Este grupo resultó muy interesante, ya que lo formaban cuatro selecciones con características y estilos de juego completamente distintos. Estados Unidos se proclamó campeona de grupo tras firmar tres contundentes victorias y anotar nueve goles. Alemania, que sumó siete goles en sus enfrentamientos ante Zambia y Australia, finalizó en segunda posición, mientras que las australianas no pudieron pasar a la siguiente fase como una de las mejores terceras por la diferencia de goles. Zambia vivió un torneo complicado: encajó 13 tantos en tres partidos y terminó cuarta en un grupo difícil.
Estados Unidos
De la mano de su nueva seleccionadora, Emma Hayes, el equipo de Estados Unidos mostró un nivel sensacional, probablemente algo por encima de lo esperado tras las decepciones vividas en los torneos anteriores. Las estadounidenses dominaron los tres partidos con la posesión del balón. Las laterales tenían libertad para jugar en posiciones adelantadas, ya que las centrocampistas de contención y las centrales se ocupaban de las tareas defensivas. En ataque, el equipo a menudo contaba con cinco jugadoras ocupando los cinco carriles de la línea defensiva rival. Hay que destacar la figura de Trinity Rodman (5), que en lo que llevamos de torneo ha exhibido sus grandes cualidades ofensivas.
Sin la posesión, Estados Unidos se mostró como un conjunto perfectamente organizado, con una estructura defensiva muy sólida a la hora de impedir los contraataques rivales. Fue un equipo difícil de superar y será muy interesante ver hasta dónde puede llegar en el torneo.
Alemania
La selección alemana empezó la competición con fuerza, utilizando un esquema 4-2-3-1. En ausencia de Lena Oberdorf —lesionada—, Alexandra Popp (11) se situó en la línea medular como una de las centrocampistas más retrasadas. El dúo que formó con Janina Minge (6) resultó muy interesante, teniendo en cuenta que Popp suele jugar como delantera centro. Alemania es un equipo muy técnico y en su juego destaca la incidencia que tiene la interior Jule Brand (16), sobre todo a la hora de romper líneas para internarse o crear peligro en el último tercio.
Si no tenían el balón, las alemanas defendían en un compacto bloque medio y, cuando decidían hacer la presión, derrochaban intensidad. Una vez recuperada la pelota, trataban de iniciar la transición ofensiva buscando rápidamente a Brand y a la delantera centro Sjoeke Nüsken (9).
Australia
La selección australiana, que disputó las semifinales en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™, esta vez no pasó de la fase de grupos. Para enfrentarse a equipos que planteaban dificultades distintas, Australia optó por emplear sistemas diferentes en los tres partidos, como el esquema 4-4-2, el 4-1-4-1 y el 5-2-3. Dio muestras de una gran capacidad de resistencia en el encuentro ante Zambia, que acabó ganando por 6-5 tras remontar un 5-2 en contra. Con Kyra Cooney-Cross (8) al mando de las operaciones, las Matildas querían elaborar el juego por las bandas, pero sus mejores ocasiones llegaron tras pases rápidos a la espalda de la defensa rival. Sin la posesión, Australia se mostró como un equipo muy trabajador, pero vulnerable en la transición defensiva. También encajó varios goles en acciones a balón parado.
Zambia
Zambia optó por un sistema 4-4-2 y creó peligro gracias a sus rápidas transiciones ofensivas. Sus delanteras exhibieron una velocidad vertiginosa, sobre todo Barbra Banda (11), a la que era difícil seguir si tenía la posibilidad de correr a la espalda de las líneas defensivas rivales. En cuanto recuperaba el balón, la selección zambiana atacaba de forma muy directa y trataba de aprovechar los desmarques en velocidad de sus jugadoras para enfrentarse a las defensas en situaciones de uno contra uno. Además, enviaba rápidamente el balón hacia delante para que el conjunto rival no pudiera hacer la presión tras pérdida.
En el aspecto defensivo, Zambia se mostró como un equipo trabajador, aunque a veces sus jugadoras abandonaban la estructura defensiva para presionar, lo que abría huecos que podían ser aprovechados por el conjunto adversario. Cuando repasen su trayectoria en el torneo, comprobarán que tienen margen de mejora y, pese a la decepción por algunos fallos defensivos, siguen siendo una selección con un enorme potencial.