar un rato juntos, tomar algo y charlar, y aprovechamos para mencionar cualquier problema que hubiera surgido a lo largo de la jornada y que habría podido evitarse o solucionarse.
Esta capacidad para gestionar y liderar un equipo comienza cuando te pones en el lugar de los demás y comprendes sus necesidades.
Esta capacidad para gestionar y liderar un equipo comienza cuando te pones en el lugar de los demás y comprendes sus necesidades. Al fin y al cabo, el entrenador tiene un enfoque general de todo y no solo se preocupa de los jugadores que salen al campo, sino también del equipo que respalda al equipo, que puede necesitar alguna crítica, sugerencia, alabanza o palmada en la espalda, porque, si su familia no está presente, también se pueden resentir. En ocasiones, pasamos mucho tiempo lejos de casa, así que hacemos lo posible por crear un buen ambiente.
Las emociones, la estrategia y las sorpresas del éxito de Brasil
Antes de pasar a cuestiones más tácticas, queríamos hacerte una pregunta algo más personal. ¿Qué se siente al ganar la Copa Mundial de Futsal de la FIFA?
Imagino que la gente que nunca lo ha conseguido o que anhela conseguirlo es incapaz de explicar esa sensación. Como nosotros la hemos ganado, puede que parezca que podemos describirla, explicarla o racionalizarla, pero, en realidad, no es posible. Es un momento de alegría desbordante, porque echas la vista atrás y visualizas todo el proceso que has pasado para llegar hasta ahí.
Siempre digo que la Copa Mundial que Brasil ganó en 2024 fue la culminación de siete años de trabajo, no solo de un ciclo de cuatro. Es posible que el trabajo que llevamos a cabo durante un ciclo no baste para que una selección levante ese trofeo, porque, de media, hay entre cinco y seis fechas FIFA por año. Las oportunidades para entrenar son muy escasas, y tenemos muy poco tiempo para trabajar con los jugadores. A veces, un jugador viene de pasar tres meses con un club donde el estilo de juego es completamente diferente, y, en cuestión de diez días, tiene que cambiar. No creo que sea posible. Cambiar la forma de jugar de alguien requiere tiempo. Supone un desafío considerable.
Es un logro tan enorme que la emoción te embarga y te deja sin palabras para intentar explicar a la gente lo importante que es ganar el Mundial. Al fin y al cabo, es un título que demuestra tu excelencia ante el mundo entero. Es muy difícil explicar lo que se siente al ser campeón mundial de la FIFA, al menos en nuestro caso. Por mi parte, solo puedo decir que es una alegría inmensa y que supone alcanzar la cima en mi ámbito profesional. Además, el hecho de mirar a mi gente, a mis compañeros del cuerpo técnico, y verles con esa sonrisa en la cara es algo que da sentido a la vida. Me llena de alegría haber rayado a tan alto nivel de excelencia en nuestro trabajo. Aun así, insisto, es el fruto de un periodo de siete años de trabajo.
Además, es importante recordar que tuvimos muchos problemas al inicio del ciclo, con cambios en la comisión y la planificación que dificultaron mucho la labor hasta que llegó ese momento, un momento que sirvió para que mi trayectoria profesional cerrase un círculo.
Brasil siempre había sido una selección muy prolífica gracias a jugadores como Falcao. El equipo marcaba muchos goles, pero también los encajaba. En Uzbekistán, eso cambió. Siguió anotando mucho, pero pasó a encajar muchos menos. ¿Podrías explicar este cambio?
Eso refuerza una de nuestras impresiones, que era que teníamos que defender mejor nuestro espacio, por así decirlo. Fue un mensaje que estuvimos repitiendo a lo largo de toda la campaña. Afirmábamos que el nivel competitivo lo marca la defensa, y que es así como se demuestra la fortaleza y la identidad de un equipo. Siempre hemos sido una selección muy potente en ataque. Has mencionado a Falcao y, por supuesto, podríamos citar a muchos otros, muchos de los héroes que han sostenido a Brasil en los torneos. Nuestro equipo siempre ha tenido fama mundial de ser muy fuerte en ataque, pero también de no prestar mucha atención a la defensa.
Hemos establecido que nuestra capacidad ofensiva es lo que nos define. Eso establece nuestra identidad, mientras que nuestra defensa muestra cuáles son nuestras intenciones en la competición.
Obviamente, contábamos con grandes goleadores como Falcao, Tobias y muchos otros. En la actualidad, no tenemos esos grandes nombres, así que nos toca prestar más atención a la defensa, porque los demás equipos también han mejorado su capacidad técnica. Ahora mismo, puedo afirmar que estamos a la par con cualquier otra selección del mundo. Hemos establecido que nuestra capacidad ofensiva es lo que nos define. Eso establece nuestra identidad, mientras que nuestra defensa muestra cuáles son nuestras intenciones en la competición. Como entrenador, siempre me he preocupado mucho por la defensa de mis equipos, aunque nunca he sido un técnico defensivo.
Mis equipos quieren tanto el balón que penetran en campo rival para recuperarlo. Creo que recuperamos la posesión de forma más efectiva que ninguna otra selección del torneo. Lo hicimos para organizar buenas jugadas de ataque, y tuvimos muchísima efectividad. Si me permites darte un ejemplo, fui a un seminario en España y muchos de los asistentes me preguntaron de qué iba a hablar. Cuando dije la palabra «defensa», se quedaron sorprendidos: «¿Un entrenador brasileño hablando de defender?».
Les respondí: «Sí, hablo de la defensa porque siempre ha formado parte de mi filosofía profesional». Todo empieza por una defensa bien organizada, que a su vez organiza el ataque y aporta grandes cualidades a tu equipo. Estoy muy contento de que, a día de hoy, Brasil se considere un equipo bien organizado tanto en defensa como en ataque. A fin de cuentas, se nos exige jugar bien sea cual sea el sistema que adoptemos.
Los tres guardametas, Guitta, Willian y Roncaglio, tienen roles fundamentales en el equipo. ¿Cómo decides qué guardameta va a ser el titular en un partido?
Esa es otra pregunta importante, porque alude a los principios que hemos establecido en esta selección, y el más importante de esos principios es jugar en equipo.
En este torneo, contábamos con tres grandes porteros como Roncaglio, Guitta y Willian. Sin embargo, a medida que analicé la trayectoria del equipo, me di cuenta de que, siempre que jugaba Willian, el equipo se movía más y con más velocidad, porque Willian es un tipo de guardameta diferente a Roncaglio o Guitta. Nos llevaba a hacer un juego más colectivo, movernos más rápido y encontrar nuestra posición, y eso nos vino muy bien.
Tener a Willian en el campo nos obligaba a movernos más porque no contábamos con más efectivos para salir de la presión con el balón jugado, por ejemplo. De todas formas, teníamos otros guardametas dispuestos a asumir la responsabilidad cuando les tocase. Guitta y Roncaglio son extraordinarios a la hora de sostener al equipo y, cada vez que jugaban, nos permitían cambiar la dinámica, ser compactos en defensa e introducir el factor sorpresa.
Mucha gente se ha dado cuenta del poco uso que hace tu equipo de Ferrão como pívot. ¿Tienes algo que decir al respecto? Sobre todo en relación con Pito, la relevancia que cobró durante el torneo y cómo, en octavos de final y en semifinales, tuvo menos participación.
Ferrão tuvo muchos problemas físicos durante esta Copa Mundial. Sufrió una lesión grave que le dejó fuera un tiempo. Tuvo que trabajar para recuperar la forma y el ritmo de juego, y eso afectó a su rendimiento. Le dije que había sido muy valiente al superar, una vez más, una lesión similar a la que ya había sufrido sin perder el ánimo y las ganas de esforzarse y entrenar. Sin embargo, sufrió otra lesión más poco antes empezar el torneo.
En aquel momento, Ferrão pudo quedarse fuera de la convocatoria y perderse la Copa Mundial. Ahí fue donde tuvimos en cuenta el factor humano. No me parecía justo que un jugador con su trayectoria fuese sustituido por una lesión después de todo lo que había luchado por llegar. Decidí tratar el asunto con el cuerpo técnico. Reuní a mis compañeros y acordamos trabajar con él hasta el final. Había tiempo para que Ferrão se recuperase y volviese a jugar con nosotros.
Fue un acuerdo, un pacto. Y no solo con él, porque después perdimos también a Pito y luego a Marcênio. La pérdida por lesión de tres jugadores tan importantes consolidó nuestra idea de que nuestros jugadores tenían que ser polivalentes. Por ejemplo, Diego tuvo que jugar de pívot en varias ocasiones, al igual que Marlon, con lo que minimizamos la pérdida de esos tres jugadores.
Nos faltaban Pito, Ferrão y Marcênio, pero el resto de la plantilla lo compensó. Ferrão jugó pocos partidos en el torneo porque seguía recuperándose, pero su presencia era muy importante para los demás por el ejemplo que da y por su liderazgo, que se mantuvo durante toda la competición. Por fortuna, llegó hasta el final y se convirtió en campeón del mundo con nosotros.
En Uzbekistán, ¿hubo alguna selección que le sorprendiese por su forma de jugar?
Sí, hubo varias sorpresas en Uzbekistán. Nos medimos a selecciones que eran desconocidas hasta hace poco, pero que lograron llegar a las semifinales, como fue el caso de Ucrania. Fue un rival muy fuerte, muy competitivo, y eso que tiene problemas geopolíticos. Pese a la crisis que sufre su país, acudieron al torneo con mucha ilusión por la victoria. Eso fue algo que sacaron de dentro los propios jugadores.
Cuando hablamos de sorpresas, debería añadir que un seleccionador no debería sorprenderse nunca. Jugamos contra Francia, España y Ucrania. Algunas eran más conocidas, pero otras… En Brasil, la gente se sigue acercando a decirme: «Jamás habría imaginado que Ucrania jugase tan bien ni que Irán o Marruecos tuviesen selecciones tan potentes». Eso se debe a que el público ve mucho fútbol y acaba centrándose en las grandes potencias futbolísticas, mientras que considera que los demás países son más débiles o van rezagados en el desarrollo futbolístico. No obstante, la realidad del futsal puede ser completamente diferente a la del fútbol. Hay países que no son potencias en el fútbol pero sí lo son en el futsal. Ahí fue donde empezó la historia y hubo sorpresas muy interesantes.
Brasil y sus pívots, los métodos de entrenamiento y los futuros aspirantes
Brasil siempre ha tenido pívots espectaculares. ¿Qué cualidades debe tener el pívot brasileño actual?
Para empezar, me gustaría repasar el contexto social y cultural del futsal en Brasil y en todo el mundo. En la escuela brasileña, siempre ha habido grandes pívots. Si hiciéramos una lista de diez figuras, dejaríamos fuera a algunos pívots muy buenos, porque ha habido muchísimos.
Cuando hablo del contexto social y cultural, me refiero a que España ganó la Copa Mundial en 2000 y 2004 con un estilo de juego en el que apenas se usaba la posición de pívot. Aquí, en Brasil, opino que nos equivocamos al intentar copiar ese estilo. Era un estilo que no daba protagonismo al papel del pívot en el campo. Así, dejamos de entrenar y crear buenos pívots en Brasil. Menos mal que no tardamos en darnos cuenta de que jugar siempre con pívot forma parte del ADN de nuestro futsal.
Es un puesto que ha cambiado, como el de guardameta. De hecho, son dos posiciones parecidas en cuanto a su desarrollo, porque son las que más han cambiado en los últimos años por todo el mundo. El papel del guardameta ha cobrado importancia a la hora de aportar fluidez y frescura al juego. Juega con los pies y apoya al equipo fuera de la portería. Por su parte, el pívot tiene un papel defensivo importante, porque forma la primera línea de defensa. Todo lo que hace en esa primera línea tiene una influencia positiva o negativa sobre el sistema defensivo.
Los pívots actuales saben jugar de espaldas a la portería, pero, cuando no tienen el balón, también saben presionar al equipo contrario y atraer al rival del otro extremo de la pista para ayudar a las demás líneas defensivas. No es que los pívots estén cambiando su forma de jugar, sino que ahora poseen otro tipo de conocimientos y su posición ha evolucionado.
Ya que hablamos de las cualidades que debe tener un buen pívot, aprovecho para mencionar su capacidad para tomar decisiones según la jugada individual o del equipo. En ocasiones, los pívots deben ser individualistas y sacar de un apuro al equipo. Sin embargo, hay otros momentos en los que deben jugar para el equipo, lo que significa intercambiar posiciones con el fin de abrir espacios para los compañeros o saber cuándo dejar de hacer su trabajo habitual en beneficio del colectivo.
¿Tienes algún principio fundamental que pongas en práctica cuando entrenas a grandes estrellas, como en la selección nacional de Brasil?
Dirigir una selección como la brasileña, con jugadores de tanto nivel, no es tarea fácil, pero siempre he querido mostrarme accesible para todos. Tengo la teoría de que el entrenador está al servicio de los jugadores, y no al revés. Según eso, mi tarea como técnico siempre ha sido la de apoyar a mi plantilla. Mi trabajo consiste en ayudar, no en enseñarles a jugar al futsal. I’m not there to teach them how to play futsal. Mi misión es ayudarles a mejorar su rendimiento y transmitirles información importante.
El entrenador está al servicio de los jugadores, y no al revés.
Estoy siempre a disposición de todo aquel que me necesite y quiera mejorar su rendimiento. Entrenar a una selección nacional no es fácil, pero se disfruta muchísimo. Además de estar ahí, tenemos que rendir, porque es mucha la presión. Hay que ser empáticos para compartir conocimientos y crear un entorno de trabajo positivo, donde transmitir información sobre cada partido e influir en la carrera de los jugadores. Algunos de mis jugadores son estudiantes. Estudian educación física en la universidad porque tendrán que colgar las botas algún día y tienen que pensar en su futura carrera profesional.
Estoy muy contento de haber trabajado con un grupo de personas con tantas ganas de superarse y mejorar. Aunque la selección llegó al torneo como pentacampeona mundial, sus jugadores viajaron para hacer historia. Querían estar ahí. Querían absorber toda la energía que pudieran de mí, porque querían ayuda para coronarse campeones del mundo.
Pues ya son campeones del mundo. ¿De dónde piensas que puede llegar la mayor amenaza competitiva de cara a la próxima Copa Mundial?
Se ha trabajado mucho para desarrollar el futsal en todo el mundo. Ahora, vemos países de otros continentes que compiten cara a cara contra Brasil, España, Portugal y Argentina, las cuatro campeonas mundiales. Es una sorpresa muy agradable. Siempre habrá amenazas en nuestra trayectoria. Tenemos seis títulos del mundo y todos los equipos quieren batirnos. Y no solo pretenden superar a Brasil, sino que quieren superar sus propias limitaciones, sus propias dificultades.
Encontraremos muchos peligros, pero el mayor de todos será acomodarnos y pensar que podemos seguir haciendo lo mismo que hemos hecho siempre.
Sabemos que el camino que hemos recorrido en esta Copa Mundial no nos llevará al éxito en 2028. El viaje no será el mismo. Tenemos que aprender a salir de nuestra zona de confort, ponernos a prueba en distintos ámbitos y realizar cambios en nuestra dinámica interna, de forma que tengamos, en 2028, las mismas sensaciones ganadoras que en 2024. Encontraremos muchos peligros, pero el mayor de todos será acomodarnos y pensar que podemos seguir haciendo lo mismo que hemos hecho siempre.
Creo que tenemos que seguir dando el máximo. Eso es verdad. Pero tenemos que ser conscientes de lo que está pasando en todo el mundo. El futsal ha cobrado mucha fuerza en la región del golfo Pérsico, en Asia central y en los países del Este. Ha dejado de ser patrimonio exclusivo de Sudamérica y Europa.
Este ecosistema mundial del futsal nos depara muchas sorpresas, y me parece una noticia excelente. Cuanto más impredecible sea nuestro deporte, más captará la atención, lo que provocará un aumento de la inversión en el desarrollo del futsal en todo el planeta. Creo que hay que ofrecer más apoyo y más inversión a las selecciones de África, Norteamérica y Centroamérica, que no se están desarrollando como deberían porque carecen de grandes competiciones. Esa es una tarea para todos, no solo para la FIFA y las federaciones miembro, sino para todos los profesionales del futsal. Debemos salir de nuestros países, viajar por todo el mundo y ayudar a otras naciones a desarrollarse.
Estoy convencido de que las audiencias subirán y de que el futsal es, a día de hoy, uno de los deportes más importantes del mundo. Espero que siga creciendo al mismo ritmo que ahora.