#Torneo Olímpico Femenino de Fútbol

Las centrales y su papel en la creación de juego

FIFA, 5-11-2024

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A la conclusión del Torneo Olímpico de Fútbol Femenino 2024, el Grupo de Estudio Técnico de la FIFA (GET) tomó nota de la relevancia de las centrales en la construcción del juego de sus selecciones.

Varios de los miembros del GET desplegados en Francia para observar el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino París 2024 también tuvieron la ocasión de asistir a la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia & Nueva Zelanda 2023™. Una de las ventajas de este hecho es que facilitó la detección de cambios en las tendencias o enfoques tácticos de una competición a otra.

Durante el análisis de la fase de grupos del torneo celebrado en Francia, el GET observó que las centrales se habían erigido en figuras clave a la hora de romper las líneas de la estructura defensiva de las selecciones rivales. El GET se propuso seguir esta tendencia a lo largo del torneo, y los datos de la competición recabados por el equipo de Perspectivas del Rendimiento Futbolístico corroboran la observación.

RUPTURAS DE LÍNEA CON PASES VERTICALES

Uno de los datos observados fue que las centrales completaron un número considerablemente mayor de rupturas de línea durante el Torneo Olímpico en comparación con el Mundial celebrado doce meses antes, aun cuando el número de intentos fue similar en ambas competiciones. En Francia, las centrales completaron el 72.7 % de los intentos de ruptura de líneas (17.5 intentos por cada 30 minutos con posesión), una cifra que contrasta con el 66.7 % de tasa de acierto registrado en el último Mundial, en el que se dieron 17.7 intentos por cada 30 minutos con posesión. Asimismo, durante el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino, se observó que, ante rivales con una línea defensiva compuesta por tres jugadoras, las centrales lograron romper la línea del equipo contrario con mucha mayor frecuencia (60.3 %) en comparación con el Mundial de Australia y Nueva Zelanda (46.9 %).

El GET se planteó si este aumento en la eficacia a la hora de romper líneas rivales obedecía a una posible disminución del uso de la presión alta por parte de los contrincantes. Sin embargo, el equipo de Perspectivas del Rendimiento Futbolístico descubrió que las tasas de presión alta fueron similares en ambas competiciones, y que el mayor acierto observado a la hora de romper líneas se produjo tanto en los equipos que jugaron con dos centrales como en aquellos que lo hicieron con tres.

Para Anna Signeul, este aumento de efectividad en las rupturas de líneas es una tendencia interesante que refrenda el desarrollo técnico de las jugadoras de máximo nivel.

«La función de las centrales sigue evolucionando, al igual que las exigencias a las que hacen frente las futbolistas que juegan en esta demarcación. Estos hallazgos evidencian que las centrales son cada vez más eficientes a la hora de buscar los pases verticales entre líneas, y que demuestran una creciente precisión y alcance a la hora de entregar el balón a sus compañeras. Cuando los equipos se enfrentan a rivales con bloques medios o bajos, la calidad de las centrales a la hora de buscar el pase vertical permite a los combinados situar a más jugadoras por delante del balón, lo que a su vez genera más opciones de pase para las defensoras».

El GET también observó que, durante el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino, las centrales completaron el 54.8 % de los intentos de ruptura de línea por dentro del espacio ocupado por el rival, con 10.5 intentos por cada 30 minutos con posesión, frente a un acierto del 48.7 % en los 11.4 intentos por cada 30 minutos del 2023. Estas cifras indican que las centrales son cada vez más eficaces a la hora de romper líneas por el centro o por alto, en comparación con las rupturas por banda.

RUPTURA DE LÍNEAS EN EL CENTRO DEL CAMPO

Cabría esperar que las centrales superasen la primera línea del esquema defensivo del contrario, pero, curiosamente, cuando los equipos se enfrentaron a rivales con el clásico dibujo táctico compuesto por tres líneas, la efectividad en los intentos de ruptura de líneas en el centro del campo fue del 60 % en París, frente al 47 % en el Mundial disputado el año anterior. Asimismo, se observó un patrón similar en el número de intentos de ruptura de líneas en el centro del campo por cada 30 minutos con posesión, con 4.2 en el Torneo Olímpico frente a 4.4 en el Mundial.

Como puede apreciarse en el gráfico, otro dato interesante revela de qué manera buscaron romper las líneas rivales las centrales. Durante el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino, se observó un aumento de la tasa de acierto en las rupturas de líneas logradas mediante un pase. Del 66.7 % registrado en el Mundial de 2023 se pasó al 73 % en París, todo ello sin registrarse un cambio en el número de intentos por cada 30 minutos con posesión.

Este aumento en las tasas de acierto de los pases resulta significativo y muestra un posible cambio en el rol que desempeñan la centrales en la construcción del ataque. Otra dinámica interesante fue el descenso del porcentaje de rupturas de línea completados por las centrales en acciones de progresión como las internadas y los regates, que pasó del 87.7 % en 2023 al 80 % en 2024. Esto podría deberse al hecho de que las centrales solo intentaron 0.3 internadas por cada 30 minutos con posesión en Francia, frente a 1.1 por cada 30 minutos con posesión registrados en Australia y Nueva Zelanda un año antes.

Tal y como explica Gemma Grainger, este es un cambio muy interesante.

«Se observó una ligera tendencia en las acciones que desembocaron en algunos de los pases entre líneas que realizaron las centrales. Como vemos en los vídeos, estas acciones se produjeron a menudo ante rivales desplegadas en un bloque medio o bajo que daban tiempo y espacio a la central que llevaba el balón y que se centraban en impedir que el esférico llegase a las centrocampistas. Las centrales son cada vez más hábiles con la pelota y tienen la capacidad de hacer daño al rival si les dejan tiempo y espacio para maniobrar. Esto planteará un dilema defensivo interesante para los equipos».

TIPOS DE PASES ENTRE LÍNEAS

El GET ha seleccionado varios vídeos para ilustrar los tipos de pases que emplearon las centrales para romper las líneas rivales, así como los contextos de juego en los que se produjeron dichas acciones.

Ruptura de líneas por alto sin oposición

Francia, que jugaba con un 4-3-3 frente a un rival organizado en bloque medio con un esquema 4-4-2, retrasa el balón desde la banda hasta la central izquierda, Wendie Renard (3), para volver a empezar la jugada. Cuando la zaguera recibe el esférico libre de marca, ve la oportunidad de enviar un balón en profundidad para su delantera a la espalda de la defensa colombiana. El pase, perfectamente medido, supera las tres líneas del entramado defensivo del conjunto contrario, y llega a la delantera centro Marie-Antoinette Katoto (12) al borde del área.

Primer vídeo: La central francesa, Wendie Renard (3), envía un pase en profundidad que supera la estructura defensiva de Colombia por alto.

Pase entre líneas sin oposición

Las centrales alemanas Marina Hegering (5) y Kathrin Hendrich (3) construyen la jugada con paciencia ante el bloque medio de Estados Unidos, que juega con un 1-4-4-2. Las germanas se buscan para armar la jugada, e incluso se apoyan en la guardameta. Cuando la centrocampista alemana Janina Minge (6) recibe la pelota entre líneas, gira sobre sí misma y ve la oportunidad de jugar el balón hacia la central derecha, Hendrich, que se desmarca hacia el espacio para recibir. Sin rival que la obstaculice, avanza con el esférico hasta combinar con la delantera centro Sjoeke Nüsken (9), acción que logra romper la línea de mediocampo del conjunto estadounidense.

Segundo vídeo: La central alemana Kathrin Hendrich (3) rompe la línea del centro del campo de Estados Unidos con un pase vertical sin oposición.

En el tercer vídeo, se observa un ejemplo similar. El combinado canadiense construye la jugada con tres centrales, en lugar de dos. Nueva Zelanda aguarda en un bloque medio con esquema 1-4-1-4-1, sin presionar a la portadora del balón. La delantera canadiense Adriana León (11) retrasa su posición para situarse entre las líneas defensiva y central de las neozelandesas, ofreciéndose a su compañera. La central derecha Jade Rose (12) ve el desmarque y pone un pase vertical que rompe la línea del centro del campo rival.

Tercer vídeo: Canadá busca armar la jugada desde su zaga compuesta por tres defensoras. La central canadiense Jade Rose (12) rompe la línea del mediocampo neozelandesa con un pase hacia delante.

Desmarques y juego atrevido

También cabe notar que algunas centrales demostraron estar dispuestas a asumir más riesgos a la hora de armar el juego de sus equipos. El cuarto vídeo muestra un ejemplo que se produjo en la victoria española de cuartos de final ante Colombia. Tras el repliegue de las centrales Irene Paredes (4) y Laia Aleixandri (14), que recuperan la posición tras una acción a balón parado, España vuelve a construir la jugada desde atrás gracias a la combinación entre ambas defensoras.

Cuando le llega el balón a Aitana Bonmatí (6), esta se gira y aprovecha el espacio creado gracias al desplazamiento de Patricia Guijarro (12), lo que a su vez permite la internada de la central izquierda. Tras recibir, Aleixandri avanza con la pelota y rompe la línea central de Colombia con un pase vertical que culmina en una oportunidad clara de gol. Curiosamente, cabe destacar que España no parece inquietarse ante la internada de una de sus centrales, que deja a una sola defensora en la zaga en una situación de uno contra uno, lo que demuestra el nivel de riesgo que está dispuesta a asumir la Roja al construir la jugada.

Cuarto vídeo: La central española Laia Aleixandri (14) avanza con el balón a pesar del riesgo que supone dejar sola a su compañera en la defensa, que podría verse en una situación de uno contra uno.

Repercusiones para el entramado defensivo del centro del campo

En vista del aumento de la tasa de acierto en los intentos de ruptura de líneas por parte de las centrales, parecía lógico analizar las posibles repercusiones de esta tendencia para las centrocampistas. El análisis reveló otra tendencia interesante basada en el número de centrocampistas defensivas con el que jugaban las selecciones: una o dos.

Durante el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino 2024, las centrales registraron cifras muy superiores de distribución del juego por cada 30 minutos con posesión cuando jugaban con una sola centrocampista defensiva (72.6), en comparación con el dato registrado al jugar con dos (54.5). Esto es especialmente interesante si se compara con las cifras del Mundial de Australia y Nueva Zelanda de 2023, en el que las centrales registraron 61.8 distribuciones por 30 minutos con posesión al jugar con una sola centrocampista de contención y 59.7 cuando lo hicieron con dos.

De esto se deduce que las centrales alcanzaron niveles de distribución similares en el Mundial de 2023, independientemente del número de centrocampistas defensivas; sin embargo, en el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino de Francia, el registro fue considerablemente más alto (+10.8) con una única centrocampista defensiva y notablemente más bajo (-5.2) con dos (por cada 30 minutos con posesión).

Según Kirsty Yallop, «Cuando los equipos defensivos juegan en bloque medio, suelen centrarse más en tapar a la centrocampista de contención para evitar que esta se haga con la pelota. Esto da más tiempo y espacio a las centrales, sobre las que recae una mayor responsabilidad para construir la jugada. Si el equipo juega con una única centrocampista de contención, por lógica tendrá una futbolista más en posiciones adelantadas, lo que amplía las opciones de pase disponibles, tanto entre líneas como a la espalda de la defensa rival».

RESUMEN

Las centrales son cada vez más importantes a la hora de construir el juego, gracias en parte al acierto en los pases entre líneas. Esta tendencia se observa tanto si el equipo juega con dos centrales como si lo hace con tres.

Asimismo, las centrales rompieron más las líneas del mediocampo rival en comparación con el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, a pesar de que no se observaron grandes cambios con respecto al número de veces que los equipos optaron por ejercer una presión alta.

La mejora técnica de las centrales se traduce en una creciente capacidad para completar pases verticales con cada vez más precisión, sobre todo cuando están libres de marca y el equipo rival defiende con bloque medio o bajo.

Por último, se observó que las centrales fueron más efectivas en la distribución del juego cuando su equipo contaba con una única centrocampista defensiva en lugar de dos.

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