El primero de ellos tiene que ver con la capacidad de los guardametas para detener los remates. En este artículo, «Zubi» explica por qué está resultando tan difícil batir a los porteros desde cerca. Sus observaciones se sustentan en los datos que el equipo de Perspectivas del Rendimiento Futbolístico de la FIFA ha recogido en las siete sedes olímpicas.
Solidez bajo palos
El análisis de los datos del torneo —incluidas las semifinales— indica que los porteros han detenido el 64 % de los remates a puerta desde dentro del área. Como apunta Zuberbühler, puede haber varias razones que expliquen el alto porcentaje de acierto de los guardametas. A continuación se profundiza en algunas de ellas:
«Es un porcentaje alto, por lo que me pareció interesante analizar las causas de ese nivel de acierto —afirma el exportero suizo—. Solo dos guardametas tuvieron un porcentaje de paradas inferior al 50 % en este tipo de acciones, y cuatro alcanzaron un índice del 75 % o superior. En esos momentos en que los porteros se enfrentan a remates a puerta desde el interior del área, hay aspectos técnicos que son decisivos. En los vídeos que acompañan este artículo podemos ver los detalles cruciales que hicieron posible algunas de esas paradas».
«Gatito» Fernández (Paraguay)
En el primer vídeo, extraído del partido de cuartos de final que disputaron Paraguay y Egipto, vemos que el guardameta paraguayo «Gatito» Fernández (1) forma una equis con las cuatro extremidades para detener un disparo a corta distancia. Cuando el balón llega al interior del área, Fernández se coloca en el primer palo para defender su portería ante cualquier posible remate del delantero egipcio y, en cuanto este envía un pase hacia el borde del área, el portero observa que ha cambiado la dirección del ataque y ajusta su posición rápidamente. Mahmoud Saber (7) recibe la pelota y se dirige sin oposición hacia la portería paraguaya. Fernández detecta el peligro y decide avanzar hacia Saber para cerrarle los ángulos de tiro. La decisión que toma es la correcta, como explica Zuberbühler:
«Al acercarse al atacante que lleva el balón, el guardameta se hace más grande y la portería más pequeña, lo que disminuye el ángulo de disparo. La parte superior del cuerpo y los hombros están alineados, la postura corporal (con las extremidades formando una equis) es perfecta y esos pasos rápidos hacia delante son el factor crucial que le permite rechazar el balón con el pecho».
Hasan Hussein (Irak)
En el segundo vídeo podemos ver un ejemplo similar al anterior. En esta ocasión, el iraquí Hasan Hussein (1) realiza una parada con el cuerpo formando una equis ante un tiro a corta distancia de Argentina. En cuanto ve que el balón se dirige a la espalda de la línea defensiva, el portero se da cuenta de que sus compañeros no van a poder evitar el peligro, por lo que avanza rápidamente y se hace lo más grande posible para realizar la parada mientras los defensas se repliegan para proteger la portería.
Munir El Kajoui (Marruecos)
En el último vídeo, el guardameta marroquí Munir El Kajoui realiza una importante parada en el encuentro de la fase de grupos contra Argentina. Su posición inicial al borde del área pequeña le permite tener una buena visión del terreno de juego. De esta forma, le da tiempo a reaccionar ante lo que sucede delante de él. En cuanto ve que su equipo no consigue apoderarse de un balón suelto, retrocede un metro hacia la portería y se prepara para recibir un remate. Sin embargo, el disparo a puerta no se produce y, en su lugar, el rival envía un balón a la espalda de la línea defensiva. El Kajoui aguanta para ver si su defensa puede resolver la situación, pero en cuanto advierte que su compañero no aleja el peligro, da un paso adelante decisivo. De este modo, reduce los ángulos de tiro, lo que le permite realizar una intervención crucial para acabar atrapando el balón.
La colocación es clave
En todos los ejemplos anteriores, la colocación de los porteros es fundamental, como subraya Zuberbühler:
«Cuando el guardameta percibe que se enfrenta a una situación de uno contra uno y que sus defensas no pueden ayudarle, dar unos pasos hacia el atacante que lleva el balón puede ser decisivo. En estas jugadas, los porteros deben mostrar arrojo, ser valientes y adoptar una postura corporal firme tanto en el tronco como en las extremidades. Al acercarse al delantero, pueden hacerse grandes y reducir los ángulos de disparo. También deben saber leer los momentos en los que el atacante no tiene el control total del balón, porque es en esos instantes cuando tienen que avanzar hacia él. En cuanto el delantero tenga el balón controlado y pueda disparar, el portero deberá estar preparado para realizar la intervención».