A lo largo del encuentro frente a Nueva Zelanda, España impuso su superioridad con la posesión del balón, al mostrarse sumamente paciente con la pelota a pesar de ir por detrás en el marcador desde los primeros minutos del partido. Los pupilos de Federico Vidal se ciñeron en todo momento al plan de juego y obtuvieron su recompensa en el segundo periodo, en el que Catela, nombrado mejor jugador del partido, anotó un triplete que aupó a su selección al primer puesto del grupo D. A continuación, Carlos Quirós, miembro del Grupo de Estudio Técnico, ahonda en el plan de juego español y en el sistema táctico y el dominio técnico que lo sustentaron.
SISTEMA TÁCTICO GENERAL
Quirós, presente en el encuentro disputado en el Complejo Deportivo Universal de Andiyán, señaló que el sistema 4-0 empleado por España se ha «perfeccionado» para reportar ventajas tanto en ataque como en defensa:
«Los pupilos de Vidal son muy buenos con la posesión del balón, lo que limita las posibilidades de marcar del rival. El estilo de juego español ofrece a los jugadores presentes en el Mundial un amplio abanico de pases y movimientos ofensivos, y no es casualidad que hayan perfeccionado el sistema 4-0 para el resto del planeta», explicó Quirós.
España impuso su esquema en ambos periodos, a pesar de que pudiera aparecer cierta frustración en sus filas tras el gol de Art Tigg, que adelantó a Nueva Zelanda en el minuto seis de juego. En el transcurso del partido, la rival de España únicamente registró diez remates a puerta, de los que solo dos fueron entre los tres palos.
Posesión con seguridad
Quirós también subrayó la importancia de las ejecuciones técnicas de España, que se corresponden con el objetivo general de mantener la posesión del balón para controlar el partido. Cada acción técnica y cada movimiento para recibir la pelota se meditan cuidadosamente y se ejecutan de acuerdo con el planteamiento táctico colectivo. En este sentido, señaló lo siguiente: «Los pases son medidos y precisos; las conducciones del balón son efectivas; los controles orientados se ejecutan sin asumir riesgos; los jugadores están pendientes en todo momento de la aparición de espacios; y los compañeros sin balón no dejan de moverse en busca de la mejor posición».
Un aspecto clave que se corresponde con este análisis es el reducido número de balones largos que jugó el equipo de Vidal durante el partido. Según la terminología del Lenguaje del Futsal de la FIFA, un pase se considera un «balón largo» si recorre hacia adelante más de dos zonas hasta llegar a su destinatario (p. ej., de la zona 1 a las zonas 3 o 4, o bien de la zona 2 a la zona 4). En los 24 encuentros que se han disputado hasta este momento en la Copa Mundial de Futsal de la FIFA 2024™, se han registrado una media de 25 balones largos por selección y partido. Sin embargo, España solo realizó seis acciones de este tipo en su victoria frente a Nueva Zelanda.
En cambio, la selección neozelandesa ha promediado 38 balones largos por partido en lo que va de torneo. Este tipo de acciones son más difíciles de ejecutar, tanto para el jugador que pasa como para el que recibe, y conllevan un mayor riesgo de pérdida de la posesión. Otras selecciones, como es el caso de España, prefieren conservar el balón y optan por tomar las riendas de su propio destino mediante pases precisos de corta y media distancia, conducciones efectivas y una buena orientación del cuerpo para recibir y jugar. El parámetro «recepciones conservadas» de la FIFA respalda esta tendencia. Frente a Nueva Zelanda, los jugadores españoles lograron conservar el balón con su siguiente acción tras recibir un pase en 737 ocasiones. Se trata de la cifra más alta registrada en lo que va de torneo.
Sin embargo, el principal objetivo de la selección española es marcar. Sus jugadores se muestran sumamente pacientes durante la fase ofensiva, a la espera del momento oportuno para materializar su dominio en goles. Para ello, a menudo es necesario iniciar dicha fase mediante una acción en la que un jugador cruza la línea divisoria conduciendo el balón y pasa a un compañero. En el segundo vídeo se muestra cómo la selección española ejecuta esta acción para iniciar una fase ofensiva que desemboca en gol. Antonio Pérez (2) cruza la línea divisoria conduciendo el balón. A continuación, juega una pared con Francisco Cortés (7) y acaba generando la ocasión que materializa Catela (3).
DOMINIO TÉCNICO Y DEL ESPACIO
Quirós siguió haciendo hincapié en la importancia de las acciones técnicas de España a la hora de ejecutar su plan de juego. En concreto, se detuvo en la capacidad del equipo de Vidal para desgastar a los rivales mediante rotaciones y movimientos ofensivos.
«No hay duda de que España ejemplifica a la perfección cómo entrenar con jugadores jóvenes una correcta ocupación del espacio, los movimientos, las rotaciones y el juego posicional entre líneas defensivas. En su juego, la toma de decisiones se basa en el cambio inmediato de roles y funciones, la posesión útil del balón y la alternancia de los movimientos ofensivos», explicó Quirós.
Como se aprecia en el análisis, España busca conservar la posesión como estrategia ofensiva y negar la pelota al rival como objetivo en defensa. Sin embargo, no es posible dominar el balón sin rotaciones y recursos técnicos bien trabajados.
Y fueron estos recursos, combinados con el plan colectivo basado en mantener la posesión, los que permitieron a la selección española dominar realmente el partido. A la conclusión del partido frente a Nueva Zelanda, España había completado 681 de los 731 pases intentados en total, lo que equivale a un índice de acierto del 93.2 %. Esta cifra es una de las más elevadas en lo que va de torneo y un 10 % superior a la media registrada por las selecciones en los 20 primeros partidos.
CAPACIDAD DE EJECUCIÓN
Comparación con el primer partido
La última observación de Quirós guarda relación con la efectividad de España de cara a puerta. A este respecto, comparó su incontestable victoria frente a Nueva Zelanda con su primer partido de la fase de grupos contra Kazajistán, que concluyó con 1-1. El exseleccionador de Costa Rica reveló que, a pesar de que el equipo de Vidal gozó de numerosas ocasiones de gol en ambos encuentros, la principal diferencia estuvo en su efectividad con la posesión del balón.
«En los dos partidos disputados por España, el aspecto ofensivo más destacado fue el número de tiros a puerta. En su primer encuentro, el marcador habría sido muy diferente de no ser por el guardameta rival, Higuita. En el segundo encuentro, la enorme diferencia en el marcador tuvo que ver con la efectividad de España con la posesión, sus movimientos ofensivos y su extraordinaria capacidad de definición frente al guardameta y la defensa rivales», afirmó Quirós.
La perseverancia tiene recompensa
España salió muy beneficiada de ceñirse a su plan de juego a pesar de llegar con 1-1 al descanso. La selección española mantuvo en ambos periodos esta posesión efectiva a la que Quirós hacía referencia, y esta fe dio sus frutos tras el intermedio.
De hecho, España realizó más remates a puerta en el primer periodo (57) que en el segundo (51). Sin embargo, marco un solo gol en la primera mitad y seis en la segunda. El principal motivo fue una mayor efectividad de cara a portería: en el segundo periodo, el 37.3 % de los remates a puerta de España fueron entre los tres palos, en comparación con el 29.8 % del primer periodo.
En el tercer vídeo, España inicia la elaboración de la jugada a través de su guardameta, quien envía un saque raso con la mano a Cortés (7). Este, a su vez, envía un sencillo pase a Tomaz Braga (4), quien combina con Catela (3) jugando brillantemente de primeras. Catela tiene el cuerpo orientado a la perfección para recibir con el pie izquierdo, tras lo cual recorta hacia dentro, se deshace de su marcador mediante un excelente regate y supera al guardameta neozelandés con un disparo al primer palo con el que completa su triplete.
PRINCIPALES CONCLUSIONES
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La técnica individual de los jugadores está interrelacionada con el planteamiento táctico general del equipo. Para ejecutar a la perfección un plan de juego basado en la posesión, los jugadores requieren cierta calidad técnica.
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Ceñirse a un plan de juego puede ofrecer excelentes resultados sobre la cancha, aunque las recompensas no resulten aparentes a primera vista. A pesar de llegar al descanso con empate, España mantuvo su estrategia y no optó por pases más largos ni acciones precipitadas.
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Un plan de juego orientado a la posesión no implica que los jugadores deban permanecer estáticos cuando tienen el balón. Tener paciencia, rotar, ocupar el espacio entre líneas, tomar decisiones y cambiar de roles y funciones son todos aspectos fundamentales para jugar de esta forma.