#Copa Mundial de Futsal de la FIFA 2024™

Cinco observaciones para entender la Copa Mundial de Futsal de la FIFA 2024™

Grupo de Estudio Técnico, 4-3-2025

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En la Copa Mundial de Futsal de la FIFA 2024™ se disputaron 52 partidos, lo que supuso muchísima actividad deportiva. Este artículo presenta las cinco observaciones principales del Grupo de Estudio Técnico, que sintetizan el torneo disputado en Uzbekistán.

La Copa Mundial de Futsal de la FIFA Uzbekistán 2024™ fue la segunda edición de la competición en la que la FIFA utilizó su proceso de recopilación de datos específico para el futsal con el objetivo de descifrar cómo se practica este deporte en la máxima categoría. Una vez recopilados estos datos exclusivos en dos torneos de futsal, es posible utilizar parámetros idénticos para comparar las estadísticas entre una edición y otra, tanto de partidos concretos como del certamen en general. El Grupo de Estudio Técnico (GET), con la ayuda del equipo de Perspectivas del Rendimiento Futbolístico, ha destacado cinco observaciones que indican cambios en el juego practicado en el torneo de Uzbekistán en comparación con el de la Copa Mundial de Futsal de la FIFA Lituania 2021™, y explica por qué están produciéndose. Las observaciones se centran en los siguientes temas:

  • Total de goles marcados y porcentaje de eficacia

  • Portero-jugador y powerplay (situaciones de 5 x 4)

  • Tiempo en bloque alto y en bloque medio

  • Goles en fase ofensiva y remates al primer toque

  • Acciones a balón parado y situaciones de juego

1.ª observación: aumento del número de goles por remate con respecto a 2021

En la Copa Mundial de Futsal de la FIFA 2021™ se registró un total de 4138 remates a puerta. En 2024, se produjo un aumento marginal del 1.9 % en el total de remates a puerta, que se situó en 4215. Si unimos este dato a un considerable aumento del 20.7 % en el total de goles marcados, se deduce que el acierto en el remate se incrementó durante el torneo de Uzbekistán. Un análisis de los tres equipos que obtuvieron un mejor porcentaje refuerza la afirmación de que los participantes tuvieron, de promedio, más acierto que en 2021. En Uzbekistán, las selecciones más eficaces fueron Panamá, Tailandia y Brasil, que convirtieron un 12.8 %, 12.5 % y 12.3 % de remates a puerta respectivamente. En Lituania, las tres mejores fueron Uzbekistán, Irán y Argentina, con porcentajes del 10.5 %, 9.6 % y 9.0 %.

Pese al aumento del porcentaje de acierto, el GET insiste en que el remate sigue teniendo margen de mejora. El porcentaje de remates a puerta en Uzbekistán fue del 35.4 %, lo que supone un ligero aumento con respecto a Lituania, donde se registró un 35.3 %. Aun así, las cifras indican que la mayoría de los disparos no van a puerta.  

2.ª observación: el uso del portero-jugador genera cada vez más peligro, lo que no ocurre con el powerplay

Dos de los elementos más característicos del futsal son las dos situaciones de 5 x 4: portero-jugador y powerplay (o sustitución del guardameta por un jugador de campo para generar superioridad numérica en ataque). El concepto del powerplay consiste en que un equipo puede cambiar al guardameta por un jugador de campo que contribuye al ataque. En cuanto al portero-jugador, la FIFA lo define como la adopción por parte del guardameta de una posición avanzada para penetrar en campo contrario, donde no le afectan las restricciones de tiempo. Este último consigue el mismo resultado que el uso del powerplay sin necesidad de efectuar cambios ni renunciar a las exclusivas capacidades defensivas del portero.

Portero-jugador

Una diferencia notable entre las ediciones de 2024 y 2021 es el incremento en el uso del portero-jugador como método de juego. Las ocasiones en las que los equipos emplearon esta estrategia aumentó un 74.5 %. Según el GET, este incremento se debe, probablemente, a que los equipos han advertido que el hecho de que el guardameta se sume al ataque puede ayudar a lograr diferentes objetivos en posesión del balón sin dejar la portería tan desprotegida como en el uso del powerplay. Dichos objetivos son:

  • romper, superar o retrasar la presión del rival;

  • generar situaciones de ventaja numérica;

  • mantener la presencia de los jugadores sobre el campo sin arriesgar con sustituciones;

  • iniciar y desarrollar transiciones ofensivas; y

  • reforzar las jugadas a balón parado.

Los datos sugieren que esta estrategia está dando frutos en ataque. Los equipos vieron puerta en un 5.9 % de las jugadas con portero-jugador, mucho más que en 2021, cuando solo el 1 % acabó en gol. En general, el GET advirtió que el aumento en el empleo del portero-jugador y su mayor amenaza en ataque se debe a que cada vez hay más guardametas con la calidad técnica necesaria para contribuir decisivamente al juego de posesión de su equipo.

 

Powerplay
El aumento generalizado de la amenaza ofensiva con portero-jugador no se observó al analizar la eficacia de las jugadas en las que se usó el powerplay. Aunque la cifra total de situaciones de este tipo aumentó un 38.1 %, el porcentaje de goles obtenidos durante ellas descendió desde el 7.6 % de 2021 hasta el 4.2 % de 2024. Además, los participantes concedieron goles en un 6.5 % de estas jugadas. Aunque esa última cifra disminuyó ligeramente con respecto a 2021, donde se registró un porcentaje del 7.6 %, queda patente que es más probable conceder un gol durante esos momentos.

Con respecto a las estadísticas del powerplay, el GET plantea las siguientes cuestiones:

  • ¿Por qué los equipos siguen empleando esta táctica si no es eficaz?

  • ¿Qué intenciones tienen los equipos cuando la emplean?

  • ¿Son conscientes de por qué no obtienen el resultado deseado?  

Aun así, el GET observa síntomas de que las selecciones están cambiando la forma en la que despliegan esta táctica. Los casos en los que se emplean cuando el marcador está igualado ha descendido a más de la mitad (3.3 % frente al 7.2 %). Esto puede indicar un cambio en cómo los equipos se plantean qué momento del juego se ajusta mejor a esta estrategia.

El lugar del campo desde donde se remata el balón durante estas situaciones de 5 x 4 también demuestra cierto grado de progreso: actualmente sucede más a menudo desde la zona 4 (28.5 % frente al 20.5 % de 2021) y la zona 3 (18.4 % frente al 16.3 % de 2021).  Este cambio indica que los equipos optan por circular el balón y acercarse más a la portería contraria, en lugar de disparar desde lejos. No obstante, si se tiene en cuenta que, estadísticamente, con el powerplay es más probable conceder un gol que marcarlo (en Uzbekistán se marcaron menos goles así que en 2021), está claro que sigue existiendo un margen considerable de mejora. Con posiciones más avanzadas, los datos demuestran que el riesgo es claramente superior a la recompensa. 

Este ejemplo del portero-jugador demuestra que se puede usar la táctica para crear ventajas numéricas y espaciales. Tras un saque de banda, el guardameta de Tayikistán Firuz Bekmurodov (2) recibe el balón y atrae al defensa de Marruecos para sacarlo de su posición. A continuación, Bekmurodov envía un balón bombeado a su compañero, que está desmarcado para atacar la portería rival aprovechando el espacio.
En este vídeo, el guardameta de Ucrania, Oleksandr Sukhov (2), se incorpora al ataque desde una posición muy abierta. Con la selección venezolana desprevenida, Sukhov puede disparar a puerta. El riesgo de esta táctica es obvio. De haber perdido la posesión, la portería ucraniana habría quedado totalmente desprotegida.
Este vídeo ilustra el uso eficaz de la táctica del poweplay. Uzbekistán circula el balón durante más de un minuto y encierra a Paraguay en zona 4. Los jugadores uzbecos se mueven constantemente para recibir el balón y encadenan 25 pases antes de asumir un riesgo necesario con el primer disparo. Con algo de suerte, recuperan la posesión tras el rechace y vuelven a circular el balón antes de encontrar otro hueco.

3.ª observación: disminución del tiempo en el que se juega en bloque alto y en bloque medio

Las mediciones de la FIFA de las distintas fases del juego identifican en qué zonas del campo juegan los equipos. Seis de las principales fases en las que puede jugar un equipo sin posesión son: bloque bajo, presión baja, bloque medio, presión media, bloque alto y presión alta. Si comparamos el tiempo que pasaron los equipos en estas seis fases durante el torneo de 2024 comparado con el de 2021, los datos indican cambios importantes en el juego sin balón:

  • el tiempo que pasaron en fases de bloque alto/presión alta se redujo un 40.4 %;

  • el tiempo que pasaron en bloque medio/presión media se redujo un 9.5 %;

  • el tiempo que pasaron en bloque bajo/presión baja aumentó un 15.2 %.

El GET interpreta que estos tres cambios están interrelacionados: cuando los equipos sufren para jugar en bloque alto o medio, no logran presionar adecuadamente al portador del balón. Esto da tiempo y espacio al rival para romper la presión y progresar con el balón. Una medida alternativa para los equipos que defienden es adoptar un bloque bajo más compacto, que implica menos riesgos.

El aumento del 74.5 % en el uso del portero-jugador que se ha comentado en la segunda observación es otro factor que puede contribuir a reducir el tiempo que pasan los equipos en bloque alto y presión alta. Cuando tiene la posesión, un guardameta con astucia y buena técnica individual puede contribuir al ataque, encerrar atrás al rival y dificultar el avance y la presión de sus líneas defensivas.

Medir la intensidad de la presión y los bloques mediante acciones defensivas

Las estadísticas relativas a la intensidad de los equipos durante estas fases, que se mide en segundos por acción defensiva, despeja más dudas sobre el cambio en el tipo de juego. En el caso de los equipos en bloque bajo y presión baja, la media de segundos por jugada defensiva no cambió con respecto a 2021 (22.8 segundos). Por el contrario, en el caso de los equipos en bloque medio y presión media, la cifra aumentó en 3.8 segundos (24.9 segundos frente a los 21.1 de 2021), lo que indica que los equipos en Uzbekistán, de promedio, fueron menos intensos durante las fases de bloque medio.

Al igual que en las fases de bloque medio y presión media, en las de bloque alto y presión alta, los equipos produjeron, de promedio, menos jugadas defensivas que en 2021 (22.2 en Uzbekistán frente a 19.4 en Lituania). El GET advierte que, si los equipos quieren ejercer una presión alta, deben ser eficaces y saber desplegar sus sistemas defensivos. 

Aunque el tiempo que los equipos pasaron en bloque alto se redujo significativamente en 2024 con respecto a 2021, se vieron buenos ejemplos de esta estrategia defensiva. En este vídeo, Marruecos mantiene el bloque alto después de perder el balón. Su proximidad al balón y a los jugadores de Portugal, así como su persistencia en la presión simultánea sobre todos los rivales, implican que, cuando fuerzan a los portugueses a cometer un error, los marroquíes están lo bastante cerca como para aprovecharlo.
En este vídeo, Nueva Zelanda intenta adoptar un bloque bajo contra España. A medida que la jugada evoluciona, tres neozelandeses salen a buscar el balón y dejan un peligroso espacio entre ellos y el cuarto defensor. El cuarto defensor falla en la entrada y el juego se abre en la zona 4. El español Tomaz Braga (4) se queda en una posición alta y permanece abierto durante toda la jugada, lo que deja un hueco para que su compañero Catela (3) penetre y dispare.

4.ª observación: aumento generalizado de los goles en fase ofensiva y los remates al primer toque

Otras de las observaciones principales del torneo de Uzbekistán fue el éxito de los equipos en la fase ofensiva. La FIFA determina que un equipo está en fase ofensiva si i.) penetra en el campo contrario con el balón, bien mediante pases o bien cruzando la línea divisoria en conducción, y ii.) procede a pasar el balón, al menos en una ocasión, a un compañero situado en el campo contrario. A partir de ahí, toda jugada del equipo atacante en el campo contrario se considera que forma parte de la fase ofensiva.

En Lituania, el 20.6 % de los goles se marcaron durante esta fase, mientras que, en la edición de 2024, el porcentaje ascendió al 30.9 %. El incremento del porcentaje de goles en la fase ofensiva está estrechamente relacionado con la tercera observación. Como el bloque bajo es una estructura defensiva más habitual, para un equipo atacante resulta más fácil progresar y circular el balón hasta la zona 3 contra un bloque bajo que contra un bloque medio o alto. El aumento de los goles marcados en la fase ofensiva es un reflejo de este tipo de situaciones de juego, donde el equipo atacante circula el balón en la zona 3 y busca huecos en la zona 4 para marcar.

Otra diferencia interesante entre las ediciones de 2021 y 2024 tiene que ver con los remates al primer toque en jugada. El porcentaje de goles al primer toque aumentó del 32.9 % de 2021 al 40.9 % de 2024. Este tipo de finalización se empleó con especial asiduidad durante la fase ofensiva en Uzbekistán, donde un 30.3 % de los remates al primer toque llegaron durante estas fases del juego, un aumento importante con respecto al 20.1 % registrado en Lituania. Esto indica que los centros fueron más precisos y los rematadores se colocaron mejor para aprovechar las ocasiones.

En este vídeo, España se enfrenta a una Nueva Zelanda en bloque bajo. España permanece atenta y circula el balón en zona 3, buscando un hueco. Al final, la posición de Jesús Gordillo (10) en la zona 4 permite la ruptura. Ese mismo jugador asiste con un pase atrás a Raúl Campos (13), quien remata al primer toque.
Este clip es un ejemplo de la buena colocación y la precisión en el pase que suelen preceder al remate al primer toque. Matías Rosa (7) se abre en la zona 4, lo que crea un espacio en el carril central para que se interne Ángel Claudino (3). El toque preciso de Rosa deja a Claudino en una posición perfecta para rematar de primeras.

5.ª observación: más goles decisivos a balón parado, pese al menor porcentaje con respecto del total de goles marcados en el torneo

Una de las principales observaciones del GET con respecto a las acciones a balón parado fue la cantidad de goles anotados en dichas acciones que cambiaron el signo del partido. En otras palabras, el GET concluyó que hubo más goles a balón parado que decidieron el resultado de un equipo en un partido, de perder a empatar o de empatar a ganar. El carácter decisivo de los goles a balón parado también se reflejó en los datos. La mitad de los goles a balón parado (50.7 %) cambiaron el signo del partido en 2024, lo que supuso un aumento del 10 % con respecto a 2021 (41.0 %). Esto representó un cambio claro en la aplicación y comprensión de las posibilidades de cambiar un partido que tienen las acciones a balón parado bien ejecutadas.

Como conclusión adicional, durante el torneo de 2024, la proporción del total de goles marcados tras saques de esquina, golpes francos y saques de banda fue inferior. Los goles anotados en estas situaciones en Lituania fueron 100 del total de 301 tantos marcados (33.2 %), mientras que en Uzbekistán fueron 81 del total de 362 (22.4 %). Esta disminución incide en la observación del GET sobre el carácter decisivo de las acciones a balón parado: aunque hubo menos goles como consecuencia de estas acciones que en 2024, los tantos marcados influyeron mucho más en el resultado final del partido, lo que sugiere que los equipos sacaron provecho a las acciones a balón parado en los momentos decisivos.

Venezuela eliminó a España en octavos de final con una magnífica volea a la salida de un saque de esquina.
En la final contra Argentina, Brasil inauguró el marcador con un tiro libre y un remate al palo largo.
En su enfrentamiento en la fase de grupos contra Tayikistán, Portugal se adelantó en el marcador tras un saque de banda.

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