#Torneo Olímpico Femenino de Fútbol

El Grupo de Estudio Técnico repasa el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino

FIFA, 5-11-2024

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Una vez concluido el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino de 2024, el Grupo de Estudio Técnico (GET) y el equipo de Perspectivas del Rendimiento Futbolístico de la FIFA han recopilado sus datos y análisis para ilustrar las tendencias principales que surgieron durante la competición y han comparado los resultados con los de la Copa Mundial de la FIFA Australia & Nueva Zelanda 2023™.

En este artículo, analizamos de qué manera llegaron los goles y cuánto tiempo estuvo el balón en juego. Además, repasamos la función de las guardametas a la hora de superar las líneas defensivas rivales.

En artículos posteriores, estudiaremos en profundidad a Estados Unidos, la selección campeona, de la mano de las integrantes del GET Anna Signeul y Kirsty Yallop, y analizaremos los elementos esenciales de su juego con y sin balón, que resultaron determinantes a lo largo del torneo. En comparación con la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™, se observó que las centrales tuvieron una influencia mucho mayor a la hora de superar las líneas defensivas rivales con pases verticales.

Desglose de los goles anotados

En el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino se marcaron un total de 72 goles a partir de 732 remates a puerta (a excepción de tres tantos en propia puerta y uno que llegó tras un despeje), lo que arroja un porcentaje de efectividad del 9.8 %. Como cabía esperar, la efectividad en los remates a puerta desde dentro del área fue más alta (12.2 %), con 55 goles marcados, mientras que desde fuera del área apenas se anotaron 17, con una efectividad del 6.1 % a partir de 280 remates a puerta.

En el torneo se registró una media de 2.9 goles por partido, si bien los encuentros de la fase de eliminación directa presentaron marcadores más ajustados, con una media de 1.9 goles por encuentro, por los 3.4 goles que se registraron en la fase de grupos. En comparación, en el Mundial femenino de 2023 se anotaron 2.6 goles por partido.

Exceptuando los penaltis (4), se marcaron un total de doce goles a partir de remates de primeras en jugadas a balón parado o directamente de remates a puerta (cuatro saques de esquina, siete tiros libres y un saque de banda). Curiosamente, todos estos tantos llegaron en la fase de grupos, mientras que en la fase de eliminación directa no se marcaron goles en jugadas a balón parado (a excepción de un penalti). Solo el 5.5 % de los goles anotados se produjeron en remates de primeras a partir de saques de esquina, lo que representa una disminución en comparación con el Mundial femenino de 2023, torneo en el que el 8.3 % de todos los goles llegaron en jugadas de este tipo.

Cuando nuestro equipo de Perspectivas del Rendimiento Futbolístico analizó las acciones que preceden a un gol, se observó que el mayor porcentaje corresponde a jugadas en las que una futbolista recibe el pase de una compañera y acaba viendo puerta (34.2 %). Curiosamente, prácticamente la mitad (el 46.2 %) de los goles marcados en la fase de eliminación directa estuvieron precedidos por un pase a la autora del tanto, en comparación con el 31.7 % que se registró en la fase de grupos.

Los distintos caminos al gol que encuentran los equipos son consecuencia de una calidad cada vez mayor en el último tercio, pero también de lo resolutivos y organizados que son los rivales en defensa, como explica Gemma Grainger:

«Las selecciones siguen desarrollando distintas maneras de atacar en el último tercio y disponen de muchos recursos para crear ocasiones de gol. Prestan mayor atención a crear ocasiones de calidad, y esto les está ayudando a desarrollar estrategias ofensivas y a potenciar las cualidades técnicas de las jugadoras. Son más rápidas, ejecutan mecanismos a partir de determinadas acciones y dan el mínimo número de toques al balón tanto dentro como en las inmediaciones del área penal. Las defensas sólidas y organizadas obligan a las atacantes a mejorar su capacidad para desenvolverse en espacios reducidos bajo presión. Además, las delanteras son más proactivas a la hora de realizar desmarques verticales».

Tiempo del balón en juego

El tiempo que está en juego el balón durante un partido es un factor importante a la hora de considerar las prestaciones físicas de las futbolistas. En el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino de 2024 se observó un ligero incremento, con 57.3 minutos —sin contar la prórroga— en comparación con el Mundial femenino de 2023. No obstante, la fluctuación entre el promedio de tiempo que estuvo en juego el balón en la fase de grupos (58.3 minutos) en comparación con la fase de eliminación directa (52.6 minutos) es objeto de debate. De nuevo, el tiempo medio que estuvo en juego el balón en la fase de grupos es superior al de las últimas competiciones femeninas de categoría absoluta de la FIFA. Sin embargo, el promedio de 52.6 minutos que se registró en la fase de eliminación directa es inferior.

Arsène Wenger, director de la División de Desarrollo del Fútbol Mundial, lo expresó en los siguientes términos: «En algunos partidos, observamos interrupciones para atender lesiones de guardametas. Estas pausas las aprovecharon los seleccionadores y las seleccionadoras para intervenir y, en algunas ocasiones, alteraron claramente la dinámica de los partidos. Algunas de ellas ralentizaron el juego y dieron pie a cambios y ajustes tácticos, un hecho que a las árbitras les resultó difícil de gestionar».

Cuando ninguno de los dos equipos tiene la posesión, se considera que está «en disputa». En el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino de 2024, el promedio de tiempo que el balón estuvo en disputa por partido —sin contar la prórroga— fue de 6.4 minutos. De nuevo, se observó una ligera diferencia entre la fase de grupos, en la que el balón estuvo en disputa una media de 6.1 minutos por partido, y la fase de eliminación directa, con 8.1 minutos de media.

Porcentajes de posesión y fases del juego

Los datos relativos a la distribución de la posesión durante los partidos en el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino de 2024 demuestran que solo tres selecciones, España (semifinalista, con un 63.1 %), Estados Unidos (campeona, con un 57.77 %) y Francia (cuartofinalista, con un 53.82 %) dominaron sistemáticamente la posesión en sus partidos. Los demás equipos promediaron un porcentaje de posesión inferior al de sus rivales en los partidos que disputaron, incluida Brasil (subcampeona, con un 38.26 %) y Alemania (semifinalista, con un 41.77 %).

Fases del juego con balón

Además de entender los porcentajes de posesión de las selecciones, conocer el tiempo que emplearon en las distintas fases del juego puede arrojar una perspectiva muy interesante acerca de sus distintos estilos de juego, y pone de relieve sus preferencias con y sin balón. Nuestro equipo de Perspectivas del Rendimiento Futbolístico también puede comparar conjuntos de datos con los de otras competiciones, lo que nos ayuda a reconocer tendencias que surgen en todo el mundo y en la evolución de los distintos equipos.

En el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino de 2024, Estados Unidos tendió a dominar la posesión en sus partidos y pasó gran parte (un 57.1 %) de su tiempo con el balón en la fase de elaboración. Este porcentaje supera el promedio del torneo (un 44.1 %) y también es muy superior a la media registrada en el Mundial femenino de 2023, en el que las selecciones promediaron un 39.6 % de su tiempo con balón en la fase de elaboración. Además, Estados Unidos fue el segundo equipo que menos tiempo empleó en enviar balones en largo (con un 1.8 % frente al promedio del torneo de 3.1 %) y en la fase de transición ofensiva (un 12.8 % frente al promedio del torneo de 18.3 %).

Brasil, que se proclamó subcampeona, demostró la eficacia de las transiciones y de dominar distintos estilos de juego. En París 2024, fue —junto con Zambia— el equipo que más tiempo empleó en la fase de transición ofensiva (con un 26.5 %), y el segundo que más tiempo empleó en la fase de contraataque (con un 1.9 %), solo por detrás de Zambia (con un 3.5 %).

Con un 30 %, España fue la selección que más tiempo de su posesión empleó en el último tercio, a una distancia considerable del promedio del torneo, que fue del 15 %, y de la segunda clasificada en este apartado, que fue Francia con un 18 %. Además, fue el segundo equipo que más tiempo pasó en la fase de elaboración (con un 53.3 %), lo que pone de manifiesto su deseo de armar las jugadas con paciencia. El hecho de que fuera también la segunda selección que menos tiempo dedicó con la posesión a enviar balones en largo (0.5 %), a las transiciones ofensivas (12.1%) y a los contragolpes (0.5 %) refuerzan estos datos.

Fases del juego sin balón

Cuando no tenían la posesión, las selecciones demostraron contar con estilos y planteamientos defensivos bien definidos. España fue el equipo que más tiempo pasó sin la posesión en fase de bloque alto (con un 12.3 %), de presión alta (5.6 %) y de transición defensiva (26.2 %), y el segundo que más tiempo empleó en ejercer la presión tras pérdida (con un 16.6 %), lo que demuestra la intensidad de su estrategia defensiva.

Por el contrario, Alemania fue el segundo equipo que menos tiempo dedicó sin la posesión a las fases de presión alta (con un 1.8 %) y a la de presión tras pérdida (10.8 %), si bien fue el segundo que más tiempo empleó sin la posesión en bloque medio.

Japón fue la selección que más tiempo empleó en bloque medio, con un 32.1 % del tiempo sin el balón, mientras que el promedio del torneo en este apartado fue del 20.9 %. Asimismo, demostró su predilección por defender de manera organizada, y fue el equipo que menos tiempo dedicó sin la posesión a las fases de presión tras pérdida (con un 9.5 %) y de transición defensiva (con un 12.5 %).

Por otro lado, Colombia fue la selección que más tiempo pasó en bloque bajo (con un 30.3 %) y la que menos tiempo defendió en bloque alto (con un 3.4 %).

Guardametas

Intentos y consecución de rupturas de líneas

A lo largo del torneo, el GET observó el aumento en la importancia de los pases de las guardametas para romper líneas. Si bien este tema se ha estudiado a fondo en un completo artículo, aquí vamos a analizarlo con todos los datos del torneo, los cuales corroboran plenamente esta tendencia.

Durante el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino de 2024, las guardametas intentaron una media de 15.9 rupturas de líneas por cada 30 minutos con la posesión, en comparación con los 13.9 intentos de media que se registraron en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™. Su tasa de acierto en este apartado también mejoró en París 2024, con un 43.3 %, frente al 38.4 % que se registró en el Mundial femenino de 2023.

Cabe destacar que las guardametas intentaron un mayor número de rupturas de líneas a través del entramado defensivo rival, con 1.16 por cada 30 minutos con la posesión durante el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino, frente al 0.4 que se registró durante el Mundial.  La efectividad en estos pases también aumentó del 81 % al 91 % en 2024.

Conclusiones principales

  • Prácticamente la mitad (el 46.2 %) de los goles marcados en la fase de eliminación directa estuvieron precedidos por un pase a la autora del tanto, en comparación con el 32.2 % que se registró en la fase de grupos.
  • Si bien durante el torneo se registró un promedio de tiempo con el balón en juego de 57.3 minutos (sin contar la prórroga), la media de 52.6 minutos que se observó en la fase de eliminación directa es inferior a la de las últimas competiciones.
  • Solo tres selecciones, España (semifinalista, con un 63.1 %), Estados Unidos (campeona, con un 57.77 %) y Francia (cuartofinalista, con un 53.82 %) dominaron sistemáticamente la posesión en sus partidos a lo largo del torneo.
  • Los equipos avanzaron hasta las últimas rondas de la competición empleando distintas fases de dominio con y sin balón.

  • Las guardametas intentaron y consiguieron un mayor número de rupturas de líneas en París 2024 que en el Mundial femenino de 2023.

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